Empresario se sentía solo y llegó a un grupo espiritual: Se casó con la fundadora y terminó perdiendo $2.500 millones
Siempre interesado en el tema del desarrollo humano, en 2001 un empresario se interesó en ser parte del Grupo Energía y Amor (GEA), que cuenta con siete sedes a lo largo de todo Chile, además de España y Estados Unidos.
Esta agrupación se autodefine como "una enseñanza espiritual y de desarrollo personal que busca la apertura de consciencia del ser humano", según detalla su sitio web.
Sin embargo, 23 años después de su llegada a GEA, el hombre identificado como Justo Quezada Bouey afirma que se trata de una secta y tiene argumentos para defender su postura: entre 2002 y 2012 estuvo casado con la fundadora del movimiento, Ina Hidalgo Rojas, hoy acusada por los delitos de estafa reiterada consumada y de falsificación y uso malicioso de documentos privados.
Empresario perdió $2.500 millones por culpa de GEA
El abogado del afectado, Remberto Valdés, explicó la trama que incluye la pérdida de $2.500 millones por parte de Quezada, adjudicándole la culpa a GEA.
"Este pleito lleva varios años. Primero hubo una etapa de investigación y luego de formalización. Mi cliente presentó una acusación, porque fue despojado de más de $2.500 millones en activos por Ina Hidalgo y su hijo (Claudio Salinas Hidalgo), dejándolo prácticamente en situación de indigencia. Perdió un establecimiento educacional, distintas propiedades y figura como aval de esta organización", detalló a Las Últimas Noticias.
Poco antes de que Quezada llegara a GEA, el abogado expresó que "mi cliente en ese tiempo se sentía solo. Andaba en búsqueda de energía y espiritualidad. Sus cinco hijos ya eran grandes y estaba con una depresión severa. Estaba con sus capacidades cognitivas disminuidas, al punto que fue defraudado por la maestra".
Ina Hidalgo lo persuadió, diciéndole que era el elegido de Dios en la Tierra, mientras que ella era la hija de Dios y esposa de Jesús, señala el representante del empresario.
El día que descubrió el fraude de GEA
Quezada mencionó al citado diario que en su matrimonio hubo manipulación y que su mujer echó a sus hijos de la casa, sin permitirle verlos más: "Me decía que no debía preocuparme por el dinero, que lo más importante era encontrar la paz y plenitud".
Finalmente, el empresario abrió los ojos cuando Hidalgo lo echó de la casa: "Empecé a revisar todos los datos que tenía guardados en mi computador y descubrí que no me quedaba nada. Mis hijos han sido maravillosos en todo este proceso, me apoyan en todo. Yo sufro porque los dejé sin herencia".
El juicio oral contra Ina y su hijo Claudio se realizó el martes 19 de marzo en el Juzgado de Garantía de Quilpué, mientras que para el próximo 14 de mayo está agendada una nueva audiencia.
Este artículo informa de un proceso judicial en curso, por lo que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que los organismos pertinentes lo determinen.
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