Columna de Mauricio Morales: "Tohá, qué injusta es la vida"
- Por Meganoticias
Por Mauricio Morales, doctor en Ciencia Política, profesor titular, Universidad de Talca-Campus Santiago.
No cabe duda alguna que gracias a Carolina Tohá el gobierno ha resistido una sucesión de crisis. En ciertos momentos, Tohá ha oficiado como tri-ministra, ocupando las labores propias de la cartera de Interior, pero también haciendo vocerías o asistiendo al Congreso para conquistar votos para el oficialismo. Todo ese esfuerzo, sin embargo, está lejos de ser recompensado por la ciudadanía.
Algo pasa con Tohá que es incapaz de generar un vínculo afectivo con los votantes o un reconocimiento de sus capacidades en materias de gestión política. No se entiende por qué los electores no valoran su resiliencia y su fuerza para defender a un gobierno que, más de una vez, ha salido moribundo de varios escándalos. Si alguien ha oficiado como escudera del Presidente Boric, es Carolina Tohá. ¿A qué se debe todo esto?
Ir a la siguiente notaLa reciente encuesta CADEM muestra que solo un 7% está "decidido" a votar por Tohá, lo que contrasta con el 27% de Bachelet y el 24% de Matthei. No es justo, desde mi perspectiva, que Tohá ocupe el último lugar, incluso detrás de Kast, Kaiser y Vodanovic. Puede ser una opinión muy personal y con escaso acuerdo, pero a veces resulta un tanto frustrante que los ciudadanos dejen en el último lugar a quien se ha deslomado por el gobierno, haciendo la pega que sus socios de coalición, por incapacidad o vergüenza, no pueden realizar. ¿O alguien cree que la seguridad pública puede estar en manos de un político que denostó con odio parido a Carabineros? Tohá enfrenta todos los días un infierno. Cualquier evento delictivo le pega directo en el rostro, pero ella sale a enfrentar a los medios sin vacilación alguna. Es una súper-clase que no ha tenido el reconocimiento de sus pares ni de los votantes.
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Muchos culpan a la Presidenta Bachelet del déficit de Tohá en materia de valoración pública. Eso no tiene nada que ver. La ministra ya tiene suficiente carrete político como para estar dependiendo de las palabras o los silencios de una expresidenta. El problema es otro. Dentro de su propio partido, Tohá no genera los consensos suficientes. Más de alguno ha dicho que apoyará a Bachelet si finalmente decide ser candidata. ¿Y Tohá? Bien, muchas gracias. ¿Es responsable la expresidenta de ese tipo de conductas? No. ¿Puede Carolina Tohá evitar que sus correligionarios hagan una apuesta por ella sin pensar en que eso los puede llevar a la derrota? Tampoco.
LO ÚLTIMONo es muy difícil concluir, según las cifras de todas las encuestas, que la primera opción presidencial la tiene la derecha. Esto solo vendría a confirmar el ciclo de alternancia en el poder que ha tenido Chile desde 2010 en adelante. El miedo de la centroizquierda, al parecer, es que la segunda vuelta sea una definición entre las dos derechas. ¿Puede suceder eso? Da la impresión que no o, al menos, un escenario de estas características jamás se ha producido en la historia de Chile desde 1932 en adelante. La excepción, si se quiere, fue la elección presidencial de 1952. Si bien no se utilizaba el sistema de dos vueltas, la centroizquierda llegó tercera y cuarta, detrás de Carlos Ibáñez del Campo (Independiente) y Arturo Matte Larraín (Liberal). Por los radicales compitió Pedro Enrique Alfonso y por el PS lo hizo Salvador Allende. Entre ambos sumaron cerca de un 25%, pero fue una elección demasiado cuesta arriba para los partidos tradicionales tanto de izquierda como de derecha.
Si nos vamos a datos más actualizados, el oficialismo obtuvo 111 alcaldías en 2021 con cerca del 30% de los votos, y en concejales alcanzó casi el 41%. Estas cifras reducen la probabilidad de una segunda vuelta entre dos derechas, salvo que exista una estrategia suicida de la centroizquierda de competir con dos o más candidatos. En consecuencia, sea con quien sea, los partidos oficialistas están en condiciones de competir en el ballotage. El argumento de que solo Bachelet puede hacerlo, es humo.
Si Bachelet decide no competir, el camino para Tohá se despeja, pero evidentemente entrará a la carrera como segunda opción, cuestión indigna para una líder de sus características. Sin embargo, y conociendo su capacidad para resistir cualquier cosa, competirá igual en esa primaria y dará pelea en la presidencial de noviembre. Es cierto que Tohá pertenece a esa generación perdida de la Concertación que jamás se atrevió a enfrentar a los antiguos próceres, pero eso no justifica que sea tratada como una opción secundaria y, mucho menos, como un rostro de la derrota.
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