Conocida cadena de restaurantes de comida asiática pide su quiebra: ¿Cuáles son las razones?
Una conocida cadena de restaurantes de comida asiática y mexicana está solicitando su quiebra por las millonarias deudas que acumula con proveedores y bancos, además de impuestos y cheques por pagar.
Se trata de Fukai, empresa del rubro gastronómico cuyos pasivos superan los $1.549 millones y que hoy posee ocho locales (incluyendo las sucursales de Rosita, restaurante de comida mexicana), distribuidos en Vitacura, Patio Bellavista, Ñuñoa, Huechuraba y el Mall Plaza Vespucio, todo en la Región Metropolitana.
Los motivos de Fukai para pedir su quiebra
Su abogado, Nelson Contador, expone que la empresa atravesaba una exitosa situación hasta septiembre de 2019, con un crecimiento dinámico y buen desempeño en materia de ingresos, siendo el local de Patio Bellavista el que mayor facturación reportaba.
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Sin embargo, "el estallido social de octubre de 2019 afectó gravemente la operación de la compañía, cuyas ventas se vieron disminuidas por las revueltas y la disminución de la afluencia de público (principalmente nocturno)", señala el escrito.
En medio de la crisis social, otro factor que vulneró sus finanzas fue el coronavirus: "Desestabilizó aún más el negocio de Fukai, toda vez que se decretaron períodos de confinamiento que impidieron la atención de locales, (...) además de tener que soportar los costos operacionales asociados a la apertura restrictiva, costos de desinfección y protección del personal".
Para soportar ambos fenómenos, solicitó aportes estatales como el Fogape, pero los plazos y condiciones de pago de esta ayuda impidieron el robustecimiento de caja y recuperación de su capital de trabajo.
Inflación, sueldo mínimo y 40 Horas aniquilaron a Fukai
Después de la crisis del covid-19, la cadena debió enfrentar otras situaciones que debilitaron su economía: el aumento en el costo de la mano de obra, los insumos del negocio y el precio de la energía en los últimos 12 meses; y el alza constante de la inflación.
Asimismo, debió ajustar su caja a las nuevas regulaciones laborales, como el aumento del sueldo mínimo y la reducción de la jornada laboral (de actuales 44 horas semanales), "que en una empresa de menor tamaño generan un impacto relevante en las nóminas de pago", asevera el abogado.
Intentó renegociar los contratos de arriendo de sus locales, pero no tuvo éxito. Para incentivar sus ventas, implementó promociones y ofertas que no eran rentables a largo plazo, pero era la única forma de sobrevivir a una crisis que terminó siendo fatal para su negocio.
"Fukai se encuentra en un estado de cesación de pago insoslayable, ya que carece de un flujo estable de fondos que le permita servir sus obligaciones (...) la decisión de iniciar este proceso no fue tomada a la ligera, sino que fue objeto de una exhaustiva evaluación sobre su situación financiera y operacional", concluye Contador.
Junto con argumentar que quiere salir del mercado "en forma transparente", la deudora pidió que su administración sea adoptada por un liquidador concursal que incaute y venda sus activos (valorizados en un total de $786,6 millones, poco más de la mitad de sus pasivos) para saldar los créditos de sus acreedores.
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