El día que el padre de Luis Miguel lloró frente a todos por su hijo
¿Qué pasó?
Luisito Rey, el papá de Luis Miguel, sabía muy bien que le quedaba poco tiempo al lado de su hijo mayor. Era el 24 de noviembre de 1987, faltaban apenas cinco meses para que el cantante cumpliera 18 años y obtuviera su libertad.
Pero esa noche era de fiesta, era de celebración: el intérprete de Soy como quiero ser recibía un premio por su exitosa carrera. El escenario era el popular programa de la televisión mexicana Siempre en Domingo, conducido por Raúl Velasco.
Cuando le tocó su turno, Luis Miguel pidió a su papá acompañara a Velasco para entregarle el galardón. Luisito Rey, un cantante y compositor español, tomó primero la palabra:
“Venticinco años de estar en el escenario, pero a veces las emociones propias no son tan grandes como estar al lado de mi hijo”, dijo conmovido. “Del éxito que tiene Luis Miguel como artista, en principio, pero como hijo es quizás probablemente más importante esa emoción que se siente”, reflexionó.
“Para mi es una emoción más grande que los 25 años que yo logré, de una forma y otra, llegar a donde pude llegar como artista”, afirmó.
“Algo de mi piel”
Desde 1980, el papá de Luis Miguel abandonó sus aspiraciones artísticas para impulsar la carrera de su hijo, un prodigio que con apenas 12 años grabó su primer disco y fue bautizado para siempre como el “Sol de México”.
En 1987, ya Luis Miguel había ganado un Grammy, una Antorcha de Plata del Festival Viña del Mar y tenía cinco LP grabados, con récords de ventas en el mundo entero. Luisito Rey tenía más que razones para estar orgulloso.
Esa noche lo expresó con la voz quebrada, abrazado a su hijo y a Velasco: “En esta ocasión me siento orgulloso de decirle aquí tienes un premio que te entregan tus colegas y el público”.
“Y sí me ataca a las lágrimas –reconoció–, gracias a ustedes por promover algo de mi piel, como lo es mi hijo”.
Beso y dedicatoria
En el escenario, el cantante se muestra cariñoso y amable con su papá y manager. Cuando recibe el galardón lo incluye dentro de sus agradecimientos: “A mi padre por el apoyo que he recibido siempre de él, tanto en lo personal como en lo profesional”.
Pero de inmediato, con la cabeza baja y la voz emocionada, Luis Miguel recuerda a Marcela Basteri: “A mi madre que aunque la tenga un poco lejos, la tengo muy cerca de mi corazón y ella forma parte también de todo esto”.
Al año siguiente, el papá de Luis Miguel fue despedido como su manager poniendo fin al férreo control que tuvo sobre su hijo y su carrera.
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