Remakes live action de Disney: ¿Nostalgia necesaria o negocio asegurado?
Cinco estrenos para este 2019 marcan la actual reinvención de Disney apelando a sus productos estrellas: La versión live action de clásicos como Dumbo, Aladdín, y Maléfica, entre otros.
La lista de adaptaciones a imagen real continúa con relanzamientos programados para 2020 como Mulán, La Sirenita o incluso Pocahontas, demostrando que la compañía tomó este formato como una manera de hacerle frente a inversiones millonarias capaces de llenar salas. Sin embargo, ya desde 2016 con El Libro de la Selva, Disney ha demostrado que las reversiones son una apuesta segura, sin dejar de lado la emocionalidad de historias que marcaron a distintas generaciones.
Apostar a la nostalgia
"Crear una historia nueva siempre es más riesgoso que apostar a la nostalgia y a un producto que está probado que es lo que está haciendo el cine actualmente", considera Cristian Freire, presidente del Santiago ACM SIGGRAPH y coordinador académico de Animación Digital UDLA.
"Hay un grado de libertad en innovación en plataformas como HBO, Netflix o Amazon, de producir películas de costos menores y con audiencias asegurada, hay más posibilidad de riesgo. Los altos costos de una película hace que la inversión tenga que estar asegurada. Re-editar historias exitosas en otros formatos es una apuesta inteligente. Es una conducta típica de Hollywood", añade.
Esta misma mirada es la que comparte Jorge David, académico de cine de la Universidad Mayor, más conocido como Doctor Zombie. "Aquí ocurren dos cosas: hay que renovar el público de consumo, no es que se hayan quedado sin ideas, o sea rejuvenecer al público. La pega para renovar la marca es actualizarlas y presentarlas y así renovar la audiencia en una inversión propia sin tener que comprar franquicias extranjeras como Marvel", considera.
Y la apuesta de Disney no ha sido equivocada. Porque más allá de las críticas divididas, la audiencia ha dado positivas valoraciones estas versiones reales, demostrando que hay historias y personajes que permanecen en la memoria más allá del formato en el que se presente.
"Volver a ver una película que nos marcó de niños no es sólo volver a ver su contenido, que ahora puede incluso parecernos más aburrido. La película conmueve porque te moviliza a ese momento, te traslada, produce una especie de 'regresión' a un lugar que ya está perdido, una promesa de vuelta atrás”, indica la sicóloga de Clínica Indisa, Valentina Bravo.
Es que para que la nostalgia exista como tal, algo se debe haber perdido. "¿Qué es lo que se perdió? La infancia misma. Volver a ver estas imágenes, te hace volver a sentir – aunque sea dos horas – que aún eres ese niño que no sabe de tiempos, de apuros, de trabajos ni tareas: no sabe del paso del tiempo", agrega la profesional.
¿Hasta cuándo veremos remakes?
Estas nuevas apuestas lives action abren la interrogante además sobre si seguiremos viendo remakes a medida que vayan evolucionando las tecnologías de animación.
Freire asegura que "los remakes son un fenómeno de la mayoría de las épocas como apuesta segura de un medio masivo que tenga que asegurar un tipo de éxito. Es un síntoma actual de las películas de cine de asegurar millonarias inversiones".
Por lo mismo, está seguro que seguiremos viendo reversiones ya que "en general vemos que las películas que incluyen animación siempre están basadas en cosas que hemos visto antes, salvo estudios como Pixar y Sony que hacen cosas nuevas. Aún así, ellos caen en tomar historias del pasado como en el caso de Toy Story, todo responde a tratar de asegurar el dinero invertido".
De la misma manera, Doctor Zombie asegura que seguiremos viendo remakes a medida que se implementen nuevas tecnologías ya que "la actualización significa ponerla en un formato que los niños no se aburran porque consideran que es viejo".
"Sin la tecnología no tendríamos películas ni género de superhéroes, gracias a ellos podemos ver integración digital que hace creíble que Spider-Man se balancee por la ciudad, algo que en los 90 no podríamos haber visto. La tecnología es todo para el cine en este momento sobre todo porque necesitan convocar a la gente a las salas de cine. Lo espectacular está en lo digital", reflexiona.
El caso de El Rey León
A pesar de que varios han catalogado como live action el reciente estreno de El Rey León, la categorización es equivocada ya que la historia dirigida por Jon Favreau es animación llevada a un hiperrealismo.
Esto mismo llevó a que parte de los comentarios apuntaran a que los modelos de animales son incapaces de transmitir emociones por lo realistas que son, situación que Freire ve como un caso excepcional.
"Los nuevos avances en render, modelado y texturización, entre otros, hacen que la gente le exija otras cualidades a personajes que tratan de parecer animales. Es muy difícil que puedan tener en sus caras expresiones tan humanizadas, cada vez que eso se trata de hacer se entra en un problema en que los animales con su morfología no pueden expresar lo de un humano", explica.
La gente que dice que expresan poco, probablemente no han visto otras pruebas en que tratando de que expresen como humano, se queden a medio camino. Ojalá que la historia esté tan bien contada que los animales sin tener que humanizarse logren contarla. Esa es la gran apuesta.
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