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"No era un muchacho feliz": La dura confesión de Ricardo Montaner sobre su infancia

Con 49 años de carrera artística y 26 producciones musicales, Ricardo Montaner es uno de los cantantes latinos más reconocidos en el mundo de la música, pero no siempre la tuvo fácil: El artista confesó que en su infancia sufrió bullying.

Además de tener una carrera ampliamente reconocida, el artista venezolano también goza de una familia consolidada que se agrandó recientemente con la llegada de Índigo, la hija de Evaluna Montaner y Camilo Echeverry.

En una reciente entrevista con el conductor Yordi Rosado, el intérprete de la “Cima del cielo” reveló lo dura que fue su vida cuando apenas era un niño y vivía en Argentina, en un cuarto junto a sus padres y una hermana.

El duro momento que vivió Ricardo Montaner

Durante el encuentro, el venezolano recordó que antes de que el éxito tocara su puerta residía en una pieza, ubicada en un barrio popular de Buenos Aires.

"Había en el centro, una mesa y cuando venían invitados los recibíamos en la mesa del comedor que pegaba con los pies de la cama de mi mamá y mi papá. Era un solo cuarto en donde todo pasaba”, recordó durante la entrevista.

Montaner recordó que solía levantarse en las noches a abrazar a sus padres, pero lo regresaban a su cama hasta que él por fin se resignaba.

Otro de los momentos más difíciles fue cuando a la edad de ocho años su familia emigró a Venezuela. Cuando ingresó a la escuela sufría bullying por parte de sus compañeros, quienes lo llamaban “chanchito” por su apariencia física y su peso.

“Me cambió la vida. No era un muchacho muy feliz. Me hacían bullying en la escuela. Fueron años muy difíciles, me empecé a acomplejar, me hacían bullying en la escuela y me enfermé de la vista, me volví muy serio y me sentía el chamo más feo del mundo; comencé a engordar y me llamaban chanchito”, reveló Montaner.

Como anécdota relató que en una clase de deporte, el profesor lo invitó a jugar béisbol y aunque logró batear la pelota, corrió a tercera base en lugar de ir a la primera.

“Me corrieron del campo, el bullying fue tal que no volví a jugar béisbol, al menos no con los compañeros del colegio”, agregó.

Sus comienzos en medio de la pobreza

Aunque hoy goza de una estabilidad económica que le permite gozar de una vida llena de comodidades que comparte junto a su familia, Ricardo Montaner no olvida los momentos difíciles que vivió cuando era un niño.

Por los pocos ingresos económicos que tenían, vendía dulces en una plaza en Argentina donde se reunían por las tardes las familias. Pero todo cambió cuando su padre logró comprarle una guitarra y, posteriormente, una batería a crédito en Venezuela.

“Entré a una banda de rock y tocábamos los domingos en la iglesia. La batería era donde me sentía seguro porque nadie podía verme, pero un día el vocalista le dio paperas y me tocó cantar. Miré a la gente y vi que había dos muchachas que me sonreían. De ahí en adelante todo cambió y me sentí más confiado y más lindo”, cerró.

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