Twisters: La secuela que revive el cine de catástrofes
- Por Esteban Beaumont
Me acuerdo de ser un preadolescente embobado frente al televisor. Una vaca voladora cruzaba el plano de la pequeña pantalla. Un canal nacional, que no recuerdo, emitía Twister de Jan de Bont. La película que nadie recuerda fuera de la caja televisiva, aquella pieza clave a la hora de moldear los fines de semana por la tarde.
No es una apreciación nacional, ya que desde hace un tiempo en foros estadounidenses se habla de la presencia omnipresente de Twister en el catálogo televisivo. Una película que vivió sus mejores momentos fuera de la gran pantalla del cine.
Película canónica del cine de catástrofes. Un agradable recuerdo que no murió en la caja cuadrada. Sin previo aviso, sin previa petición, llegó a los cines la secuela/remake/reboot. "Twisters" llega a una descafeinada temporada de verano (gringa) donde el éxito en taquilla ha sido bastante discreto (Intensamente 2 salvando los platos). Una película que da pie para conversar sobre el cine de catástrofes, un Hollywood sin ideas y el molde de película blockbuster al que perdimos de vista en la cartelera.
El cine tuvo su apogeo en películas sobre catástrofes en los años 50. La sociedad agitada después de la Segunda Guerra Mundial y la amenaza de una escalada nuclear trasladaron los miedos de la gente a la destrucción masiva de las urbes. El cine se hizo cargo de aquel miedo con varias películas sobre invasiones extraterrestres o llegadas de animales gigantes que destruían sin compasión edificios y sueños de prosperidad. El género tuvo que esperar hasta los 90 para que la tecnología permitiera mostrar en pantalla esa masiva destrucción que de manera catártica queríamos ver.
En 1996 se estrena "Twister", con Helen Hunt, Bill Paxton, Cary Elwes, Philip Seymour Hoffman, Alan Ruck (¡Qué gran elenco!). Una película que destaca por dos cosas. Una es su espectacular elenco y la química lograda por todos ellos. Pero también la película mostraba un apartado técnico espectacular, una maravilla tecnológica y práctica que permitía un realismo inusitado a la hora de mostrar tornados. Una película que hasta hoy se sigue viendo bien.
Ahora, ¿qué pasa con los tornados? Es un sorprendente y buen momento. Un blockbuster como los de antaño, divertido, interesante y gigante. Un tornado de clichés ejecutados con aplomo por el buen Lee Isaac Chung (Minari) y que se sostiene, en gran parte, por sus protagonistas. Daisy Edgar-Jones y Glen Powell están increíbles y validan su gran momento, ella como una versátil y talentosa actriz, él como el galán del momento, de esos antiguos, de sonrisa honesta.
La destrucción causada por los tornados es sublime y la historia detrás de los grupos cazadores de tornados (una actualización de la trama de 1996) es muy entretenida. La película funciona de manera individual, pero también rinde homenaje a "Tornado". Aparte de eso, se destaca la gran labor del perfeccionista Dan Mindel en la cinematografía. Es un bello retrato del rural de Oklahoma. Razón más que suficiente para ir al cine a verla.
Y aunque sea una buena película, no vamos a hacer vista gorda al problema del cine masivo. No hay ideas, no hay margen al riesgo. En septiembre se estrena "No hables con extraños", un remake de una película danesa que se estrenó en el 2022 ¡HACE DOS AÑOS! En medio de nuevas películas de sagas eternas (Marvel y Alien), basadas en videojuegos (Borderlands) o secuelas que llegan años después (Beetlejuice, Beetlejuice), debemos agradecer que "Twisters" salió tan bien como lo hizo.
Twisters no busca más que entretener, pero hay un trabajo de cuidado a la hora de armar ese entretenimiento. Tiene todo para ser el gran triunfo adulto de la temporada de verano. El regreso del blockbuster de antaño, de autor. Aquel que, si haciendo zapping lo pillabas en televisión, te obligaba de manera inmediata a quedarte viéndola. Forjando ese cine con olor a hogar que acompaña toda la vida.
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