Un sumario y cambio de protocolos: Las esquirlas del motín que sacudió a la Cárcel de Alta Seguridad
“Hay una evaluación positiva”. Esa es la calificación que entrega el coronel Víctor Provoste Torres, subdirector operativo de Gendarmería y número dos al mando de la institución, a Mega Investiga sobre la gestión de la crisis que se vive al interior de la Cárcel de Alta Seguridad, cuyo inicio está marcado por la intentona de motín ocurrida el pasado 6 de junio.
Como se aprecia en las imágenes, cuando faltaban pocos minutos para las 10 de la mañana un grupo de internos trepó las paredes del patio 3 y comenzó a romper una mesa de ping-pong, con el fin de premunirse de fierros para atacar a los gendarmes que los custodiaban.
En ese hecho –según quedó registrado en el video de seguridad– es Hernán Landaeta Garlotti, sicario del Tren de Aragua, quien dirige y atiza a los demás internos a participar en el ataque. Entre quienes participaron, además, se encontraba Luis Daga Lozano, alias “El Pacolo”, líder de la banda peruana Los Pulpos, que cayó a principios de este año y mantiene acusaciones por homicidio y extorsión.
“Hay una evaluación positiva, no solamente del punto de vista de las jefaturas, sino de todo el personal que labora en el Repas. Se accionó conforme a los protocolos que están establecidos y la situación ocurrida en los patios fue oportunamente controlada por el propio personal en los tiempos adecuados, insistiendo aquí no hubo ningún motín, sino que hubo una situación de conflicto puntual que fue sofocado por el personal”, puntualiza el coronel Provoste.
Pese a esa evaluación, desde la institución confirmaron que se resolvió iniciar una investigación interna en la Cárcel de Alta Seguridad, con el objetivo de determinar si en la contención del motín y en los desórdenes posteriores han existido falencias administrativas por parte de los funcionarios.
“Hay que aclarar que frente a todas las situaciones de vulneración al régimen interno, donde se ve involucrado personal y la población penal, se decreta un sumario administrativo, pero no es diferente a una situación que pueda ocurrir en otra unidad penal. Constantemente todas las jefaturas están siendo evaluadas, no solamente en el contexto de su función, sino también en las situaciones que ocurren con ellos”, explica la autoridad de Gendarmería.
En ese sentido, se optó por remover a la alcaide del recinto penal, Fabiola Valladares, de sus funciones al mando del Repas y también por sacar al jefe de Régimen Interno en medio de los desórdenes.
En todo caso, desde la institución aseguran que esa decisión –de sacar a Valladares y poner a Patricio Roa al mando de la unidad– responde también a las amenazas que sufrió a principios de este año y de las que también fue víctima el ministro Luis Cordero y el director coronel Sebastián Urra.
“La alcaide de esa unidad hace un tiempo atrás fue fruto de amenazas en donde aparece involucrado nuestro ministro de Justicia y por supuesto también nuestro director nacional. Y por lo tanto había que tomar ciertas medidas en el tema investigativo, lo que hacemos nosotros es frente a esta medida ir reforzando justamente el manejo que hay que tener frente a las situaciones que vayan ocurriendo”, señaló Provoste.
Cambio de protocolos
Otra de las esquirlas que provocaron los desmanes y agresiones al personal fue que se instruyó una modificación en los protocolos para la contención de futuros desórdenes, destrozos y amenazas perpetradas por internos con un elevado compromiso delictual.
“Lo que busca esta modificación de los protocolos es poder aumentar justamente el control para que la población penal sienta que las acciones que ellos puedan hacer –ya sea de amedrentamiento, amenaza o inclusive daño frente a la propiedad fiscal o la infraestructura del recinto penitenciario– van a ser severamente castigadas, se va a denunciar a la justicia y por lo tanto lo más probable es que se agregue aún más tiempo a la condena que ellos están esperando”, señaló Provoste.
En esa línea, las autoridades de Gendarmería informaron ante tribunales que se endurecieron las medidas en contra de quienes realicen desórdenes al interior del penal. Una de esas medidas fue engrillar de pies y manos a los internos que hayan participado en los desmanes mientras participan en sus celdas.
En la carta que entregó el líder del Tren de Aragua en Chile, Carlos González Vaca, alías “El Estrella”, al juez Cristián Azócar en su visita del pasado 24 de junio –que fue firmada de puño y letra por 29 imputados– se señala que en caso de no cumplir sus demandas iniciarán un “paro de actividades y huelga de hambre”.
Según fuentes consultadas, esas medidas de presión todavía no se concretan por parte de la población penal y las mismas fuentes señalan que los ánimos se han calmado al interior del recinto penitenciario, pero no se descarta que con las restricciones y endurecimiento del régimen las tensiones puedan recrudecer.
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