Los audios que complican al fiscal antidrogas de Rancagua investigado por vínculos con narcoabogados
Retraído en su casa de Avenida Mechero en Machalí. Así pasa sus días el suspendido fiscal antidrogas de Rancagua, Jorge Mena Ocares, quien fue alejado de sus funciones el pasado 7 de mayo, luego de que se iniciara una investigación penal en su contra por presuntos tratos irregulares con narcoabogados para reducir penas o llegar a salidas alternativas.
La indagatoria quedó en manos del fiscal metropolitano occidente, Marcos Pastén, por instrucción de la máxima autoridad del Ministerio Público, Ángel Valencia.
Esa investigación apunta no solo a pesquisar posibles delitos de corrupción en los tratos que Mena pactaba con imputados por narcotráfico, sino que también una de las aristas –reconocen cercanos a la indagatoria– busca esclarecer posibles fallas u omisiones en cómo se ejercía el control jerárquico por parte de los superiores de Mena.
En ese sentido –dicen las mismas fuentes–, no se descarta una posible citación a declarar al jefe de la fiscalía local de Rancagua, Javier Bischoffshausen; y al otrora fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias –quien dejó su cargo el pasado 24 de mayo tras 23 años en el Ministerio Público–, para que puedan dar cuenta de los mecanismos de control que se ejercían al interior de la sede.
LO ÚLTIMOEl propio Arias –consultado por Mega Investiga acerca de si fallaron esos mecanismos internos de la fiscalía que él dirigía– respondió que precisamente “de eso se trata la corrupción, de evadir los controles, porque tampoco podemos llenarnos de controles; sí tenemos que aprender, por ejemplo de ciertas conductas que en un principio pudieran aparecer loables, incluso de un fiscal muy trabajador, que era el caso, que puedan ser sospechosas”.
“Hubo muchos casos en que se burlaron esos controles y precisamente cuando esos controles se burlaron, estaban todas aquellas anomalías o irregularidades que en principio podrían ser constitutivas de infracciones administrativas o ser el fundamento de algún delito”, refuerza el expersecutor.
El mecanismo de Mena
Al menos desde el 2015 datan las causas que están en la mira de la Fiscalía. En ellas, Mena habría gestado negociaciones irregulares para reducir las condenas de imputados por narcotráfico y, además, habría evadido los controles internos del Ministerio Público que regulan el actuar de los persecutores.
“Pudimos encontrar ciertas irregularidades desde el año 2015 (...) La investigación administrativa fue encontrando varios casos, entonces ya un caso habría sido muy grave y que sean muchos adquiere una gravedad que podría ser constitutiva de delito. Por eso, en su momento la decisión fue abrir una investigación administrativa por la gravedad de los hechos, suspender al funcionario investigado e informar al fiscal nacional para que se designara al fiscal regional para la investigación penal correspondiente”, explica Arias.
Mega Investiga accedió a los audios de dos audiencias –que forman parte de las pesquisas de la Fiscalía Metropolitana Occidente– que dan luces del actuar de Mena para llegar a procedimientos abreviados en causas de narcotráfico y evadir los controles. En una de ellas, incluso, había imputados que importaron más de 100 kilos de drogas a la capital regional.
“Magistrada, para avanzar en esta causa yo no tendría ningún inconveniente (de un abreviado). Es más, lo único que hago presente es que yo tengo un juicio oral a las 12”, se le escucha decir al suspendido fiscal Mena, en una audiencia del 20 de noviembre del año pasado, en la que buscaba apurar la tramitación del procedimiento.
En los más de 20 minutos que duró la audiencia, el persecutor nunca comunicó a la jueza Loreto Salas del Juzgado de Garantía de Rancagua, la cantidad de estupefacientes que se les imputaba a los acusados.
“Aceptan los hechos de la acusación y se procede bajo las reglas del procedimiento abreviado. El Ministerio Público comunica la decisión de no perseverar”, señaló la magistrada, respecto a una de las imputadas.
Precisamente, la facultad de no perseverar en una investigación –es decir que el fiscal desiste de presentar acusación– era uno de los mecanismos que, según se indaga, utilizaba Mena para cerrar causas de narcotráfico con condenas menores.
En la audiencia, Mena invocó la decisión de no perseverar en uno de los casos y concretó tres condenas a través de procedimientos abreviados, que finalmente derivaron en penas sustitutivas de libertad vigilada.
“Tienen irreprochable conducta anterior, han colaborado en el juicio y desde ese punto de vista la Fiscalía va a solicitar respecto de estos imputados la pena de cuatro años de presidio menor en su grado máximo (...) la defensa tiene un informe social que lo hemos tenido a la vista y estaríamos de acuerdo en que fuera con libertad vigilada intensiva”, expuso Mena en esa audiencia.
“¿De todos?”, preguntó la magistrada Salas. “De todos”, refrendó Mena.
Otro de los mecanismos que se investigan es que el fiscal antidrogas de Rancagua utilizaba la figura de cómplice en este tipo de causas, para imputados que deberían haber sido procesados en calidad de autores.
En una de las causas que se investiga, uno de los imputados que –según señalan otros persecutores– debió haber sido condenado como autor de delito, solo recibió una sanción menor ya que fue calificado como “cómplice” por el fiscal Mena.
“Se condena al acusado a sufrir la pena de cuatro años de presidio menor en su grado máximo, como cómplice del delito de tráfico ilícito de drogas o sustancias estupefacientes o psicotrópicas, en grado de ejecución consumado”, decretó el juez de garantía en esa audiencia.
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