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El camino del Joker: Los criminales chilenos que fueron catalogados de psicópatas

  • Por Rodrigo Miño

El día ha llegado. Este jueves 3 de octubre se estrenó Joker (2019), la esperada película dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix, en la que bajo una visión de autor, relata los acontecimientos que hicieron que un tímido Arthur Fleck se convirtiera en uno de los personajes más icónicos, malévolos y psicópatas de la cultura popular.

Conocido en las historias de DC Comics como el Príncipe payaso del crimen, el archienemigo de Batman regresa a la pantalla grande con un largometraje de 123 minutos y un presupuesto de 55 millones de dólares, en una apuesta más enfocada en el thriller psicológico que a lo que hemos estado acostumbrados a ver en versiones anteriores del Guasón.

'Durante toda mi vida ni siquiera sabía si realmente existía. Pero existo, y la gente empieza a darse cuenta'

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Arthur Fleck

Joker

Alejado de las interpretaciones de Jack Nicholson (1989) y Heath Ledger (2008), e incluso de la característica risa de Mark Hamill para las personificaciones animadas, entre otras, Phoenix aterriza al personaje a una realidad cotidiana, en la que una persona con trastornos psicopáticos y que ha sido pasada a llevar en distintas circunstancias de su vida, se transforma en un criminal causante de caos y vandalismo extremo.

¿Es posible que algo así ocurra?

Juan Ariel Zúñiga, psiquiatra de Vidaintegra, menciona que si bien el personaje creado por Bill FingerBob Kane y Jerry Robinson es un representante de la anarquía, la enfermedad mental extrema y el mundo gánster, "es un personaje querible, porque tiene un carisma que te hace sintonizar con él".

"El Guasón tiene una mezcla entre psicópata y sociópata. El tipo va contra una sociedad injusta, y la describe muy bien, y a todos nos gustaría un poco destruir esa sociedad que nos oprime. Él nos conecta con esa rabia contra esta sociedad opresiva e hipócrita, etcétera. Entonces, él va contra todos", comenta. 

- ¿Cuál es la diferencia entre un psicópata y un sociópata?

- El psicópata es una persona que tiene un severo trastorno en su personalidad, que le hace funcionar en forma siempre igual con una serie de disfunciones en su relación con las demás personas, en las cuales, tiende a utilizar a los demás para su fin y beneficio, siendo nada de empático con respecto a todo el mundo. La gente le sirve, o no le sirve.

No establece vínculos profundos con nadie, excepto que sean vínculos que le convengan por algún motivo. Tienden a ser fríos y ver a los demás como cosas, o como extensiones de sí mismos, de las cuales puede ser uso y abuso sin fijarse en el sufrimiento ajeno.

Por su parte, los sociópatas, indica Zúñiga "son aquellas personas que por una cultura que tienen creen que trasgedir las normas, está justificado por su cultura, ya sea por una cultura de célula extremista (como el atentado en el Subcentro de Escuela Militar, en 2014) o sea por jóvenes que nacieron en un ambiente delictual y creen que eso es lo normal".

"Por ejemplo, El Chacal de Nahueltoro es más un sociópata que un psicópata (...), porque cuando entiende que es la moral, se arrepiente de sus crímenes", agrega.

- ¿Este tipo de personas tienen cura?

- El psicópata jamás cambia, pero el sociópata tiene cura y rehabilitación.

Si lo sacamos de ese ambiente que lo daña, le damos un sentido ético, le mostramos cómo en realidad son las cosas, lo tratamos bien, le damos un trabajo, cariño y amor, la persona es capaz de cambiar.

(Jorge del Carmen Valenzuela Torres, El Chacal de Nahueltoro, durante su detención / Archivo)

Criminales que marcaron la historia en Chile

A lo largo de la historia policial chilena, han ocurrido estremecedores crímenes que han marcado a la opinión pública. Violaciones, descuartizamientos, asesinatos a sangre fría e incluso, terrorismo, forman parte del prontuario nacional, con personajes macabros que fácilmente podrían verse representados en películas o novelas de alto impacto.

En La Dehesa y Alto Hospicio

Julio Pérez Silva y Roberto Martínez Vásquez, más conocidos como El psicópata de Alto Hospicio y El Tila (o El psicópata de La Dehesa) respectivamente, son dos criminales símbolos de la agresión sexual en Chile.

Ambos personajes, formalizados por la Justicia chilena, fueron sujetos que remecieron a la sociedad a inicios del nuevo milenio.

