Spotify y las canciones más escuchadas en Chile: pucha que es linda mi tierra
«Chile es lo que es.
Ahí, yo, siendo chileno, no sé mucho lo que es Chile.
De repente salgo con exabruptos, pero eso también es muy chileno»
Raúl Ruiz
Spotify dio a conocer las canciones más escuchadas en Chile. De Iquique a Punta Arenas, en un ranking formato TOP 3, recorriendo varias ciudades. Conocía a muy pocos. Así que las escuché todas.
La primera impresión fue caer en el horror. El seppuku. El Hikikomori.
Después, como Henry James diría, le intenté dar otra vuelta de tuerca. ¿Qué pasa que estas son las canciones más escuchadas en el país?
Reina, en un opulento trono, el Trap. Luego, como dama de compañía, la Cumbia, y muy en la periferia del castillo, en el barro, algo de Pop y música independiente.
Hagamos una pequeña intro. El Trap es un subgénero del Hip-Hop. Viene de la jerga gringa, “trapped” —in the Ghetto, donde está la droga, las armas, la rivalidad—. Éste, en muchos casos, se mezcló con el reggeaton. Más que a nivel musical, a nivel lírico. El Trap es un estilo con que los artistas de Hip-Hop no están muy contentos, ya que no lo ven como una evolución natural. Aluden a que fue más que nada una etiqueta mediática. Esto en sus comienzos. Hoy, muchos de sus exponentes se sienten cómodos con la etiqueta. Hay dos tipos de Trap. Principalmente. El que se une al Hip-Hop y dedica su tiempo a hacer crítica social. Y el que se une al Reggeaton, que ofrece contenido sexual, como eje principal, pero pasando por la vida del barrio, luciendo sus armas, y mucha marihuana. Bueno, la marihuana siempre ha sido parte de la educación de la cultura Hip-Hop. Cualquiera de los dos, se concentra en estas vivencias urbanas. Por eso se habla de una “Cultura Urbana”. Término que no me deja muy satisfecho, ya que éste podría abarcar hasta a los artistas callejeros que cantan Sol y Lluvia. Fin de la intro.
Lo que nos convoca son estas canciones en Spotify, la plataforma más importante de streaming musical. Número uno, número uno, número uno: se trata del Trap más vulgar que he escuchado. Después del Reggeaton, que nunca escuché, porque era como que se me apareciera Jesús y me sentara a hablar con él. Me iba a parar y me iba a ir. Muy a la pasada, alguna vez escuché:
Pero mis primeros acercamientos al Trap fueron buenos. Me gustó. Porque escuché el que tenía contenido. Pero ninguno de estos atributos los encontramos en este ranking. J M4ury, nos seduce con su tema "Perrea Bast*%#". Número tres en La Serena y número uno en Rancagua.
“Perrea bastarda culia' / Puta que es floja la chancha culia'”.
Polimá Westcoast y su “Brokeboi”, nos ilumina:
“Ese culito tuyo, fue en eso, me cegué / No pensé con la cabeza, con mi dicky pensé”.
Mención honrosa para AK4:20 y Marcianeke:
“Yo la azoto con la Gucci / mientras le rompo la pussy”. (...) Sabe que soy un VIP / por eso se lo metí / le parto el toto como parto el beat”.
Aquí se juntan los cracks en “Tamo Loco (Remix)”. J M4ury, AK4:20, Marcianeke, Young Brooklyn. TOP 3 en Talca, una de las ciudades que más amor reunió en el ranking.
“Tu puta llamando pidiéndome que yo le dé más, yo estoy listo pa’ chequearla y pa’ darle por detrás / Tenemos partes del porte de los dedos de king kong”.
La Cumbia también hace su aporte. “Lo vamo’ hacer y me marcharé / Ese gusto me lo daré”, “No te hagas la decente/ Hazme el amor”, y no es precisamente a la manera de Sandra Mihanovich.
Si Arturo Prat supiera que se tiró al abordaje para esto...
