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"Matar no era mi objetivo": Así fue la entrevista en que Jeffrey Dahmer reveló sus aterradoras razones para asesinar

Con más de 300 millones de horas vistas en su primera semana de estreno en Netflix, la serie "Dahmer" ha conseguido ubicarse entre las diez producciones más vistas en la plataforma de streaming, alcanzando el primer lugar.

La crudeza del asesino serial es motivo de conmoción entre los espectadores, pues el protagonista Jeffrey Dahmer luce como un hombre tímido e introvertido frente al ojo público —cualidades que nunca sintió propias—, pero en la intimidad es un demonio, un caníbal que satisface su deseo sexual con violencia, sangre y muerte.

¿Cuáles fueron las razones de su comportamiento? ¿De dónde nacieron sus arrebatos que luego se tradujeron en una adicción incontrolable? Solo el "caníbal de Milwaukee" pudo responder esas inquietudes en una entrevista realizada en 1994, poco antes de ser asesinado mientras cumplía condena en la cárcel.

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La última entrevista a Jeffrey Dahmer

Para el programa investigativo "Dateline", de la cadena de televisión estadounidense NBC, Jeffrey participó en una entrevista acompañado de su padre Lionel. Interrogado por el periodista Stone Phillips, el hombre explicó las motivaciones que lo llevaron a ser uno de los asesinos seriales más temidos de finales del siglo XX.

Vestido de pies a cabeza con un uniforme verde, luciendo su peinada cabellera rubia y usando sus gafas polarizadas en tonos amarillos, Dahmer en poco más de media hora entrega un testimonio difícil de procesar.

"Pensamientos obsesivos de violencia entremezclados con sexo"

Una de las preguntas iniciales de Phillips a su interlocutor fue si recordaba cómo había surgido su primera experiencia y fascinación por los órganos internos de los animales.

Contestó que todo comenzó en el colegio, cuando en una clase hubo que diseccionar fetos de cerdo: "Tomé los restos, los llevé a casa y guardé el esqueleto. Simplemente, comencé a ramificar perros y gatos. Supongo que podría haberse convertido en un pasatiempo normal, como la taxidermia (oficio similar al embalsamiento de animales), pero no, se desvió y no sé por qué". 

Lionel interviene y trata de encontrarle una explicación al comportamiento de su hijo, pero termina reprochándole: "¿Qué más se puede ganar mirando a otros perros por dentro?". Jeffrey responde: "No sé. Llegué a la compulsión y pasé de animales a humanos. Sigo sin entenderlo".

La oscura fantasía pasó de considerar animales a humanos en un momento determinado en la vida de Dahmer: "Alrededor de los 14 o 15 años comencé a tener pensamientos obsesivos entremezclados con el sexo y empeoró cada vez más. No sabía cómo contárselo a alguien, así que no lo hice, solo lo guardé todo dentro".

"He hablado con algunos psicólogos al respecto, tienen sus teorías, pero tampoco tienen respuestas concretas", confesó el asesino serial.

Las primeras víctimas del demonio

A los 18 años conoció a su primera víctima. Según su relato, desde hace tiempo tenía ese deseo de transitar por la autopista y pararle a un desconocido que estuviese "haciendo dedo" para subirlo a su vehículo. Un día, todas las condiciones se dieron para que cumpliera su enfermizo propósito.

"Vi a este autoestopista cerca de mi casa, lo recogí y fue entonces cuando la pesadilla se convirtió en realidad. Me pareció tan extraño que esta obsesión en la que había estado pensando y deseando... todas las partes están ahí y hacen posible que pasara lo que pasó", dice Jeffrey.

Continuó su testimonio, agregando que "la casa estaba vacía, tenía el lugar para mí solo. Estaba bebiendo mucho durante ese tiempo (...) actué según mis fantasías y ahí es donde todo salió mal".

Lo que pasó con su segunda víctima en 1984 fue incluso más terrorífico. De forma similar a lo que muestra el primer capítulo de la serie de Netflix, Dahmer fue hasta un bar de Milwaukee y conoció a un hombre, con quien planeó emborracharse en el hotel en que se hospedaba.

 

Serie
Serie "Dahmer". Créditos a Netflix.

 

"Le puse algunas pastillas para dormir en su bebida, para dejarlo inconsciente, e iba a pasar la noche con él. Cuando me desperté por la mañana, mis antebrazos y su pecho estaban magullados, salía sangre de su boca. No tengo ningún recuerdo de haberlo golpeado hasta la muerte, pero debo haberlo hecho", recordó.

Caníbal con deseo sexual

El asesino dijo que nunca le importó la preferencia sexual ni la raza de sus víctimas, pues podían ser desde hombres blancos hasta indoamericanos y afroamericanos. Lo que sí era factor para él era la apariencia: mientras más atractivo, mejor.

El periodista Stone Phillips le consulta si hubo algo sexual en el desmembramiento de los cuerpos, frente a lo cual responde que "a medida que pasaba el tiempo, sí, tuve una parte sexual en eso. Empecé a salvar los esqueletos, a preservar otras partes, y una cosa llevó a la otra. Se necesitaron comportamientos cada vez más desviados para satisfacer mis impulsos".

Sobre por qué se transformó en caníbal al comer de la carne de sus víctimas, se justificó diciendo que "me hizo sentir que eran una parte permanente de mí (...) me dio una satisfacción sexual al hacerlo".

"Matar no era el objetivo, solo quería tener a la persona bajo mi completo control, no tener que considerar sus deseos; poder mantenerlos allí todo el tiempo que quisiera. No es fácil decir eso, pero ese es el motivo", complementó el condenado a quince cadenas perpetuas.

Una misteriosa caja escondida

Ya en la parte final de la entrevista, Phillips abordó el libro que escribió Lionel Dahmer —titulado "Historia de un padre"— y que fue leído por Jeffrey mientras estaba en la cárcel. En un capítulo del texto, el padre cuenta el escalofriante episodio de cuando encontró una caja en el armario de la habitación de su hijo.

El asesino recordó ese momento de la siguiente manera: "Tenía una caja y contenía la cabeza momificada y los genitales de un hombre joven que conocí en uno de los bares de Milwaukee. Era una caja de metal cerrada con llave que mi papá, cuando vino de visita, por casualidad la vimos y tuvimos una pequeña discusión, porque no quise abrirla. Llevó la caja cerrada al sótano y estaba a punto de romperla".

Mientras Lionel bajaba las escaleras, Jeffrey pensaba en que "'tengo que evitar que esto suceda'. No sabía lo que haría o diría, pensé que todo se derrumbaría. Pero la caja nunca se abrió en presencia de mi padre, por lo que las mentiras continuaron. Todo el escenario continuó durante años".

Hubo otros episodios que pudieron significar el derrumbe de la fachada del introvertido pero diabólico Dahmer: "Cuando se encontraron restos humanos acidificados disueltos, ya no se veían como restos de personas, pero estaban en el bote de basura afuera en el garaje".

Revisa la entrevista completa

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