Este es el inédito nombre que pide una asociación indígena para el nuevo mall de Vitacura
La trama del centro comercial que Cencosud Shopping quiere construir en Vitacura sumó un nuevo episodio, protagonizado por un actor de poca recurrencia pública en la tramitación de este tipo de proyectos.
Dado que la iniciativa —reformulada en octubre tras críticas por las consecuencias viales que generaría el mall— se mide según un artículo del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, las autoridades pertinentes deben reunirse con Grupos Humanos Pertenecientes a Pueblos Indígenas (GHPPI) para debatir sobre la propuesta del grupo ligado a la familia Paulmann.
En uno de estos encuentros, dos dirigentas de la asociación indígena Dhegñ Winkul manifestaron sus reparos al proyecto, detallando lo que Cencosud debería modificar y/o emplazar en los terrenos de la Congregación Holy Cross, donde se piensa construir el recinto.
El inédito nombre del mall que propone la asociación mapuche
El probable centro comercial en la zona oriente de la Región Metropolitana no tiene nombre definitivo, pero siguiendo la tendencia de sus actuales malls, Cencosud podría denominarlo "Cenco Vitacura", como es el caso del Cenco Costanera o el Cenco Alto Las Condes, por mencionar algunos.
En esa búsqueda no oficial de nombres apareció la propuesta de Dhegñ Winkul. Según La Tercera, además de solicitar la incorporación de un espacio para la venta de productos indígenas, pidió bautizarlo como "Füta Kurra" ("gran piedra", en mapudungún). Eventualmente, quedaría como "Cenco Füta Kurra", porque la idea es reemplazar el "Vitacura" y honrar la historia del territorio.
Si bien no se refirió específicamente a la propuesta, Cenco Malls señaló que "tenemos un compromiso con el emprendimiento y forma parte de nuestro ADN, por lo que estamos abiertos a fomentar la integración de distintos actores comunitarios, tal como lo hacemos en cada uno de nuestros shoppings".
Los reparos al futuro mall de Cencosud
En cuanto a las críticas que deslizaron las dirigentas indígenas ante las evaluadoras ambientales, una de ellas hace referencia a la preocupación por la flora y fauna del terreno, expresando que las especies nativas y los bosques de los alrededores podrían ser afectados. De hecho, no están de acuerdo con la inclusión de una pileta en el diseño del recinto, pues creen que "puede presentar un peligro para la fauna local".
También hay una inquietud por la preservación de los vestigios arqueológicos del sector que se pretende intervenir, los que "corresponden a los antepasados indígenas", aseguraron las representantes.
En ese sentido, exigen que las obras de construcción del centro comercial respeten los rituales culturales, como por ejemplo, solicitar el permiso a los espíritus del lugar.
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