Comunidad ecológica en la mira tras hallazgo de cuerpo de un recién nacido: Fue enterrado en un "ritual simbólico"
- Por Vladimir Núñez
¿Qué pasó?
Una pareja quedó con la medida cautelar de prisión preventiva tras ser formalizada este martes, por los delitos de parricidio por omisión e inhumación ilegal de su hijo recién nacido.
Los imputados pertenecían a la comunidad ecológica “Refugio del Guerrero Arcoíris” de San José de Maipo, lugar en que la Brigada de Homicidios Sur de la Policía de Investigaciones (PDI), encontró al bebé sepultado en un “ritual simbólico”.
El hallazgo del cuerpo
Según informó LUN, los detenidos fueron una mujer de 38 años, apodada “Loba”, y un hombre de 27 años, apodado “Auca”, tras ser denunciados el pasado 3 de febrero por un vecino del fundo El Toyo, donde se encontraba establecida la comunidad “Refugio del Guerrero Arcoíris”.
El vecino denunció haber visto a comienzos del 2022 a una mujer embarazada en la comunidad, por lo que le llamó la atención no ver a un recién nacido formando parte de ella.
Es así que el prefecto Jorge Abatte, jefe de la Brigada de Homicidios Sur de la PDI, señaló que “luego de diversas diligencias investigativas y de trabajo de análisis criminal, se logró determinar su ubicación (del cuerpo de la guagua) al interior del fundo El Toyo”.
“Ritual simbólico”
Además, el prefecto Abatte reveló que “este menor se encontraba a 90 centímetros de profundidad, enterrado en parte de una comunidad autodenominada como Arcoíris (…) enterrado en una fosa al interior de la comunidad, realizando un ritual simbólico, siendo enterrado junto al cuerpo diversas ofrendas”.
En ese sentido, el medio citado sostuvo que en la audiencia se detalló que el cuerpo del recién nacido fue encontrado en un “invernadero de construcción artesanal”, denominado por los integrantes de la comunidad como “La Ballena”. En dicho sitio, los restos del pequeño descansaban junto a hojas de coca, palo santo, piedras y un collar de lana.
“Todo lo que ellos hacen lo atribuyen a la naturaleza. No hay registros formales en instituciones públicas ni de otro tipo de la gestación del bebé ni de lo que ocurrió después. Por lo cual este menor siempre estuvo al interior de esta comunidad. Es un menor que en estos 45 días de vida nunca fue identificado, sino que se le asignó un apodo dentro de la comunidad. (Lo llamaron Leufu)”, manifestó el subprefecto Abatte.
La muerte del lactante
Junto a lo anterior, en la audiencia de formalización, el fiscal Luis Pérez aseveró que entre marzo y abril del 2022 ocurrió el nacimiento del bebé, en una fecha indeterminada, y que este no contó con asistencia médica tradicional.
Es por esto que, a los pocos días de nacido, “presentó diversos inconvenientes de salud sin que sus padres, los imputados, lo llevaran a un centro de asistencia para ser evaluado y tratado. Ante la ausencia de socorros médicos oportunos, el menor falleció al interior del predio en presencia de sus progenitores, los que, posteriormente, lo enterraron en el lugar, contraviniendo lo dispuesto en la reglamentación sanitaria para, posteriormente, abandonar el fundo”, se dijo en la audiencia, según recogió el medio citado.
Por último, en la audiencia, el defensor de uno de los imputados, el abogado Ramiro Gutiérrez, dio a conocer una declaración realizada por un miembro de la comunidad, quien aseguró que “a Loba le propusimos cambiar su alimentación dejando de lado productos que la pudieran hinchar como, por ejemplo, legumbres, cebolla, ajo, entre otros, accediendo y comiendo más liviano por esos días. Además, al recién nacido le hicimos masajes, movilidad en sus extremidades inferiores, acupuntura, lo que consistía en presiones de puntos específicos para poder aliviar órganos específicos, sus pies”.
Esto último, a fin de dar cuenta de las intervenciones que efectuaron para intentar ayudar al bebé y evitar su deceso.
Este artículo informa de un proceso judicial en curso, por lo que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que los organismos pertinentes lo determinen.
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