"Somos casi invisibles": Alumnos van a clases en una casa y un internado abandonado tras incendios en Santa Juana
Han pasado más de cuatro meses desde los incendios forestales que afectaron a la zona sur del país y, sin embargo, muchas comunidades aún esperan soluciones definitivas.
Tal es el caso de dos grupos de estudiantes de Santa Juana, uno de los lugares más azotados por el fuego en la región del Biobío, quienes debido a la destrucción de sus escuelas, se vieron obligados a retomar sus clases en una pequeña cabaña prestada por una vecina del sector y, también, en un internado abandonado.
Estudiantes sin escuela
La Escuela de Colico Bajo está compuesta por siete alumnos y una profesora. Es una comunidad pequeña y rural. Tras el incendio, han tenido que realizar las clases en una casa.
En la mesa de la cocina hay una impresora y en donde deberían estar las ollas, están los cuadernos de matemáticas y lenguaje. El espacio claramente es reducido y cada rincón del inmueble está reacondicionado para funcionar como una escuela provisoria.
La primera alternativa era trasladar a los estudiantes a otro establecimiento, pero la propia profesora se negó: conocía el sufrimiento de ellos y no quería que, además de todo lo que habían perdido, también fueran alejados de su comunidad escolar.
"Lo más importante era la contención emocional, porque llevarlos a otro colegio era como sacarlos de su contexto. Aquí estamos en un lugar nuevo, pero estamos nosotros y ellos necesitaban esa contención", expresó la docente Angélica Valenzuela.
"Yo no puedo ser egoísta"
Leonila Vergara es el nombre de la vecina que prestó su casa como una aula, quien recuerda la conversación que tuvo con la profesora: "Yo le dije 'esas son cosas materiales... no hay posta, no hay escuela, no tenemos nada, yo no puedo ser egoísta'".
"Yo le dije a los niños que no los iba a dejar solos. Mi mamá y mi papá nos enseñó que había que ser generosos. A veces yo digo qué los voy a ayudar si no tengo nada, pero sí se puede. Los niños están primero, después yo", agregó.
Sobre la posibilidad de tener un lugar óptimo para los estudios, Valenzuela "lo ve difícil", ya que "somos casi invisibles". Sin embargo, "tengo la esperanza de que vamos a tener nuestra escuela. Pero podría ser este el último año y eso me provoca mucha tristeza".
Un internado abandonado usado como escuela
Otro establecimiento educacional que fue consumido por las llamas fue la Escuela de Colico Alto, uno de los recintos más grandes del sector rural de Santa Juana, con más de 40 estudiantes.
Desde entonces los alumnos retomaron las clases también en un lugar provisorio. En su caso, se trata de un internado que estaba abandonado.
Silvia Díaz, profesora, asegura que "no teníamos luz, no había agua. Yo creo que ahora estamos como en un 80%, porque todavía nos falta la calefacción, es una zona muy helada y no hay calefacción".
Esta escuela será la primera de Santa Juana en ser totalmente reconstruida. El Banco de Chile donó los recursos y en conjunto con Desafío Levantemos Chile ya adjudicaron las obras. Serán 550 metros cuadrados de una moderna construcción.
La buena noticia, sin embargo, aún no llega para los alumnos de Colico Bajo, quienes aún no tienen certeza de cuándo podrán asistir a clases igual como lo hacían antes.
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