Puesto callejero de dulces se ha convertido en el más popular de Seúl tras éxito de "El Juego del Calamar"
Una pareja que vende el tradicional dulce surcoreano que aparece en la popular serie de Netflix "El juego del calamar", se ha ganado la lotería con el estreno de la producción.
Se trata de Lim Chang-joo y su esposa Jung Jung-soon, quienes participaron en la fabricación de las golosinas que aparecen en uno de los capítulos, y que el éxito de la serie les ha permitido convertir su local en uno de los más visitados de Seúl.
El desafío
La exitosa serie muestra a un grupo de personas endeudadas de Corea del Sur que compiten en juegos infantiles para disputar premios por 38 millones de dólares (33 millones de euros), con consecuencias letales.
En uno de los desafíos, los participantes intentan cortar formas como estrellas o sombrillas en un dulce llamado dalgona, sin que se quiebre, y quien fracasa muere.
El juego de vida o muerte se inspiró en las experiencias del director Hwang Dong-hyuk durante su infancia en Seúl en los años 70: en aquel entonces, el premio para el niño que lograba hacer la forma era otra dalgona.
Durante la grabación resultó difícil manejar el dulce porque se ablanda fácilmente, en especial durante la húmeda temporada lluviosa surcoreana, por lo que Hwang y el director artístico, Chae Kyung-sun, contrataron a "expertos en dalgona" para fabricar el dulce en el sitio.
Esos especialistas fueron Lim Chang-joo y su esposa Jung Jung-soon, quienes fabricaron entre 300 y 400 dalgonas en los tres días de grabación.
Uno de los sitios más populares de Seúl
Tras el estreno de la serie, el humilde puesto callejero de la pareja, en el distrito de teatros de Seúl, se ha convertido en uno de los sitios más populares de la capital surcoreana.
Los pedidos de estos dulces que cuestan 2.000 wones (1,70 dólares, 1,4 euros) se acumulan apenas abre, y algunos clientes esperan seis horas por el suyo.
En unos 90 segundos, Lim derrite una porción individual de azúcar en un quemador, antes de agregar bicarbonato de sodio, aplanarlo y darle la forma que pida el cliente.
Ofrece una amplia gama de formas además de las cuatro que aparecen en la serie, y recientemente agregó una "N" por Netflix.
"Nunca imaginé que se volviera tan popular", dijo Lim a AFP y reconoce que su vida se volvió "súper frenética".
"Claro que estoy feliz, porque mi negocio va bien y ahora las dalgonas son famosas en otros países", comentó.
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