De emprender gracias a un viaje a no poder seguir con el negocio: La historia de la quiebra de Regalos Clicker
- Por Lucas Figueroa
Con el sueño de trabajar en el mundo de la iluminación, Magdalena Martin, diseñadora de profesión, fue a la empresa Phillips, buscando una oportunidad "porque todos los grandes diseñadores de iluminación habían trabajado ahí", asegura.
En conversación con el Diario Financiero, Martin cuenta que al año de haber sido reclutada pasó al área comercial de la empresa, donde estaba bien evaluada. "Pero me dije: el día que quiera cambiarme de pega nadie me va a contratar siendo diseñadora". Es así que optó por matricularse en un MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez.
El camino a ser emprendedora
Una vez que se tituló, emprendió un nuevo desafío laboral en Nestlé, pero un nuevo giro la llevó al mundo del emprendimiento y todo por lo que se podría destacar como una "casualidad" en medio de un viaje a un Barcelona.
Estaba en esa ciudad cuando se topó con una tienda llamada Vincon y quedó maravillada con lo que vio, pues tenían todos los regalos que necesitaba para traer a Chile. Fue tal el entusiasmo que al volver al país se contactó con las marcas que vendían en Vincón y pidió la representación. Ese fue el punto de inicio de su emprendimiento Regalos Clicker.
Dos años mantuvo el negocio en paralelo a su trabajo en Nestlé, siendo en 2016 el año que renunció para dedicarse a tiempo completo a sus labores. Al dejar su fuente de ingresos estable, vio reducidas sus remuneraciones.
Al año siguiente, sumó a tres trabajadores. Sobre lo que era todo el proceso hasta ese momento, dice que "era como un bazar. Pero yo no quería que fuera un bazar, me faltaba algo", aclarando que hasta ese entonces el negocio era online.
En 2017, cerró con ventas por US$ 425 mil con un margen bruto promedio de 35%. "Pero para que un marketplace sea rentable, éste debe ser mayor a 65%. Si no, el negocio no da".
El primer golpe que recibió
En 2019 abrió su primera tienda permanente en Vitacura. Si bien era una señal esperanzadora de cara al establecimiento del negocio, el estallido social trunco esas aspiraciones. El último trimestre había sido el mejor en ventas, pero ahora "nadie estaba gastando".
Un segundo aire parecía llegar. Esto porque la pandemia hizo que las ventas en 2020 se duplicaran, ascendiendo también el número de empleados a 11. A eso se suma un llamado de Parque Arauco, quienes le ofrecieron un local por seis meses mientras llegaba el arrendatario.
Una vez vencido ese acuerdo, tomaron un ofrecimiento de la compañía y arrendaron un local en el Arauco Maipú. "Nos embalamos y nos fue muy mal, la tienda no se pagaba", dice Martin. Antes de cumplir el año, devolvió el espacio y pagó los $ 20 millones que quedaban de contrato.
Ya en 2022, y con una baja brutal como antecedente en lo que refiere a las ventas, el directorio de la firma le recomendó a Marin no estar en todas las áreas del negocio y aprender a delegar. Siguió ese consejo, pero asegura que "ahí cometí un error gravísimo".
"En vez de delegar me desligué. Error garrafal, porque después me di cuenta de que esa persona había priorizado otros pagos y debíamos tres meses a los proveedores, debíamos una cantidad de plata enorme", suma.
A pesar de que se hicieron una gran cantidad de cambios para intentar remontar la situación, reduciendo gastos, poco y nada pudieron hacer al respecto.
"Saqué absolutamente todo lo que tenía, mis 10%, pedí créditos, acudí a familiares y junté $ 70 millones. Pero no alcanzaba, se había agotado el tiempo. En mayo de 2023 nos sentamos en el comedor de mi casa con unas cervezas y me dijeron 'yo creo que llegamos a un punto en que hay que dejar de nadar'"
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