Comisión de Ética confirma sanción a Maite Orsini por caso "Telefonazo"
- Por Pablo Rojas | Aton
¿Qué pasó?
A pesar de que aún no se publica la resolución original de la Comisión de Ética de la Cámara que sancionó a la diputada Maite Orsini (RD), la semana pasada se dio cuenta en la Sala de un segundo veredicto, que desecha una reposición (apelación) que hizo la legisladora del Frente Amplio.
Según La Tercera, con esta reposición, Orsini buscaba revertir la multa del 5% de su dieta (cerca de $270 mil) y el “llamado al orden” (nombre de una sanción contemplada en el reglamento), que había acordado la mencionada instancia disciplinaria, el pasado 11 de abril, esto luego del caso "Telefonazo", donde la parlamentaria habría llamado a Carabineros tras una detención de quien en ese momento era sindicado como su pareja, el exfutbolista, Jorge Valdivia.
¿Por qué se sancionó a Maite Orsini?
En esa ocasión, la comisión concluyó que la diputada de RD había incurrido “en una falta a la ética parlamentaria, específicamente al deber especial de mantener una conducta adecuada a la investidura del cargo”, a raíz del llamado telefónico que realizó a la general de Carabineros Karina Soza, tras un procedimiento que involucró al exfutbolista Jorge Valdivia, con quien tenía una relación personal.
En esta segunda oportunidad, la apelación de la legisladora frenteamplista fue rechazada por unanimidad de la Comisión de Ética, incluso por los representantes de su propio sector político, como Mercedes Bulnes (independiente Frente Amplio) y Matías Ramírez (PC).
Según el segundo veredicto (ya que en el primero aún se desconoce su detalle), “la diputada dedujo un recurso de reposición en contra de la señalada resolución (la que aplicó la multa y la sanción ética), el cual fundamentó en la ocurrencia de una filtración a la prensa de un presunto acuerdo alcanzado antes de la existencia del fallo material y de la notificación de este a las partes intervinientes al proceso”.
La “filtración” a la que aludía la parlamentaria -quien integra la Comisión de Seguridad de la Cámara- era una publicación de La Tercera del 11 de abril, que daba cuenta de la decisión de sancionarla.
“Considera la diputada Orsini que esta situación, además de generar una vulneración a su derecho a la intimidad y a la vida privada, vulnera garantías del debido proceso, por lo cual solicita la anulación del fallo, pues considera que este se encontraría viciado”, relata la misma resolución.
En respuesta, la Comisión de Ética señaló que “la mentada filtración que se acusa, de acuerdo a los antecedentes aportados, habría ocurrido con posterioridad a la toma de esa decisión -en el tiempo que media entre el debate y resolución y la redacción del fallo- razón por la cual no es posible que haya viciado de forma alguna el proceso de toma de decisión de la comisión”.
En virtud de esa reflexión, la instancia disciplinaria de la Cámara desechó el escrito de Orsini por no cumplir los requisitos para una reposición, sin embargo, igualmente invitó a la diputada a presentar los antecedentes de la filtración.
La presentación original contra la legisladora de Revolución Democrática fue realizada a inicios de marzo por los diputados UDI Jorge Alessandri, Juan Fuenzalida, Cristhian Moreira, Gustavo Benavente, Daniel Lilayu, Cristian Labbé y Joaquín Lavín.
A juicio de los parlamentarios de la UDI, Orsini había infringido el reglamento de la corporación, a raíz de un eventual “tráfico de influencias”.
Según el requerimiento, se le imputaba a la legisladora “usar en beneficio propio, de parientes o de terceros, la información reservada o privilegiada a la que tuvieren acceso en razón de la función que desempeñan” y “usar indebidamente el título oficial, los distintivos o el prestigio de la corporación para asuntos de carácter personal o privado”.
El caso “Telefonazo”
El episodio que involucró a Orsini ocurrió el 25 de enero. La legisladora de Revolución Democrática recién había llegado a La Habana, Cuba, para participar en el congreso “Nuevo orden Económica Internacional”, cuando a las 6 de la mañana recibió un llamado desde Chile.
Jorge Valdivia se comunicó con ella para plantearle que personal de la 37a. Comisaría de Carabineros lo controló cuando trotaba en un parque en Vitacura. Según su versión, le pidieron el carnet de identidad, pero no lo tenía, los ánimos se crisparon y los policías lo llevaron a la comisaría, esposado.
Esto último indignó al exfutbolista, relatan fuentes policiales, por lo que se generó una discusión en el trayecto. Para Carabineros todo se ajustaba a protocolo, pues era un control de identidad. Y si no lograba identificarse con su cédula, tenían que llevarlo a la comisaría para confirmar sus datos.
Según la versión que Orsini comentó públicamente en marzo, ella no quería que el tema escalara, pues el exfutbolista quería querellarse contra la institución y, por lo mismo, decidió tomar su celular y llamar directamente a la jefa de la Dirección de Derechos Humanos, la general Karina Soza.
Orsini y Soza se conocían, pues habían trabajado y coordinado distintos temas de género y seguridad, por lo que entre ambas existía una relación directa.
El problema se generó luego de que se supiera que Orsini y Valdivia tenían una relación de pareja, lo que abría un flanco delicado, en vista del posible interés personal detrás de las gestiones.
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