Columna de Mauricio Morales: "Terraplanismo democrático"
- Por Meganoticias
Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.
No existe ningún indicador internacional que clasifique a Cuba como una democracia. Ninguno. Es cosa de mirar los índices elaborados por V-DEM, Polity, Freedom House, entre otros. En ellos, Cuba no cumple con los requisitos mínimos de un régimen democrático, que corresponden a competencia partidista y participación ciudadana.
No se trata de que quienes elaboran estos índices tengan algún sesgo ideológico, o que se analice a Cuba de manera distinta a como se hace con el resto de los países. Simplemente, no es una democracia. ¿O acaso, de un momento a otro, Cuba dispuso de un sistema de partidos realmente competitivo y con posibilidad de alternancia?
Ir a la siguiente notaPrzeworski entendía la democracia como la institucionalización de la incertidumbre. Es decir, que no existan ganadores ni perdedores predefinidos antes de una elección. Cuba, evidentemente, no cumple con esta característica, a lo que se añaden severas limitaciones en la libertad de prensa, libertad de expresión, y derechos civiles y políticos. ¿Qué llevó a Jeannette Jara, entonces, a afirmar que Cuba tenía un sistema democrático distinto al de Chile?.
Desde una perspectiva empírica, la afirmación de Jara no tiene sustento alguno. Ella lo sabe. Si Venezuela no es una democracia, como también sostuvo la candidata del PC (Partido Comunista), no existe razón alguna para creer lo contrario de Cuba.



Por tanto, estamos frente a una encrucijada, pues Jara afirma algo irreal. Es como creer que la tierra es plana, o que las vacunas traen un chip para investigar nuestra vida privada. Por tanto, no nos queda otro camino que entender las palabras de Jara como una interpretación emocional a un hecho dramático como fue la revolución cubana de 1959, que, dicho sea de paso, sirvió como hito de inspiración para buena parte de la izquierda latinoamericana, incluyendo Chile.
A diferencia de Venezuela, que es un caso más fresco en la historia política contemporánea, Cuba aún genera un cosquilleo en la izquierda dura y renovada de Chile. Ojo ahí. No se trata solo de ideólogos trasnochados que contra toda evidencia sostienen que Cuba es un caso ejemplar. También existen líderes jóvenes que ven en Fidel Castro una figura a imitar. Es cosa de darse una vuelta por las campañas de la FECH para percatarse de esto. Y si Jara quiere ganar una primaria a sabiendas de que en este tipo de elecciones votan los electores más intensos, sus declaraciones tienen todo el sentido estratégico del mundo.
LO ÚLTIMOLa exministra Jara, en consecuencia, sabe que le sale gratis criticar al régimen de Maduro. A lo más, se va a pelear con el sector más intransigente del PC encabezado por Lautaro Carmona. Pero con Cuba, no es lo mismo. Jara no puede salir a golpear el corazón de la izquierda “de verdad”, pues eso sería dar argumentos a quienes dentro de su propio partido la definen como una candidata socialdemócrata.
Sin embargo, el problema no es necesariamente de ella, sino que también del resto de la coalición. ¿En qué condiciones Carolina Tohá o Paulina Vodanovic van a enfrentar una primaria con quien considera a Cuba como una democracia? Será difícil explicar a los electores que en una misma primaria participen candidatos que tienen diferencias de fondo. No estamos hablando sobre qué piensa cada uno respecto al sistema de pensiones, las políticas de seguridad pública, o una eventual reforma tributaria. No. De lo que estamos hablando es de las convicciones democráticas de quienes aspiran gobernar Chile.
En cualquier coalición sana programáticamente, estas declaraciones hubiesen implicado un rompimiento automático. Pero Jara sabe que nada de eso ocurrirá, y que las otras candidaturas del oficialismo, a lo más, se van a poner coloradas un rato sin generar mayor polémica.
Lo que intenta hábilmente la exministra, entonces, es mostrarse tal cual es, sin disfraz alguno y con un mensaje claro a los votantes duros del sector que, como señalé, serán quienes definan el resultado de la primaria. De hecho, según la encuesta UDD, Jara encabeza las preferencias en un escenario de primarias amplias de la centroizquierda, mientras Cadem muestra que Jara, con un 5%, ya igualó a Carolina Tohá en la pregunta abierta sobre preferencias presidenciales.
¿Será tema de debate el caso de Cuba? Sí. ¿Será decisivo a la hora de explicar el resultado de la primaria? No. Y si Jara gana esa primaria y avanza a la primera vuelta, ¿le será tan difícil abordar este asunto? Tampoco.
Al frente tendrá una oferta de liderazgos que no son, precisamente, fanáticos de la democracia. Todo lo contrario. Algunos de ellos siguen defendiendo con uñas y dientes la dictadura del general Pinochet. Por tanto, y lo digo con dolor, por un lado, se defenderá la “democracia” cubana y, por el otro, la “democracia” militar. Así de bien estamos.
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