Columna de Mauricio Morales: "La reforma previsional y el desplome de Matthei"
- Por Meganoticias
Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.
Era carrera corrida según algunos. Por tanto, dar paso a la reforma previsional no tendría costo alguno para la candidatura de Matthei. Todo lo contrario. Se fortalecería como una figura proclive a los acuerdos, y Chile Vamos se transformaría en la nueva coalición de centro. Esto fue, en resumidas cuentas, lo que transmitieron los presidentes de RN y la UDI al momento de suscribir la reforma.
A lo mejor, el tiempo les dará la razón, pero por ahora la situación electoral de Matthei es particularmente compleja. Si se miran los resultados de la encuesta CADEM, Matthei ha retrocedido 6 puntos desde que se inició el debate más intenso en torno a la reforma, cediendo espacio a la candidatura de Kaiser, que ha subido 8 puntos en esta misma serie de tiempo. Kaiser, en consecuencia, no ha restado tanto apoyo a Kast, sino que fundamentalmente a Matthei. ¿Qué explica este resultado?
Ir a la siguiente notaPrimero, el elector de derecha no se caracteriza por la lealtad ni la fidelidad a todo evento. Es cosa de ver lo que sucedió en las presidenciales de 2021 para percatarse de aquello. Al primer traspié de Sichel, los electores de derecha corrieron a los brazos de Kast. Por tanto, Matthei debe entender que está pisando suelo movedizo, y que el primer paso para convertirse en candidata presidencial consiste en convencer a su propio sector de que es la carta más segura y confiable.



Eso no se hace ofreciendo la pena de muerte como solución, ni reaccionando de manera más extrema ante cualquier propuesta que venga de la derecha radical. Tampoco se logra siguiendo un diseño de campaña reactivo y no proactivo. Es decir, bailando al ritmo que otros colocan, sin ser capaz aún de sentar las bases de un proyecto político de corto plazo cuyo contenido es obvio y que, en parte, ha recogido en el borrador de su programa de gobierno.
LO ÚLTIMOSegundo, Matthei debe tomarse en serio a los representantes de la derecha radical. Esto implica enfrentarlos con decisión y valentía. No se trata de aparecer disparando una bazuca para contrarrestar el efecto de los otros candidatos que hacen una especie de spot publicitario con un revólver o un rifle. Eso puede servir para montar una escena cinematográfica, pero no para ganar una elección. Si Matthei sigue con una postura pasiva frente a Kaiser o Kast, solo los verá crecer, y si ellos se avivan, capaz que negocien la bajada de alguno para que el proyecto de la derecha radical la deje fuera de camino.
La última CADEM muestra que la sumatoria de Kaiser y Kast es de 23%, muy por sobre el 17% que registra la candidata de Chile Vamos. Matthei, además, no se puede confiar en que Kast y Kaiser llegarán a primera vuelta dividiendo aún más el voto de derecha. Más bien, debe pensar en su peor escenario: que Kaiser vaya al Senado, y que Kast absorba todos los apoyos de Kaiser. Si eso sucede, Matthei ya debiese estar preparando una estrategia para capturar parte de los apoyos de Kaiser. Me refiero, en especial, al voto popular y al voto de los electores de 51 a 60 años.
Como mostró la encuesta Panel Ciudadano-UDD, Kaiser se hace fuerte en estos dos grupos. Por tanto, si se baja de la carrera presidencial, Matthei debe estar atenta para pelotear parte de esa votación. Los segmentos populares buscan mejores oportunidades en el mundo del trabajo, y el grupo de 51 a 60 años ya está pensando en su jubilación. Por ahí va la cosa.
Tercero, Matthei está haciendo una campaña de segunda vuelta y no de primera vuelta. Dado que nunca hay que tomarse la leche antes de ordeñar la vaca, lo prudente, desde mi perspectiva, pasa por construir equipos de campaña que hagan el trabajo territorial que toda primera vuelta requiere. Para eso, no solo se necesita de un cuerpo de elite encargado de diseñar el programa de gobierno, sino que también de una poderosa infantería electoral compuesta por alcaldes, concejales, y consejeros regionales. Esto último brilla por su ausencia. Quizás por eso Matthei es fuerte en los segmentos ABC1 y un tanto débil en los estratos populares.
En síntesis, Matthei necesita de un fuerte giro en su campaña presidencial. Si bien el retroceso en sus apoyos se dio en el marco de la discusión y aprobación de la reforma previsional- defendida con fuerza por los presidentes de partido de su coalición- lo que viene por delante es convencer a los chilenos de que este tipo de acuerdos importan. De lo contrario, sería incomprensible que de día tengamos una candidata que busca los consensos, y que de noche esa misma candidata busque ser más radical que los representantes de la extrema derecha.
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