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La historia de Carmen Marín, la "Endemoniada de Santiago" que protagonizó el primer exorcismo en Chile

Carmen Marín será la protagonista del nuevo capítulo de "Viaje a lo Insólito", el programa de Mega que relata historias chilenas de no creer y que se emitirá este sábado 26 de octubre, después de Meganoticias Prime.

Apodada como la "Endemoniada de Santiago", lo que le sucedió a esta joven quedó registrado por quienes fueron testigos de cómo el diablo se apoderó de su cuerpo, causando pánico desde sus 12 años de edad, cuando supuestamente fue poseída por la fuerza maligna y exorcizada a mediados del siglo XIX.

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Su historia inspiró la realización de producciones audiovisuales en Chile y es similar a la trama de la película de terror "El Exorcista", estrenada en 1973 y que al año siguiente obtuvo dos Premios Oscar y cuatro Globos de Oro.

Una huérfana que se debatió entre Lucifer y San Juan

Los primeros años de Carmen Marín no fueron fáciles. Quedó huérfana tras nacer en Valparaíso en junio de 1838 y una tía asumió sus cuidados. La posesión demoníaca sucedió cuando estaba internada en un hospicio de monjas: según dictan documentos de la época, una noche sintió un profundo miedo mientras rezaba. Aquello derivó en una pesadilla en la que peleaba con Lucifer

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Al despertar, se levantó y atacó a sus compañeras de habitación. Desde ese episodio que no volvió a ser la misma niña, alabada por las madres superioras dado su comportamiento ejemplar. Comenzó a manifestar síntomas extraños, convulsiones y cambios de voz; incluso, insultaba a sus pares con garabatos en latín, francés y alemán.

Los esfuerzos de quienes pretendían recuperar a la antigua joven fueron en vano. Llegó a ser internada en hospital de la Ciudad Puerto, donde intentó quitarse la vida después de un año de tratamiento. Los médicos ya creían que su caso era producto de una "enfermedad mental" y que lo mejor era derivarla a la capital. Así fue que llegó al hospicio de las Hermanas de Caridad de Santiago.

En el nuevo internado, sus cuidadoras descubrieron algo inexplicable: Carmen compartía habitación con un niño que cada vez que recitaba el evangelio de San Juan, ella se apaciguaba. Ya convencidas con que la adolescente estaba bajo la dominación de un espíritu maligno, contactaron al sacerdote José Raimundo Zisternas, clave en la historia de Marín.

 

Carmen Marín en los brazos de una de sus cuidadoras (archivo)

 

"Tomó un aspecto horripilante, no parecía una criatura humana"

El cura ya conocía la historia de la porteña, muchas personas de su entorno se la mencionaban, pero no sentía interés, como lo aseguró en sus escritos. De hecho, se burlaba de quienes "creían, con tanta facilidad, hechos de tal naturaleza".

Sin embargo, una curiosidad despertó en su interior. Al conversar sobre los rumores con dos eclesiásticos, los invitó a presenciar lo que supuestamente sufría la paciente. Al llegar al hospicio, Zisternas le tomó el pulso y notó una considerable alteración: "Sé de un remedio eficaz para sanarla, una plancha bien caliente", les dijo a las monjas.

Las hermanas partieron corriendo a buscar una, pero la intención del sacerdote era invocar al supuesto demonio, lográndolo exitosamente: "A la Carmen quemarás, pero no a mí", dijo el maligno desde las entrañas de la joven, seguido de movimientos bruscos y una risa burlesca que él jamás había oído en su vida.

 

Imagen referencial (Shutterstock)

 

"Pensaba que la muchacha estaba fingiendo para engañarnos (...) siguió agitándose de un modo violento y con síntomas y contorsiones raras, desconocidas para mí, pronunciando algunas palabras bastante groseras (...) furiosamente se daba contra el suelo", declaró el padre.

Uno de los presbíteros le rezó el evangelio de San Juan tras petición de las hermanas; no tuvo éxito en su primero intento, pero sí cuando se arrodilló ante la enferma. "Se agitó horriblemente, levantó el pecho de un modo extraordinario, formó un gran ruido con los líquidos que había en su estómago y dobló el cuerpo, abrió cuanto pudo la boca, tomó un aspecto horripilante, los cabellos se erizaron. No parecía una criatura humana", escribió el hombre que antes se declaraba incrédulo.

"No sé lo que pasó por mis compañeros, pero yo puedo asegurar que la sangre se heló en mis venas, tuve que hacer un esfuerzo para presenciar tan nunca visto acontecimiento", declaró José Raimundo. El cuerpo de Marín se tranquilizó ante las palabras "et verbum caro factum est" ("y la palabra se hizo carne", traducido del latín).

 

Imagen referencial (Shutterstock)

 

El día del primer exorcismo en Chile

Convencidos de que Carmen estaba poseída por el diablo, en 1857 Zisternas y sus acompañantes decidieron someterla a un exorcismo, el primero en la historia de nuestro país.

Uno de los curas se dispuso a leer un texto en romano, obteniendo una temible reacción de "La Endemoniada de Santiago": "Se agitó convulsivamente, andando tendida boca arriba, sin apoyar los pies ni las manos. Las piernas mantuvieron una sola postura, medio extendidas y juntas".

Los esfuerzos de los sacerdotes no resultaban, hasta que Zisternas se armó de valor y la agarró de un brazo: "¡Yo no más estoy autorizado para este caso por el señor arzobispo!", le gritó a los presentes. Tenía razón, porque pese a que el cuerpo de Carmen seguía convulsionando mientras leía su conjuro, el demonio se marchó al finalizar su evangelio.

Eso sí, antes de abandonar el cuerpo de la porteña, tuvo un particular diálogo con el católico, según relató en las bitácoras que posteriormente le envió al arzobispo de la época, Rafael Valentín Valdivieso.

¿Tengo facultades para echarte?—, le preguntó el cura. 

—Sí—, contestó el demonio mediante la voz de Marín.

¿A qué signo obedeces?

—Al evangelio de Juan—, no de San Juan.

¿Por qué atormentas a la Carmen?

—Para probar su paciencia.

¿Cuándo volverás?

—Dentro de un año y medio.

¿Volverás bajo la misma forma?

—No se sabe. Tendrás que averiguarlo.