Condenan a clínica veterinaria a pagar millonaria indemnización por muerte de mascota en Arica
- Por Vicente Guzmán
¿Qué pasó?
El Segundo Juzgado de Letras de Arica condenó a una clínica veterinaria a pagar una indemnización por el mal procedimiento en una cirugía que derivó en la muerte del perro de la familia demandante.
En el fallo, el juez Gonzalo Quiroz Espinoza estableció la responsabilidad de la clínica ubicada en Arica, por un actuar negligente en la intervención a la que fue sometido Spunky.
¿Qué dice el fallo?
De acuerdo a lo establecido en el fallo, el animal se encontraba sano y bien cuidado por sus dueños, por lo que su muerte fue ocasionada por una negligencia médica ocasionada por la clínica demandada.
"Por tratarse de un animal sano y cuidado por sus dueños, (sanarlo) era una obligación posible de cumplir, tratándose de un resultado razonablemente esperable, en el contexto de salud en el que se presentó el animal a la clínica", agregó la resolución.
El fallo también menciona que "el demandado no rindió prueba para establecer los protocolos que debía seguir ante la decisión de intervenir quirúrgicamente al can", ni tampoco presentó pruebas para demostrar que la muerte fue ocasionada por un caso fortuito por el efecto indeseado de un medicamento.
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El Segundo Juzgado de Letras de Arica determinó que la clínica veterinaria debe pagar $459.620 por concepto de daño emergente a la demandante; además de $2.000.000 a la misma demandante, otros $2.000.000 a su hijo y $500.000 a otro de los demandantes por concepto de daño moral. Con ello, el pago total es de $4.959.620.
El juez del caso, Gonzalo Quiroz, explicó que este caso era inédito en su experiencia y en la jurisprudencia chilena, pues en materia civil los animales son considerados objetos y no seres vivos, por lo que asignarle un valor de indemnización resulta complejo.
No obstante, a juicio del magistrado, "las mascotas tienen un valor que va mucho más allá de un mero objeto, sino que tienen la valoración prácticamente de un familiar, de alguien que forma parte de nuestras vidas", por lo que consideró prudente una suma de casi $5 millones, tomando en cuenta la terapia psicológica a la que fueron sometidos los demandantes.
De todas maneras, el fallo concluyó que "por grave y doloroso que resulte la perdida de una mascota, no puede generar la misma entidad de daño moral (indemnización), que la muerte de un ser humano".
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