"Fue lo máximo": Rafael Araneda y Marcela Vacarezza recuerdan el día en que conocieron a su hijo Benjamín
Fue en septiembre de 2020 cuando Marcela Vacarezza y Rafael Araneda presentaron de forma pública a Benjamín, su hijo menor, quien se sumó a la familia tras un largo proceso de adopción.
De acuerdo a lo que contaron en dicha ocasión, debieron esperar dos años de trámites para que al fin el pequeño fuera reconocido como un Araneda Vacarezza ante la ley.
Flechazo instantáneo
Más allá del largo proceso de adopción, lo cierto es que la conexión que sintieron con Benjamín comenzó antes y de manera inesperada.
Una de las hijas de la pareja, Florencia, tenía una actividad social en un hogar de niños, donde fue acompañada por Marcela y Rafael.
"Yo entro y hay una sala cuna, llena de cunitas perfectas, todas preciosas. De repente, por esas cosas, sin que nadie me diga nada, miro una cuna y ahí estaba el hueo... y se me pega", recordó Araneda en "La Divina Comida", siendo secundado por Vacarezza quien sentenció que "fue lo máximo".
Rafael agregó que lo que sintió "fue un corrientazo de electricidad, de energía, de conexión. Yo dije 'este hueo... es hijo mío'. No sé qué hace aquí y a ella (Marcela) le había pasado lo mismo".
Cuando al fin lograron adoptarlo y pasó la primera noche con ellos en su casa, desde el hogar le advirtieron que Benjamín era uno de los bebés más llorones. "Prepárense, porque no van a dormir nada", fue la frase que le dijeron desde el hogar que cuidaba al pequeño.
No obstante, al momento de acostarlo en su cuna, logró que el pequeño durmiera "doce horas de corrido", aseveró Araneda. "Empezó a dormir en su casa, sin sobresaltos, empezó a alimentarse de otra manera, él es otro niño del que nosotros conocimos con tres meses", agregó.
Críticas al sistema de adopciones
En el programa, el conductor de televisión también lanzó duras críticas al sistema de adopciones chileno, principalmente por su burocracia.
"Es una tortura psicológica permanente, es súper frío y el proceso jurídico, el debido proceso (de adopción) está bien hecho, pero es muy lento", sentenció.
Vacarezza complementó lo anterior y apuntó: "Al ser lento (el proceso de adopción) es una crueldad, porque el niño crece y después el que quiere adoptar ya no quiere al niño crecido y es súper cruel".
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