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"Llegó a destruirnos la vida": El drama de vecinos que viven a metros de contaminada planta de aguas servidas en Nogales

¿Qué pasó?

Llevan más de tres décadas soportando olores nauseabundos, plagas de insectos y roedores. Esa es la realidad por las que han debido pasar los habitantes del pueblo El Melón, en la comuna de Nogales, región de Valparaíso

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Por largos años los vecinos de la Villa Disputada han debido convivir con una planta de tratamiento de aguas servidas a solo metros de su hogar. De hecho, el agua de esta planta llegaría a un estero del sector, y según constató el equipo de Mega Investiga, la cifra de bacterias coliformes fecales es 2.300 veces superior al límite permitido.

El Tribunal Medioambiental condenó a la Municipalidad de Nogales, en agosto pasado, por el mal funcionamiento de su planta y ordenó al municipio, dirigido por la alcaldesa Margarita Osorio, a reparar el daño ambiental provocado a través de un plan que deben presentar en 60 días.

"Esto llegó a destruirnos la vida"

El matrimonio de Sebastián y Paulina, quienes viven a metros de la planta de aguas servidas, contó que "hoy el crecer con esta planta ha sido bastante fuerte, fuerte en lo social, en lo personal, en lo psicológico. No es vida, porque cierras ventanas, cierras puertas, dejas de vivir incluso y hacer vida afuera de tu propia casa. Que tus hijos reclamen por dolores de cabeza, es realmente fuerte".

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Asimismo, Juan Castillo, adulto mayor de 86 años, relató que su mujer, María Elena, tuvo que convivir 15 años con los malos olores mientras padecía cáncer: "Estuvo sufriendo toda una vida (...) no teníamos una vida normal como cualquiera".

Por su parte, Ana María, una adulta mayor de la zona, aseguró que ni siquiera toma agua de la llave "porque me da asco. Es algo insoportable, yo vivo con incienso por todas partes, es un gastadero. En la noche hay que dejar todo tapado, todas las cosas del baño, lavamanos, lavaplatos, todo tapado por la hediondez". 

Jovino Miranda, hijo de Ana y dirigente vecinal, afirmó que "esto llegó a destruirnos la vida, porque esto está aquí todos los días". Además, reconoció que viven con malos olores, moscas, zancudos, ratones, debido a que "como está tan cerca la planta de la población, se empiezan a devolver los gases del alcantarillado a las casas, y las casas están impregnadas de mal olor".

Incluso explicó que como junta de vecinos habían postulado a un proyecto de fumigación, puesto que la municipalidad no lo había hecho. Tras el fallo del Tribunal Medioambiental, Jovino aseguró que es "un respiro por la gente que murió esperando que esta planta saliera".

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