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Inmobiliarias, una aerolínea, dos equipos de fútbol y más: La trayectoria empresarial del expresidente Piñera

Sebastián Piñera no solo se desarrolló en la arena política hasta convertirse en la máxima autoridad del país en dos ocasiones, sino también en la empresarial durante gran parte de su vida.

El fallecido expresidente diversificó sus inversiones en distintas áreas, muchas de ellas realizadas tempranamente, cuando egresó de ingeniería comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) en 1972.

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Esa década fue clave para forjar el millonario patrimonio que poseyó hasta el día de su muerte, ocurrida este 6 de febrero tras capotar su helicóptero en el Lago Ranco. Al respecto, Fiscalía informó que la causa de su fallecimiento fue asfixia por sumersión.

Nace el empresario Piñera

Terminados sus estudios universitarios y mucho antes de incursionar en la política chilena, Piñera volvió a la PUC en 1973 para desempeñarse como profesor, teniendo apenas 23 años de edad. Ya en agosto, viajó a Estados Unidos para realizar su doctorado en la Universidad de Harvard.

"Llegué a Harvard y era una cosa impresionante. Su campus es un lugar donde se respira historia, literatura, conocimiento, futuro. Por lo tanto, para mí era una aventura, una cosa maravillosa", expresó Piñera en el capítulo de "Elegidos" que protagonizó para Mega.

 

Sebastián Piñera (archivo)

 

Ya convertido en un doctor en economía, con experiencia en asesorías parlamentarias y consultorías para el Banco Interamericano del Desarrollo (BID), comenzó a cimentar su faceta de empresario en la segunda parte de la década del 70'.

En 1977 ingresó a la empresa Ingeniería Financiera y Comercal Ltda. (Infinco), especializada en asesorías financieras y evaluación de proyectos. Según Diario Financiero, al mismo tiempo se involucró en el mundo inmobiliario, creando negocios con su Constructora Toltén.

Su cuestionada gerencia del Banco de Talca

Mediante Infinco, la fallecida exautoridad creó la Sociedad de Tarjetas de Créditos Bancarias, más conocida como Bancard S.A., alcanzando un acuerdo con Visa y Mastercard para emitir —mediante su filial Fincard— sus tarjetas de crédito en Chile, las que en esa época no existían en nuestro país.

Bancard se asoció principalmente con el Banco de Talca, cuya situación financiera no era la mejor, lo que fue diagnosticado por el propio Piñera en un análisis que hizo en 1979, el que contenía un plan de acción para reponerse económicamente.

Fue así que asumió la gerencia general de la entidad bancaria en mayo de ese año, cargo que desempeñó hasta 1980. Su salida no estuvo exenta de problemas: fue imputado por dos infracciones a la Ley General de Bancos, uno por simular la situación económica del banco y otra por intentar eludir, desviar o dificultar la fiscalización de la Superintendencia de Bancos. Además, también se le acusaba de préstamos irregulares a sociedades que estaban en reciente formación.

 

Así era una de las sucursales del Banco de Talca (Facebook Chile del Ayer)

 

En 1982, incluso, desde el entonces Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, se emitió una orden de aprehensión en contra de Sebastián, dándose a la fuga durante 24 días. Su captura, finalmente, fue bajo apercibimiento de arresto.

Un recurso de amparo acogido por la Corte Suprema evitó que enfrentara la justicia por el escándalo bancario, quedando en libertad.

Un negocio por los aires

Tras su polémico paso por el banco, Piñera se mantuvo en ese rubro entre 1980 y 1987, cuando ejerció la gerencia general de Citicorp Chile. En esa década también participó en la creación de una editorial y una empresa de correos, hasta consiguió la representación en Chile de la marca Apple.

A comienzos de los 90', sus inversiones despegaron del suelo. Casi como una manera de devolverle la mano a su amigo Juan Cueto Sierra, quien lo ayudó en la formación de Bancard, él hizo lo propio con el negocio aeronáutico al que ingresó el fallecido empresario de nacionalidad española.

En 1993 compró acciones de la entonces LanChile y, en 1994, la familia Cueto, Sebastián Piñera, Ramón Eblen y Boris Hirmas tomaron el control de la aerolínea.

 

Sebastián Piñera (archivo Aton)

 

El boom de sus inversiones que incluyeron un canal de televisión

Seguramente, el exmandatario era muy consciente del refrán popular de "no poner todos los huevos en la misma canasta". Así quedó demostrado a fines del siglo pasado e inicios del presente, cuya cronología de sus inversiones es la siguiente:

  • 1997: amplifica su presencia en el rubro inmobiliario con nuevas constructoras y proyectos habitacionales.
  • 1999: ingresa a la propiedad de Entel, al holding AntarChile y a la sociedad de inversiones Calichera. 
  • 2001: se convierte en accionista de Colbún.
  • 2003: se integra a la Compañía Sudamericana de Vapores (hoy propiedad del grupo Luksic).
  • 2004: ingresa a Quiñenco (también de Luksic) e integra los directorios de la Clínica Las Condes y Parque Arauco. También "inició el proyecto de conservación y ecoturismo Parque Tantauco tras adquirir 115.000 hectáreas de bosque nativo en la isla Grande de Chiloé", consigna la Biblioteca del Congreso Nacional.

En 2005 compró Chilevisión al pagarle 24 millones de dólares (lo que hoy serían unos 22,7 mil millones de pesos chilenos) al grupo Claxson. Ese canal de televisión fue suyo hasta 2010, cuando lo vendió a Time Warner a un precio que quintuplicó al que él pagó: 140 millones de dólares (unos $132,7 mil millones de ahora).

El 2005 también fue el año en que compró numerosas acciones en Blanco y Negro, controladora de Colo Colo; y en Azul Azul, controladora del equipo de fútbol Universidad de Chile.

 

Sebastián Piñera (archivo Aton)

 

Su precandidatura presidencial en las elecciones de 2009 lo obligó a desprenderse de sus reconocidas inversiones para evitar presuntos conflictos de intereses. Vendió su participación en LAN (hoy conocida como Latam), Colo Colo y Chilevisión. Solo por la venta de LAN se embolsó 1.492 millones de dólares.

Además, debido a sus aspiraciones a La Moneda en 2009, "entregó la gestión de su participación en sociedades anónimas abiertas a cuatro administradoras de fondos de inversiones y carteras de terceros: Celfin, Larraín Vial, Moneda y Bice", detalla la Biblioteca del Congreso Nacional.

Esto supuso la creación de "un fideicomiso ciego voluntario, donde renunció a intervenir en la administración o gestión de sus bienes, incluida una eventual venta. Por su parte, Bancard, compañía que maneja sus inversiones, asumió la administración de sus activos en el exterior", concluye la plataforma.  

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