Gendarmes de Cárcel de Alta Seguridad denunciaron amenazas y agresiones de internos un mes antes del motín
Este sábado se cumplirá un mes desde que se concretó el inédito motín organizado por internos vinculados al crimen organizado transnacional al interior del Recinto Especial Penitenciario de Alta Seguridad (Repas).
Y es que desde el pasado 6 de junio, se han sucedido una serie de hechos que —según la versión entregada por Gendarmería— corresponderían a “desórdenes colectivos” y no precisamente a un motín. En cualquier caso, lo cierto es que los hechos dan cuenta de una escalada de tensión al interior de la cárcel destinada para albergar a los reos más peligrosos del país.
Basta con repasar la lista de quienes participaron en la revuelta del 6 de junio, que tuvo lugar cerca de las 9:40 de la mañana en el patio 3 del recinto penitenciario. En los videos de la cámara de seguridad, se ve a Hernán Landaeta Garlotti, sicario del Tren de Aragua y segundo en la estructura criminal, dando instrucciones y atizando a los internos a participar en el ataque a los funcionarios.
Luis Daga Lozano, líder de la banda peruana Los Pulpos y apodado “El Pacolo”, también se distingue en los registros atacando a los gendarmes codo a codo con Landaeta, con quien meses antes se disputaban a muerte la hegemonías de las calles en Santiago e Independencia.
Mega Investiga accedió a un correo fechado el 9 de junio enviado por el teniente 1º Ramiro Riquelme donde adjunta un informe de los hechos, respondiendo a un oficio del Juzgado de Garantía de Rancagua, a raíz de un recurso de amparo que se presentó a favor de Nestor Mojica, quien cumple prisión preventiva por el secuestro del empresario en la misma región el pasado 8 de noviembre.
“Los internos a través de gritos realizan amenazas de muerte hacia el personal señalando “soy asesino aquí y en todos lados, los podemos asesinar en la calle en donde sea”, logrando identificar como autores a los internos Francisco Valero, Nestor Mojica y Hernán Landaeta”, señaló el uniformado en su reporte.
“Los involucrados –continúa el mismo informe– son derivados a patio para continuar con el normal funcionamiento del régimen interno, siendo las 09:40 horas aproximadamente, reos que se encontraban en otros patios, vulneran la seguridad saltando las divisiones de los patios, convergiendo la gran mayoría en el Patio N°03, lugar donde se comienza a generar un desorden colectivo, destruyendo mesas de ping pong, extrayendo de ellas elementos contundentes (fierros), con los cuales generaron amenazas al personal uniformado”.
Desde ese hecho hasta la fecha, Gendarmería contabiliza al menos 15 eventos que han afectado la seguridad del recinto penitenciario, que van desde desórdenes, amenazas, agresiones a funcionarios y destrucción de las instalaciones.
Incluso, siete internos de la sección de Máxima Seguridad destruyeron las instalaciones sanitarias de las celdas individuales que están aisladas las unas de otras y lograron acceder al shaft, creando una suerte de “túneles” entre celdas.
Pese a que fue en este último mes en que se tensionaron las relaciones entre internos y gendarmes, Mega Investiga pudo acreditar –a través de documentación interna de Gendarmería– que antes del 6 de junio, funcionarios penitenciarios habían denunciado amenazas y hechos de violencia un mes antes del motín.
Según consta en el parte de denuncia de Gendarmería emitido el 13 de mayo, cerca de las 16:40 de ese lunes, uno de los cabos 2º que custodian la sección de Máxima Seguridad de la unidad penal, al momento de efectuar la ronda correspondiente por el primer piso, escucha que los internos del ala sur estaban golpeando las puertas de sus celdas, por lo que concurre a verificar la situación y al llegar al lugar el interno Jorkenedy Torres, también imputado por el secuestro de Rancagua, manifiesta que “quería ser derivado a la enfermería”.
En ese momento había varios internos esperando atención, por lo que los gendarmes le comunican que debe esperar a que comprueben que existe la capacidad para atenderlo. Con el visto bueno del paramédico, regresan a la celda de Torres y encuentran que “aún estaba golpeando la puerta e incitando al desorden colectivo a los demás internos de esa ala y profiriendo amenazas al personal, y al momento de ponerle las grilletas y habilitar el acceso de la celda, el interno Torres Marchán adopta una actitud hostil hacia el personal comenzando a increpar a los funcionarios exigiendo explicaciones en forma alterada”.
El relato de los tres gendarmes que participaron en los hechos –como quedó establecido en el parte– quedó contenido en la declaración que entregaron al entonces jefe de Régimen Interno del recinto penitenciario, quien fue removido en medio de los desórdenes de este mes, según informó La Tercera.
“Torres Marchán comienza a golpear la puerta de la celda, esto con la finalidad de desencerrarse de su celda, por lo que le señalo nuevamente que posteriormente lo derivaré a enfermería, al no quedar tranquilo golpea la celda, incitando al desorden colectivo. Por lo que procedo a desencerrarlo y derivarlo al sector de enfermería del penal. Quiero señalar que en todo momento de su trayecto este mantenía una actitud desafiante, altanera y oponiendo resistencia”, señalaron los funcionarios en su declaración.
Consultados por Mega Investiga, funcionarios de la Unidad de Alta Seguridad confirmaron que estos hechos son comunes y se repetían antes de la crisis que estalló el 6 de junio y que –reconocen– aún se mantiene en el recinto.
En el mismo parte –que fue remitido el 19 de junio en un oficio enviado al Juzgado de Garantía de Rancagua– está consignada la declaración del imputado por secuestro, quien acusó que los gendarmes al momento de sacarlo de su celda recibió agresiones. “Quiero señalar que al momento del trayecto en el pasillo hasta el sector de enfermería, estos me golpearon”, dijo Torres Marchán ante el jefe de Régimen Interno.
El ministro de Justicia, Luis Cordero, anunció que a raíz de los destrozos provocados por los reos en las instalaciones, se empezaría a remodelar con materiales antivandálicos. Además, Gendarmería limitó el movimiento de siete internos que participaron en los últimos desmanes, ocurridos la madrugada del pasado miércoles, a través de grilletes en sus manos y pies.
Sumado a ello, la institución penitenciaria estampó tres querellas por los desmanes y la Fiscalía Centro Norte formalizará a 17 internos extranjeros por atentados y amenazas.
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