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Socavones en Viña: El informe que dio luz verde a la construcción del edificio Kandinsky

El gran socavón que quedó a la vista en las dunas de Viña del Mar, generado aparentemente por el colapso del colector de agua construido el año 2005 en el sector, no solo abrió la tierra a un costado del edificio Kandinsky, sino también el debate respecto a la evaluación que se realizó del suelo donde se construyó el proyecto, la probabilidad de que vuelvan los habitantes, y los desafíos que genera una situación de riesgo como esta.

Así fueron los últimos días. Pero las alarmas nuevamente se prendieron durante la noche del domingo producto de las fuertes lluvias. A eso de las 22.50, carabineros y bomberos llegaron hasta la avenida Borgoño por el riesgo de un nuevo socavón.

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A esa hora, un camión atrapado que estaba realizando maniobras para apoyar los trabajos del socavón que afectó al edificio Kandinsky daba luces que el panorama no era positivo: el edificio que estaba a un costado, el Miramar Reñaca, entraba en zona roja.

Por eso, se activó un plan de evacuación que involucró a 57 departamentos. Finalmente, al rato, se rompió una nueva matriz que derivó en un nuevo socavón en la estructura que el MOP había destinado como desagüe de agua lluvia para el edificio Miramar. De hecho, esos trabajos fueron anunciados el miércoles pasado por la ministra Jéssica López, quien indicó que ese despliegue buscaba reanudar la ruta por avenida Borgoño.

Alex Barrientos, director del Departamentos de Riesgos y Desastres de la Municipalidad de Viña del Mar, señaló que implementarán un nuevo perímetro de seguridad para los residentes de ese barrio establecido en las dunas. Este plan ha tenido que variar en varias oportunidades los últimos días tras los reportes que han entregado los expertos. Incluso, la Senapred, ex Onemi, también inició un estudio esta mañana para analizar la situación de las más de 200 personas evacuadas durante la noche del domingo y que se vieron afectadas producto del nuevo socavón en la zona.

El caso cero

El pasado 24 de agosto, el ingeniero calculista del proyecto, Patricio Bonelli, visitó el terreno del edificio Kandinsky a pedido de la administradora María Cecilia Loyola y de Juan Carlos Aguilera, presidente de la comunidad de residentes. En el informe emitido tras su visita estableció que, hasta ese momento, no habían daños ni corrimientos del suelo exterior.

De todas formas, expresó su preocupación por el corte generado por la erosión cerca del vértice noreste del edificio. “Ese sector requiere de atención inmediata estando fuera de mis competencias. Un mecánico de suelos debe resolver este problema a la brevedad para evitar futuros deslizamientos”, planteó con urgencia el ingeniero.

Cuatro días después del informe de Bonelli, el ingeniero mecánico de suelos Claudio Gottschalk, remitió su análisis a Juan Carlos Aguilera, el presidente de la comunidad, cuyas conclusiones advirtieron las peores pesadillas para los residentes.

El documento, al que tuvo acceso Mega Investiga, y que se generó con la ayuda de un Dron para establecer la real profundidad del socavón, señaló que el proceso erosivo de la falla del colector de aguas lluvias no corresponden a taludes estables a corto plazo, por lo que la situación con el tiempo podría generar la expansión de ese socavón y podría comprometer la estabilidad del edificio.

“Se debe devolver el confinamiento del campo dunar a la mayor brevedad; dado que ésta es la situación inicial para la cual fue diseñado y construido el Edificio Kandinsky. Mientras esta situación no ocurra es altamente recomendable que el edificio no sea habitado por residentes ni por personal de trabajo del edificio”, planteó Gottschalk, quien sostuvo que un sismo de ocho grados podría derribar la estructura.

El estudio de suelos del edificio

En los proyectos de este tipo, en zonas dunares, una de las etapas más importantes es la mecánica de suelos, la cual consiste en verificar si el terreno es apto para la construcción. En ese línea, el académico del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Chile, Felipe Ochoa, advierte que en este análisis entran todos los fenómenos erosivos que puedan ocurrir. “Se busca las condiciones más desfavorables como terremotos, niveles de saturación y cómo interactúa con el sistema de las aguas”, dijo.

En el caso del Edificio Kandinsky, Besalco contrató a la empresa Petrus para realizar el estudio del terreno donde se buscaba construir, y fue el ingeniero Claudio Gottschalk el encargado de dicho trabajo, el mismo profesional que hace unos días determinó que el edificio no estaba en condiciones de volver a habitar.

El informe, revisado por Mega Investiga, data del año 2011 y especifíca la metodología utilizada, las características del sector, y las recomendaciones para la edificación.

En dicho documento se estableció que el suelo estaba compuesto por dunas de arenas de depositación eólica, las que exhiben una compacidad variable en aumento con la profundidad. En esa línea, se determinó que bajo los 3.5 metros de profundidad, la compacidad del terreno era “competente para fundar las estructuras”.

Frente a la presencia de agua en el terreno, los sondajes aplicados evidenciaron que el sector no tenía existencia de napa a profundidades hasta 30 metros bajo el nivel del suelo. Pero no descartó la “presencia de humedades naturales o bien de pequeñas vertientes generadas por el avance de aguas naturales o filtraciones que provienen de cotas superiores”.

Mega Investiga intentó tener la impresión del también gerente general de Petrus, pero no hubo respuestas para profundizar sobre su llamado a no volver habitar dicho edificio.

“Un informe estándar”

Christian Ledezma y Esteban Sáez son académicos del Departamento de Ingeniería Estructural y Geotécnica. Ambos coinciden en que el informe de mecánica de suelos del edificio Kandinsky responde a un trabajo estándar, con los parámetros esperables para un proyecto de ese estilo.

Respecto a si debería haberse considerado el colector de agua en el estudio, los expertos están de acuerdo en que es una práctica poco usual, aunque muestran ciertos matices sobre el hecho de expandir el paño de exploración. "No es común. Normalmente cuando tú haces una exploración geotécnica, lo que uno hace es caracterizar el suelo que está al interior del proyecto", explicó Sáez.

Mientras que Ledezma plantea que tanto para este como otros proyectos, hay acciones extra que es posible realizar. “Uno como mecánico de suelos, cuando ve que hay posibilidades de gran flujo de agua por las razones del entorno, generalmente hay medidas precautorias que uno puede considerar: protección adicional mediante membranas, el tema de refuerzo de colectores y temas de ese estilo. (...) Me imagino que revisando el historial hacia atrás, donde no vieron ninguna cosa mayor ocurriendo, en ningún momento se les ocurrió mirar un poco más allá”.

MOP: "No hemos hecho nada mal"

La ministra de Obras Públicas, Jéssica López abrió el debate la semana pasada si era recomendable seguir construyendo en sistemas dunares. “Son sistemas frágiles, su esencia es arena y, por lo tanto, tenemos que pensarlo como un sistema y no como solamente una cosa de ingeniería y dejarlo bien anclado”.

Hoy volvió a insistir en ese punto tras revisar el segundo socavón. La secretaria de Estado dijo que el cambio climático y la construcción en zonas dunares colocaban a este sector en un lugar altamente delicado.

"Es una situación delicada, la solución no es rápida. Lo urgente es la canalización de aguas lluvias de manera que no afecten los socavones que hoy día hay y las personas puedan estar a salvo”, aseguró López.

Sobre nuevas evacuaciones, la delegada presidencial Sofía González anunció que dos edificios más serán desahabitados tras ampliar el perímetro de seguridad. La autoridad agregó que aún no cuentan con una fecha para el eventual regreso de los residentes, pues están a la espera de los informes técnicos. 

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