¿Te pueden pedir la boleta a la salida de un local comercial? Esto es lo que dice el Sernac
¿Te ha pasado que vas a alguna tienda, haces tus compras y a la salida te piden la boleta? En general, esta solicitud la hacen los guardias de seguridad, quienes corroboran que el pago se haya realizado y luego timbran el documento.
Este requerimiento suele ocurrir cuando se adquieren productos de alto valor —independiente de si los transportas en el carro de compras o los llevas en tu mano—, de modo que los guardias puedan identificar un eventual robo.
Pero, ¿me pueden pedir la boleta a la salida de un local?
Resulta que el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) denunció a 13 conocidos supermercados y tiendas del retail por solicitar indebidamente la respectiva boleta en la salida de sus sucursales.
El organismo acusó ante la justicia que los guardias de estas empresas comerciales exigían a los consumidores la exhibición del documento, cuando estos ya se iban retirando, para acreditar el pago de los productos que se llevaban.
Sin embargo, el incumplimiento está precisamente en la exigencia de la boleta (como si fuera un requisito para salir del local), porque en realidad los guardias deben señalarle al cliente que la demostración de este papel es voluntaria, no obligatoria.
¿Qué dice la Ley del Consumidor al respecto?
El director del Sernac, Andrés Herrera, señaló que las empresas están en su derecho de aplicar normativas de seguridad, pero estas siempre deben respetar la dignidad y los derechos de las personas.
"Detectamos que las empresas denunciadas no cumplieron con las exigencias que establece la Ley del Consumidor (...) entre ellos, no entregar información veraz y oportuna sobre las medidas de seguridad, actuar discriminando arbitrariamente o no respetando la dignidad de las personas, y la falta al deber de profesionalidad", manifestó el directivo.
El hecho de exigirle al cliente la boleta en la salida de los locales —en vez de pedírsela voluntariamente—, "resulta desproporcionada y poco profesional", sostuvo Herrera, agregando que ello "implica someter a los consumidores a situaciones de estrés que pueden derivar en malos tratos, discriminaciones arbitrarias o actuaciones vejatorias", según consigna Diario Financiero.
De ocurrir alguno de estos episodios de malos tratos, las empresas arriesgan una multa de hasta 300 UTM, cuyo monto a diciembre de 2023 equivale a más de $19.200.000, por cada infracción.
Todo esto, sin considerar las eventuales indemnizaciones que deba pagar la compañía al cliente afectado, lo que es determinado por tribunales.
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