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"Quiero volver a mi casa": El drama que viven cientos de adultos mayores abandonados por sus familias en hospitales

Casi 700 pacientes han sido dados de alta médica, pero siguen viviendo en hospitales públicos desde hace meses, algunos incluso años, debido a que ningún familiar se quiere hacer cargo de ellos.

Se trata de adultos mayores que viven la última etapa de sus vidas abandonados en centros asistenciales. Algunos antes estaban en situación de calle, pero la gran mayoría son dejados por sus propias familias.

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Son pacientes con patologías compensadas, como hipertensión, problemas de colesterol, diabetes, entre otras, propias de esta etapa de la vida. Estas enfermedades podrían ser tratadas desde sus casas, pero ante la negativa de sus familias de recibirlos, es la red pública la que debe destinar una de sus camas para ellos.

Esta es una realidad que impacta y que provoca un alto costo para el sistema de salud, que cada mes gasta más de $800 millones de pesos para atender a estos pacientes olvidados. 

"Quiero volver a mi casa"

Rosendo Figueroa, de 63 años, es uno de los pocos pacientes autovalentes del Hospital Carlos Van Buren, donde está viviendo hace cinco meses tras sufrir una descompensación. Puede ir solo al baño y a la ducha. Lava y cuelga su ropa al costado de su cama, donde pasa las horas rellenando sopas de letras y escuchando la radio en un celular sin internet. Vivió toda su vida en el Cerro Esperanza de Valparaíso, donde le gustaría volver.

"Aquí todos me han ayudado, porque nadie viene", afirmó Rosendo, quien tiene cinco hijos. "El único que me viene a ver es el mayor... Tengo uno privado de libertad y mi hija nada, ni por si acaso, ninguna llamada de teléfono".

"Tengo diez hermanos. ¿Usted cree que me llaman? Si estaré muerto o estaré vivo, '¿Necesitas algo?' Nada", agregó.

Pese a que tiene algunas enfermedades crónicas, Rosendo está dado de alta, ya que podría seguir tratándose en su casa si tuviera una red de apoyo que lo cuidara. A pesar de los intentos, el Hospital no ha podido encontrar ningún familiar que esté dispuesto a hacerse cargo de él.

"Me buscaron un hogar para Playa Ancha y yo no me quiero ir... Quiero vivir allá donde vivía antes (...) quiero volver a mi casa y ese es el problema que tengo", contó.

De todos modos, afirmó que en el hospital "me he sentido bien porque me tratan bien". 

Hospital paga a hogares

David Gutiérrez, director del Hospital Carlos Van Buren, expresó que "sin duda es un problema importante para el hospital. En tiempos anteriores, porque esta es la segunda vez que soy director del hospital, teníamos pacientes que estaban un año aquí, y en hospitales de menor complejidad pueden estar el resto de su vida".

"Aquí tenemos dos dolores: el que quiere cama y está esperando en una silla a que lo subamos rápidamente a una cama, y aquel que no podemos abandonar. No podemos decirle 'váyase', porque no lo vino a buscar nadie", expuso.

Es por esto que el recinto asistencial tomó la decisión de externalizar estos servicios y paga desde su bolsillo a distintos hogares para que reciban a estos pacientes, y así poder liberar camas. Con esto, son 70 millones mensuales los que desembolsa el establecimiento, por el cuidado de 55 pacientes que podrían estar bajo la tutela de sus propias familias.

"No es menor, podríamos utilizar esos recursos en algunas otras cosas, pero también es importante el cuidado de nuestros pacientes", afirmó Jessica Aedo la coordinadora de la Subdirección Médica del hospital.

Paciente sociosanitario

El término que se utiliza en estos casos es "paciente sociosanitario", y detrás de cada uno de ellos se esconde una dolorosa historia de abandono.

Mediante Transparencia, Mega Investiga solicitó un catastro de los pacientes sociosanitarios a nivel nacional. Al 27 de junio de este año, había 691 personas en la red pública de salud que seguían ocupando una cama. Algunos de ellos recibieron el alta médica hace más de cinco años.

Claudio Baeza, director del Hospital de Concepción, sostuvo que "muchos familiares no quieren hacerse cargo y colocan una serie de trabas para que estos pacientes puedan llegar a sus domicilios".

El problema se registra en la mayoría de los grandes centros hospitalarios del país. Considerando como ejemplo el gasto que realiza el Hospital Van Buren, cada paciente de estas características le cuesta al sistema público cerca de un millón 272 mil pesos mensuales. Es decir, al mes el Estado gastaría unos 879 millones de pesos en mantener a estos pacientes hospitalizados.

"A veces me siento sola"

Patricia nació en Santiago y cuando fue madre crió sola a sus hijos. Hoy tiene 82 años y los últimos cuatro los ha vivido en el Hospital San José de Maipo.

"Tengo tres hijos, hay una que me asiste acá. El otro está en Francia y la otra está en su casa con su marido", señaló la mujer.

"Me siento bien de haber criado a mis hijos. Cumplí una cosa que toda madre quiere cumplir. Me esmeré mucho", sostuvo.

Patricia afirmó que en el hospital "me siento bien, me tratan bien... A veces me siento sola, después de haber tenido hijos, casa, ser jefa de hogar. Pero bueno, son las cosas de la vida que a uno le pasan. Tengo que ponerle buena cara a la vida. Soy una mujer de temple, de lucha, no me dejo estar. Mi vida es simple, se me hace simple".

La ropa de los pacientes en el recinto de San José de Maipo se lava en el hospital, pero hay muchas otras cosas de uso diario que el establecimiento no puede costear y que llegan por donaciones o colectas. Las necesidades son múltiples, pero la más urgente siempre es la carencia emocional.

"Todos cuentan con familia o casi todos, y no vienen, ya sea por diferentes motivos (...) ya sea por trabajo o por salud, que vive muy lejos, siempre hay una excusa para no venir o no hacerse cargo", aseveró afligida Valeska Vergara.

"Son personas adultas mayores, que dieron todo por criar a sus hijos, y no criaron uno, criaron cinco, seis hijos, y esos cinco o seis no son capaces de hacerse cargo de una persona", lamentó.

Fernanda Castillo, enfermera del hospital, expresó que: "Se siente esa carencia emocional, la tienen. De hecho, de mis 20 pacientes vienen a ver a siete por lo menos una vez al mes y el resto no tienen visitas".

Cupos en hogares

La red de salud intenta buscar cupos en alguno de los 20 recintos de larga estadía del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama). Hay 1.188 cupos en el país y no es fácil encontrar una vacante, por lo que se está trabajando en ampliar la capacidad.

La directora del Senama, Claudia Asmad, explicó que los recintos de larga estadía "están destinados para aquellas personas mayores que tienen dependencia severa. Hoy día muchas de nuestras listas de espera no necesariamente cumple con ese requisito, y por eso Senama está trabajando y tiene una oferta programática escalonada".

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