Actor de Amanda y Tranquilo Papá confiesa en quién se inspiró para su último papel
Por María Ignacia Pentz
"Pensé que eras hombre", le dice Pablo García a Madonna Poblete, tras escapar de los carabineros en una marcha contra las AFP. "Me ha pasado antes", le responde ella y le sonríe. Ambos se miran fijo unos segundos en lo que sería su primer encuentro y el estreno del personaje del actor Pedro Campos (28) en la teleserie vespertina de Mega Tranquilo papá.
Su personaje apareció en escena el miércoles 7 de junio, pero empezó las grabaciones hace un par de semanas, luego de terminar, hace un mes, el rodaje de Amanda, la teleserie de las 15:00 horas. “Fue más bien sorpresivo (...) Me llamaron a reunión al canal porque les pareció que yo era un buen elemento para ingresar a la teleserie con este personaje ligado a las marchas y al movimiento estudiantil. Ahí empecé a grabar casi altiro”, cuenta el actor.
Su personaje, Pablo García, es un estudiante de sociología de 20 años que en la trama formará un triángulo amoroso con Madonna Poblete (Paula Luchsinger) y Santiago Aldunate (Augusto Schuster). "Engancha mucho con Madonna cuando se conocen en la marcha porque él es bastante similar a ella. Son bastante parecidos. Y ella justo viene de este desamor con Santiago que le vendió una pomada que no era (al decirle que vivía en Ñuñoa, era de izquierda y estaba comprometido con las marchas)".
Estudia en la Universidad de Chile y, según lo define Campos, "es un cabro con mucha conciencia social. Un cabro bien serio, bien maduro, con harto discurso (...) Es súper directo también, tiene mucho que decir, organiza charlas en la universidad de distintos temas. Yo me lo imagino como un Giorgio Jackson en sus inicios universitarios, ese tipo de líder".
—¿Te inspiraste en el diputado?
—Por ahí podría ir. Me pegué un par de paseítos a Gómez Milla, a ver a ese tipo de estudiantes. Y, además, me pareció interesante la opinión, el discurso que tienen Giorgio Jackson y Gabriel Boric para armar a Pablo.
—En la teleserie se han visto marchas estudiantiles y también contra las AFP, ¿qué te parece que se vean visibilizadas en televisión?
—Me parece muy importante. El rol que tiene la ficción, a mí parecer, es ese. Y mientras más se explote, mejor. Creo que hay muchos temas que todavía no se han tocado en las teleseries y sería bueno que se hiciera. Y las marchas es una de esas, porque ocurre mucho. Hay muchos problemas en el país y uno trata de aportar desde ahí. Pasar la voz y, aunque se mencione, quizás la gente puede tomar eso como una forma de informarse si es que no sabe y ponerse a investigar de las AFP o de lo que sea.
—En ese sentido, ¿qué esperas de este personaje?
—Me gustaría que este personaje fuera un pretexto para mostrar ese universo que se ha visibilizado en la teleserie y que se podría mostrar mucho más. Y usarlo como pretexto para mencionar los temas que están en boga en Chile también. Me parece que es un súper buen aporte el de la teleserie. Además, se podría dar pie a situaciones conflictivas entre Pablo y Santiago, discusiones políticas o discusiones sociales, con Madonna también. Es un trío que podría funcionar muy bien desde ese lugar, no simplemente desde la comedia romántica.

—¿Qué tanto tiene Pablo de ti?
—Más que nada me entretiene mucho la carrera que él estudia. De hecho, fue una de mis opciones en su momento, tanto sociología como antropología. El fenómeno humano me parece muy interesante. Me gusta tomarlo un poco desde ahí. Es un cabro bien analítico, bien observador de la gente y de las situaciones, entonces, desde ese lugar, no enjuicia tanto. Entra a cachar primero cómo están las cosas y después puede emitir algún tipo de juicio o de opinión. Por lo mismo, cuando entra a este triángulo amoroso no enjuicia a este loco (Santiago), no le cae mal altiro. Dice como “este cabro medio pendejo que viene de las marchas a agarrarse minas, pucha, pobre cabro”, no es de los que inmediatamente dicen "es mi enemigo". Tiene esa liviandad, que yo también tengo, y me parece interesante para el personaje porque le da una frescura, no es algo tan dramático.
—Y de nuevo estás de rival de Augusto Schuster en un triángulo amoroso, la primera fue en la vespertina Pobre gallo, con Andrea González (Mariana di Girolamo) y Borja Pérez (Schuster).¿Quién gana esta vez?
—Schuster me ganó en la pasada pero no importa, porque era la prima (en la vida real, Mariana di Girolamo es prima de Pedro Campos), espero esta ganarla yo (risas).
—¿Cómo fue pasar de una teleserie como Amanda, donde tenías un rol mucho más dramático y complejo como Bruno Santa Cruz, a una comedia como Tranquilo papá?
—Es bastante agradable la verdad. Amanda tenía un guión súper denso, fue un gran desafío actoral para mí. Difícil, pero muy entretenido de hacer también. Y súper distinto. Entonces, entrar a esta teleserie que es cómica, con un personaje mucho más liviano, que se toma las cosas con mucho más humor, no es tan grave, se podría decir que también es un pequeño descanso de toda esta densidad que tenía el Bruno.
—Amanda se convirtió en la teleserie más vista de la franja de la tarde, ¿te esperabas ese éxito?
—No. No me lo esperaba tanto. Aunque desde el primer momento cachamos que era un proyecto que tenía mucho futuro, que tenía mucha posibilidad de desarrollo.
—¿Y cuál fue la clave?
—Aparte de la buena onda que se creó en el equipo, teníamos un súper guión, muy entretenido de hacer, y claro, se ha convertido en un fenómeno que nadie lo esperaba. Pero ha sido súper rico ser testigo de eso.

—¿Crees que el éxito de Amanda te va a ayudar a crear un personaje más reconocible y cercano en Tranquilo papá?
—Sí. Pero creo que es importante tratar de desligarlo en la medida de lo posible. Estoy al aire en dos producciones simultáneas y hay que tratar de desligarse. La gente ve Tranquilo papá y dice “ay, qué está haciendo el Bruno en acá”. El Bruno está súper instalado, entonces, desde ese lugar, es difícil. Pero me parece que es un buen aporte para la teleserie el personaje en sí. Estoy súper agradecido de la oportunidad porque creo que tiene harta carne para explotar.