Histórico: Sonda de la NASA llega por primera vez a la atmósfera del Sol
¿Qué pasó?
Tras un año desde su lanzamiento, la misión Parker Solar Probe de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA) entró a la atmósfera solar y comenzó a enviar datos desde el punto más cercano que ha logrado una sonda en la historia espacial.
Se trata de resultados publicados en tres distintos papers en Nature, los que hablan de la temperatura de la corona de la estrella de nuestro sistema solar, los orígenes del viento solar y el estudio de las partículas energéticas.
Los hallazgos
Dentro de los primeros hallazgos, se pudo constatar que el viento solar parece tiene dos componentes principales: uno "rápido", que viaja alrededor de 700 km por segundo y proviene de agujeros coronales gigantes en la región polar del sol; y un viento "lento", que viaja por debajo de los 500 km por segundo, cuyo origen es desconocido.
Es justamente ese viento lento el que emana desde los agujeros coronales que están en el ecuador solar, cuya observación no se había hecho previamente pero que ahora recoge uno de los papers.
Otro descubrimiento revela que las partículas en el viento solar -que produce alteraciones electromagnéticas en la Tierra y auroras en sus polos- son liberadas en llamaradas explosivas en lugar de ser irradiadas como si fuese una corriente constante. Con esto, se puede resolver la incógnita de por qué la atmósfera es extremadamente caliente, con temperaturas que superan un millón de grados, en comparación con la superficie solar, donde sólo hay unos 5.000 grados.
El investigador principal de la misión Parker, Justin Kasper, aseguró que "estas observaciones cambiarán fundamentalmente nuestra comprensión del Sol y del viento solar, y nuestra capacidad para pronosticar los acontecimientos meteorológicos espaciales".
Pero no queda ahí, porque los hallazgos de la sonda espacial son cada vez más asombrosos. Ahora se estableció que la rotación del Sol afecta el viento solar a distancias mucho mayores que lo pensado. "Al aproximarnos al Sol ya detectamos grandes flujos rotacionales, de 10 a 20 veces mayores que lo pronosticado por los modelos estándar”, dijo Kasper. “Esto significa que hay algo fundamental que no sabemos acerca del Sol, y acerca de cómo escapa el viento solar".
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