Hay muchos problemas hoy en día. No se trata de atacar una canción, sino de cuestionar un movimiento. Y sus frutos.
La música es un grifo de culturización en una sociedad. Muchas veces la música involucra lo que vive cada generación. Las generaciones cambian. Todo muta. El tiempo se encarga de apuntarnos con su pistola de cien balas. A la fecha, la estadística dice que el Trap marca la pauta en nuestro país. Es el lenguaje que están usando los jóvenes. Estos exponentes tienen 21, 22, 23 años. Retratan esta visión del imaginario de el lugar donde viven, de su actividad sexual. Pero lo peligroso es que están retratando una visión, donde, seguro, de acuerdo al Dr. Freud, están muy reprimidos. Tienen que demostrar y alardear. ¿”Tenemos partes [del cuerpo] del porte de los dedos de King Kong"?
¿Esto no es tratar a la mujer como objeto? Es imposible no advertir la violencia. Aquí las mujeres satisfacen los intereses sexuales de los hombres. Como si fuesen su llavero. O una medalla, como las gruesas cadenas que se cuelgan al cuello. Acá el hombre es una autoridad, es la sabiduría sexual. ¿Quién le habla así a una mujer?
Pero como todo muta. Para bien y para mal. Han habido cambios claros en torno al asunto. La industria se debe adaptar a los cambios sociales. La famosa Vedeton ya fue erradicada de la Teletón. Miss Reef, exquisito concurso que premiaba las mejores pompis femeninas, también se cortó este año. Vaya uno a saber cuál era el criterio del jurado. Sectorizando el cuerpo. Partiendo a la mujer solo en dos secciones. Arriba y abajo. Y que las denomina con nombres de animales.
Y ahí estamos hasta las masas.
Cada uno toma sus propias decisiones. Pero cada uno de nosotros conforma y va moldeando una sociedad. Me preocupa, solo un poco, que escuchar este tipo de música puede influir en el papel que jugarán en el futuro, unos u otros. Porque esto lo deben estar escuchando los niños de 15 años. Y les hacen creer que son "vivos" por drogarse. Hacerle creer a las niñas que son mujeres por desnudarse.
Incluso hay exponentes españoles, como Yung Beef, que han colaborado con chilenos, y que necesitamos un diccionario coloquial en coño para entender lo que dice. Toyaco, Snitchi, Raxet, Molly, Lache, Josear, Gyal, son algunas de las expresiones. ¿Las entiende este numeroso grupo que los ubica entre los más escuchados? ¿Investigan su significado? Apenas se entiende la dicción de estos tipos.
Y estos tipos están en YouTube y tienen millones de visitas, suenan en las fiestas, recintos de cerveza, hasta un tipo en la micro sin audífonos. Sin respeto. Y todos callados. ¿Alguien ha visto, le ha tocado, un tipo escuchando Metal, Folclor, Jazz, Flamenco o Tecno, hacer eso?
Necesitamos artistas, necesitamos canciones, acciones de arte, performances, volver a los happenings, revisitar el teatro pánico. Hacernos dudar de todo. Construyamos pensamiento, afectos, emociones.
Mi opinión es que no es un producto censurable. Pero me intriga quién les está prestando atención. Son los más escuchados de Chile. Por otro lado, prohibirlos sería un efecto amplificador.
Igual, Chile es un país bien rarito. Le gusta la cochinada. Donde la mitad está muriendo y la mitad está matando.
He aquí algunas alternativas bastante mejorcitas:
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Zona tres datos:
- Si se interesa puede investigar sobre algunos estilos derivados: Drill, Dab, Dembow, Dancehall.
- Gianluca (ícono del estilo) está fichado por el sello Quemasucabeza. Sello fundado por por los miembros de Congelador. Importantísima banda de rock experimental chilena. Va en picada integral, de su idea original. A cambio del auge económico.
- Donald Trump, por medio de la ESTA, le prohibió la entrada a EE.UU a Yung Beef. No hay motivo oficial.
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