Estudio revela los riesgos para la salud de los tatuajes de henna
Los tatuajes de henna son muy comunes en época de verano y primavera. Los vemos en puestos de artesanía en la playa, en ferias libre y cualquier puesto del comercio no establecido.
El hecho de que este tipo de pinturas sea temporal y no implique el uso de agujas, hace que su fiscalización sea muy baja y los clientes ni siquiera se cuestionan los riesgos que tiene este producto al ser aplicado en la piel.
Aunque la henna parezca inofensiva, estudios recientes publicados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés), advierten los riesgos para la salud de este tipo de tatuajes.
Las investigaciones de la Oficina de Cosméticos y Colorantes de la FDA identificaron varios efectos secundarios a causa de la exposición a la henna. Los problemas a la piel más frecuentes son enrojecimiento, ampollas, lesiones rojas supurantes, pérdida de pigmentación, aumento de la sensibilidad a la luz solar, e incluso cicatrices permanentes.
Si bien la henna es un producto vegetal extraído de las plantas que crecen en zonas tropicales, la usada en los tatuajes no es un compuesto 100% natural.
La investigación de la FDA indica que para realizar los tatuajes, la henna es mezclada con productos químicos para alcanzar una tonalidad totalmente negra. Para ello se emplean colorantes de alquitrán de carbón, presentes en tintura para el cabello.
El ingrediente principal es p-fenilenediamina (PPD), un compuesto prohibido para los productos que se ocupan en la piel. Por lo tanto, la henna ocupada en tatuajes negros es altamente peligrosa para el organismo ya que puede provocar lesiones cutáneas.
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