La dura y desconocida infancia de la narco reina de Peñaflor
- Por Mega Investiga
Más de 300 mil seguidores. Contenido y likes diarios. La “Ina” era toda una influencer. Día a día mostraba productos de belleza y las vestimentas top que marcaban las tendencias de la moda. En las redes se hacía llamar como “Juakina Guzmán”, lo que a todas luces mostraba su verdadero poder. Se creía la versión femenina del reconocido narcotraficante mexicano y líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Pero toda esa estridencia esconde una desconocida infancia que partió en la comuna de Independencia, en 1999. Sabrina Esmeralda Durán Montero tuvo una marcada vida asociada al consumo de drogas, violencia y muerte.
El video que dio cuenta de su brutal asesinato ayer en Padre Hurtado, quizá no fue una sorpresa para su familia, cuyo entorno ya estaba acostumbrado a ese tipo de acciones.
Mega Investiga tuvo acceso a un reservado documento de Gendarmería, en el cual se detalla sus duros primeros años de vida, con un padre violento y adicto a la pasta base.
Sabrina se crió con su madre Jeannette y sus nueve hermanos, con quienes nunca tuvo mucha cercanía. Como la droga siempre tuvo un lugar principal en su entorno, a temprana edad comenzó a traficar, lo que le valió una condena por microtráfico.
En ese contexto, en 2012, cuando tenía 13 años conoció a Luis, de 24. Además del vínculo delictual, ambos iniciaron una relación amorosa y se fueron a vivir juntos. A los dos meses, la “Ina” quedó embarazada. Al concurrir al consultorio municipal, los doctores intentaron denunciar a Luis por violación, pero la acción judicial no prosperó.
Según el documento de Gendarmería, el embarazo no fue tranquilo, debido a los constantes maltratos físicos y psicológicos de su pareja. Tenía un alto nivel de celos y la obligaba a quedarse en la casa. Esto provocó que Sabrina no pudiera terminar el colegio. Sólo alcanzó a completar sexto básico, pues abandonó séptimo, porque Luis le prohibió la vida social.
Ese calvario terminó a los dos años para suerte de Sabrina. Luis fue detenido en medio de una investigación de narcotráfico y fue condenado a siete años de prisión. Esto provocó el quiebre entre ambos y la “Ina” se emparejó rápidamente con un primo de Luis.
Sabrina, según comentó a los especialistas de Gendarmería, se enamoró de “verdad” de Juan Carlos Bernales. A todos les decía que él era su “héroe”, porque le entregó un soporte de cariño y protección que no tenía. En especial, a su pequeño hijo.
Pero, a pesar de esa nueva vida, el mundo de las drogas volvió a darle un duro golpe. Para mantener su estilo de vida, vendían papelillos de pasta base casi todos los días en el sector sur de Santiago. Así fue como el 30 de noviembre de 2017 fueron interceptados por un equipo de la PDI que los investigaba hace un tiempo por tráfico.
Al momento del control policial, en la esquina de Carlos Valdovinos con Viel, en las cercanías de la población La Legua, Sabrina y Juan Carlos se dieron a la fuga. Eso provocó que uno de los detectives usara su arma de servicio, provocándole la muerte al traficante y dejando con heridas leves a la “Ina”. Tras revisar el auto, la PDI encontró 500 gramos de pasta base listos para su comercialización.
Así, la droga marcaba un nuevo punto de inflexión en la vida de Sabrina, quien por esta causa fue condenada a tres años de libertad vigilada en 2018. La mujer sentía una gran culpa por la muerte de su pareja. A Gendarmería le reconoció que tenían un buen pasar económico y que podían haber dejado de lado el tráfico.
En esa conversación le aseguró al especialista de rehabilitación que la droga le había quitado lo más lindo de la vida: “Mi niñez, mi juventud y al hombre que más he amado”.
