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Atravesaron el desierto por la promesa de un mejor futuro: La historia de cinco chinos que llegaron a Chile engañados

Cinco ciudadanos chinos son protagonistas de una serie de engaños que los trajo hasta Chile, en donde presentaron una querella contra todos quienes resulten responsables por el delito de tráfico ilícito de migrantes agravado.

Todos llegaron a nuestro país bajo la promesa de un mejor futuro. Ingresaron ilegalmente desde Bolivia, atravesando a pie el desierto, sin saber que su último paradero sería este rincón del mundo.

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Según Fernando Suau García, del estudio Suau Abogados y representante de los cinco asiáticos afectados, los responsables serían organizaciones criminales que, aprovechándose de la necesidad e ignorancia de sus clientes, los traen irregularmente a Chile con el compromiso de darles documentación y visa a cambio de millonarios pagos.

¿Cómo fueron engañados los ciudadanos chinos?

La frustrada búsqueda de un mejor futuro

El primero de los casos involucra a un hombre y su padrastro. En África, donde administraban un mall chino, un compatriota les comentó que en Chile había grandes expectativas económicas. Eso los convenció e iniciaron el trámite para viajar a nuestro país.

 

Imagen referencial (AFP)

 

Después de una extensa escala, en abril de 2022 aterrizaron en Perú y, por tierra, ingresaron a Bolivia. Llegaron a la casa de un chino llamado "Xiangnam", quien a bordo de un vehículo los trasladó hasta la frontera boliviana con Iquique, en la región de Tarapacá.

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Ambos asiáticos pensaban que su entrada a Chile iba a ser legal, considerando que cada uno pagó cerca de 60.000 yuanes (poco más de $7,9 millones chilenos, según el cambio actual) por los pasajes, la documentación y el supuesto visado.

Sin embargo, en la frontera, "Xiangnam" les dijo que la cruzaran caminando. Como era de noche y estaban en pleno desierto, no les quedó otra opción que obedecer, arriesgando sus vidas en la intemperie.

Al llegar a Iquique fueron llevados al terminal de buses. Les compraron pasajes a Temuco y los dos emprendieron un viaje de más de 2.400 kilómetros de distancia. Luego, desde la región de La Araucanía se fueron hacia Los Ríos, permaneciendo en la comuna de Lanco al momento de presentar la querella (julio de 2024).

 

Imagen referencial (Aton)

 

El "viejo Wang" y la llamada de "Jerry" que nunca llegó

El tercer chino afectado conoció en su país natal a "Jerry", apodo de un hombre llamado Xiao Yang. Después de recomendarle irse al extranjero para trabajar y ganar más dinero, le confirmó que podía hacer el viaje a fines de 2023 tras, supuestamente, conseguirle un empleo en que ganaría entre $1,7 y $1,9 millones chilenos.

Aceptó la idea, comprometiéndose a pagarle 8.000 dólares ($7,6 millones) por todas las gestiones. Llegó a Bolivia en diciembre y fue recibido por el "viejo Wang", presunto cómplice de "Jerry". Lo llevó a una casona, le solicitó el pasaporte para gestionar la documentación y le cobró los acordados 8.000 dólares.

Al día siguiente fue trasladado al desierto, en donde lo esperaban extranjeros (ninguno chino), y después al aeropuerto. Sin saber que había ingresado ilegalmente a Chile, el avión que tomó lo trajo a Santiago.

En la capital quedó bajo el "cuidado" de una persona de la que ni siquiera sabía su nombre. Pasaron los días y la llamada que esperaba de "Jerry" nunca llegó. Pidió la devolución de su pasaporte y se fue de casa, recalando en Barrio Meiggs, donde actualmente convive con sus compatriotas.

 

Fernando Suau, abogado de los ciudadanos chinos afectados (Estudio Suau Abogados)

 

"Jerry" lo hace otra vez

El último caso lo protagonizan dos comerciantes chinos, que también habrían sido engañados por "Jerry" mediante exactamente el mismo modus operandi. Primero, les ofreció un sueldo de hasta $1,9 millones, pero cuando llegaron a Bolivia, además de cobrarle los 8.000 dólares, el "viejo Wang" les comunicó que el sueldo final sería de $660 mil.

Si bien reclamaron, terminaron aceptando la oferta. Dos semanas más tarde, con la premisa que les darían un mejor empleo, los hicieron caminar por el desierto hasta ingresar ilegalmente a Chile, país que no estaba en su planificación inicial.

Tomaron un avión a Santiago y llegaron al mismo domicilio del caso anterior. También esperaban la llamada de "Jerry", la que no sucedió; de hecho, Xiao Yang los bloqueó y nunca más supieron de él. Hoy en día se desempeñan como bodegueros en un supermercado mayorista de Santiago.