El primero fue condenado a presidio perpetuo por la violación y asesinato de 14 mujeres, ocurridos entre septiembre de 1998 y agosto de 2001, de las cuales la gran mayoría eran menores de edad, en la ciudad de Iquique. Mientras que el segundo, con un amplio prontuario policial, que inició a los 10 años, y habiendo estado a momentos de recibir su condena por diversos crímenes, entre los que se encuentran el desmembramiento de una joven drogadicta, se quitó la vida en el Centro Cumplimiento Penitenciario Colina II en 2002.

Zúñiga, quien además entrevistó a Martínez, menciona que "él es el mejor ejemplo de una persona psicópata. Tenía una frialdad emocional increíble, porque tenía una gran cantidad de trauma de su infancia".

"El Tila fue violado, abusado, maltratado, violentado, huérfano, vivía en la calle (...) Entonces, tenía una rabia contra el mundo de venganza, robar, violar. Todo eso era como devolverle un poco la mano a la humanidad".

(Juan Pérez Silva / Archivo: La Estrella de Iquique)

Celos: La Quintrala

La mañana del 7 de noviembre de 2008, la Policía de Investigaciones (PDI) acudió al domicilio de María del Pilar Pérez para detenerla por, en ese momento, presuntamente haber sido partícipe del crimen de Diego Schmidt-Hebbel, pareja de su sobrina, Belén Molina, y quien fue asesinado en la calle Seminario de Providencia.

Finalmente, las pericias dieron a conocer que, la para ese entonces conocida Quintrala, fue la mente detrás de ese y otros dos crímenes ocurridos durante el mismo; luego que la arquitecta contrató al sicario José Ruz.

¿La razón? El asesinato de Francisco Zamorano, exesposo de Del Pilar, y su pareja Héctor Arévalo, se debió a que la mujer tenía celos de la relación que la víctima tenía con su hijo.

Actualmente, La Quintrala cumple una condena de 40 años de cárcel sin beneficios por presidio perpetuo calificado. Sin embargo, su defensa se encuentra trabajando para presentar un recurso de revisión del caso, abogando ser inocente de los cargos por los que se le acusa.

(María del Pilar Pérez / Archivo: El Mercurio)

El descuartizamiento de Nibaldo Villegas

Otras personas, bajo la visión del siquiatra, que cuentan con las condiciones de ser psicópatas son Johanna Hernández y Francisco Silva, autores del asesinato y descuartizamiento de Nibaldo Villegas.

Cabe recordar que el caso comenzó el 15 de agosto de 2018, cuando turistas que se encontraban navegando por la Bahía de Valparaíso divisaron un torso humano flotando en las cercanías del Muelle Prat.

Tras la investigación por parte Servicio Médico Legal (SML), se determinó que los restos humanos pertenecían al profesor de Villa Alemana, de 50 años, que se encontraba desaparecido desde hace cinco días atrás.

El Ministerio Público, junto a la PDI, inició las pericias para dar con el origen de lo ocurrido. Finalmente, el resultado determinó que la expareja de la víctima, Johanna Hernández, la misma que días anteriores había encabezado una búsqueda y solicitado ayuda para dar con el paradero del docente, era la responsable del brutal crimen junto a su, en ese entonces pareja, Francisco Silva.

(Johanna Hernández durante el juicio oral en su contra, en abril de 2019 / Agencia Uno)

Atentado en el Subcentro de Escuela Militar

El 8 de septiembre de 2014, a las 14:05 horas, explotó una bomba de pólvora negra con temporizador al interior del centro comercial Subcentro de la estación Escuela Militar, del Metro de Santiago, dejando a 14 personas lesionadas. De ellas, a Marta Elda Hernández (61) le tuvieron que amputar el dedo anular de la mano derecha.

La situación acaparó la atención de distintos medios internacionales, especialmente de Francia, Italia, Estados Unidos y Reino Unido, tras ser considerado como uno de los ataques terroristas más graves ocurridos en Chile en los últimos 20 años.

Finalmente, cuatro años después, el Sexto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago condenó únicamente a Juan Flores Riquelme a 23 años de cárcel, tras ser considerado como autor y detonador de la explosión, además de posesión de bomba, seis delitos de lesiones menos graves y uno de daños. Los otros dos acusados quedaron en libertad, debido a falta de antecedentes.

(Juan Flores Riquelme durante la audiencia de juicio en su contra, en octubre de 2014 / Agencia Uno)

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