El inicio del reinado
Al quedar sola, volvió a vivir con su madre. Primero en Conchalí y luego en Peñaflor. Pero los problemas con la Justicia continuaron. El 29 de enero de 2019 fue nuevamente detenida. Sabrina conducía un auto en el que iban con otros sujetos. Al llegar a la calle Copiapó, en la comuna de Santiago, se acercaron a un vehículo para romper un espejo retrovisor. Todo esto fue presenciado por Carabineros, quienes procedieron a detenerlos. En el forcejeo, Sabrina no tuvo inconvenientes para amenazar al policía: “¡Suéltame, o te mato!”, le gritó. Su suave voz se mezclaba con su fuerte y agresiva personalidad como líder de una organización de narcotráfico.
Tras ser formalizada, quedó en libertad. En paralelo a sus negocios criminales, incursionó en el mundo de las peluquerías y maquillaje, tomando varios cursos. Al parecer, este nuevo escenario estaba permitiendo salir de su vida criminal. Pero llegó la pandemia y perdió gran parte de sus clientes. Por esta razón se trasladó a Cartagena a vivir con su madre. Ahí logró tener algunas clientas y se mantuvo con sus conocimientos de peluquería.
Dos años después, la “Ina” decidió volver a la Región Metropolitana y se instaló en la población Las Praderas de Peñaflor, donde comenzó a conformar su reinado narco. Su llegada, incluso, coincidió con intensas balaceras entre grupos rivales.
A sus 22 años no sólo marcaba presencia en ese bloque de departamentos. También comenzó a mostrarse en redes sociales para advertir de su fama y poder. En TikTok alcanzó rápidamente protagonismo bajo el nombre de “Katrina Guzmán”, que después fue modificado a “Juakina Guzmán”, en clara alusión al líder del Cartel de Sinaloa.
Este “ruido” llamó la atención de la PDI, donde iniciaron una reservada investigación que incluyó un agente encubierto que se infiltró en el territorio de la Reina Narco de Peñaflor. Así, tras varios meses de seguimiento, el 8 de marzo de 2022 se ejecutó un gran operativo para desarticular su organización.
Sabrina al percatarse de la gran cantidad de detectives intentó escapar saltando de una ventana de su departamento que estaba en el tercer piso, sin éxito. Al ingresar a su guarida, los policías encontraron más de 8 millones en billetes en efectivo y más de 15 teléfonos de diferentes marcas entre Apple, Samsung y LG. Además, incautaron un vehículo Audi modelo A4 que era de su propiedad.
La vida con Antonella
Tras ser formalizada quedó en prisión en la cárcel de San Miguel. En ese lugar no dudó en mantener su liderazgo como la “Narco Reina” de Peñaflor, manteniendo activo su perfil de TikTok con historias desde su celda.
Sabrina pasó cerca de dos años recluida y recientemente había recuperado su libertad. Decidió volver a Peñaflor para retomar sus “negocios” y sus historias en redes sociales. Y es en ese contexto que comenzó aparecer el nombre de Antonella Marchant, líder del Clan narco “Los Marchant” de Lo Espejo, y una foto de ellas juntas pegadas en la pared de su casa, con mensajes de juramento de amor, respeto y cariño. “Eres lo mejor que me ha pasado”, escribía casi todos los días Sabrina a Antonella, con quien se emparejó en prisión.
El lunes pasado no fue la excepción. La “Ina” mantuvo esas palabras de amor para su nueva pareja, quien fue condenada a 15 años de prisión hace unos meses. En esas historias también advirtió que nadie la podía callar.
Al día siguiente, esas constantes amenazas -que Sabrina enfrentaba como parte de su liderazgo narco- se hicieron realidad. Al llegar a una cita en un centro de estética en Padre Hurtado, un sujeto la acribilló con más de siete disparos, como quedó grabado en un video de un testigo que observó todo desde una esquina.
Han pasado 24 horas y aún no hay una pista clara del sicario que le quitó la vida. Lo cierto es que Sabrina Durán, la “Reina Narco” de Peñaflor a sus 24 años tenía un listado grande de enemigos que se acrecentaron al oficializar su relación con la jefa narco de “Los Marchant”, que controlaba el tráfico en la zona de Lo Espejo.
Mientras la policía busca al asesino, los soldados de “Ina” y Antonella se preparan para su funeral que tiene en alerta a las autoridades, pues se espera la respuesta armada que podría vengar a su joven “reina”.
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