Los extraños huevos negros que te pueden hacer más joven
Como si se tratara de un talismán para prolongar la vida y atraer suerte, comer huevos hervidos en aguas volcánicas es una atracción en Japón.
Los visitantes del valle de Owakudani —que significa valle del infierno— asisten para participar de la popular costumbre.
El parque de aguas termales abrió, el pasado 15 de noviembre de 2020, luego de meses cerrado por la pandemia, y han vuelto a vender los huevos negros.
Cada huevo otorga siete años más de vida
No se trata de los huevos de algún ave exótica, simplemente son huevos de gallinas corrientes que se llevan al parque para cocinarlos en las aguas sulfúricas.
El valle de Owakudani se encuentra a unos 80 kilómetros de Tokio, la capital japonesa, y sus aguas termales se sirven de la actividad volcánica del monte Hakoneyama.
Con la apertura, ha regresado también una fuente de empleo para quienes atienen a los miles de visitantes que cada año acuden por sus huevos negros.
Los encargados, que deben colocarse ropa especial para protegerse de las altísimas temperaturas de las zonas de cocción, los ponen en cestas y los sumergen. De allí salen con sus cáscaras negras.
Por tradición, se venden paquetes de cinco huevos y se deben comer cuantos se puedan, pues cada uno regala siete años más de vida a la persona que se los come.
Tradición
Pero hay más. Estos huevos negros, que se asocian con una antigua divinidad, llamada Jizo, se consumían para conseguir victorias en las batallas.
Además de los huevos negros comestibles, también se consiguen piezas para llevar como recuerdo a las casas.
Estos huevos de buena suerte se llevan para acompañar partos saludables, ir de pesca con seguridad y como protector de niños y ancianos.
La deidad Jizo tiene la figura y vestimenta de un monje budista. Usa bufanda, sombrero o baberos de color rojo. Se cree que Jizo ha retrasado su iluminación para ayudar a otros a encontrar el camino de la sabiduría y la paz espiritual.
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