"Si te portas bien, no te pasará nada": El relato del taxista abordado por los presuntos asesinos del suboficial Palma

Uno de los primeros antecedentes que surgió tras la muerte del suboficial mayor Daniel Palma, asesinado presuntamente por Ovimarlixion Garcés Briceño, según expuso Fiscalía, fue el testimonio que entregó un taxista, quien fue intimidado por los supuestos involucrados en el crimen para escapar de Santiago Centro. 

A bordo de su auto Nissan Versa iba Garcés, acompañado de Carlos Cortez Flores y un tercer implicado —cuya identidad es desconocida por el momento—, quienes previamente habían abandonado el Chevrolet azul desde donde se efectuaron los disparos que dieron muerte al uniformado.

Recientemente, en medio de la formalización de Garcés, Luis Lugo Machado y David Fuentes Escalona por su supuesta participación en el asesinato, el taxista identificado como Alejandro entregó más detalles de lo que fue esa mortal noche del miércoles 5 de abril.

Los detalles de una noche terrible

Ese día, Alejandro partió su jornada a las 6 de la mañana. Salió de su casa, ubicada en la comuna de Peñalolén, arriba de su taxi techo amarillo para recorrer las calles de Ñuñoa, Peñalolén, La Reina y Santiago, en busca de pasajeros.

Según consigna La Tercera, a las 16:00 horas regresó a su hogar y permaneció allí hasta las 20:45, porque nuevamente salió para ir en búsqueda de su esposa, quien lo esperaría en la intersección de las calles Biobío con San Francisco, en Santiago Centro.

Paralelamente, los sospechosos del crimen se preparaban para ir a un domicilio, también ubicado en la capital, para exigir el pago del arriendo de una pieza a punta de amenazas y disparos. Esos tiros, posteriormente, fueron los que activaron el protocolo policial y obligaron la presencia de Palma en el lugar.

Alejandro se estacionó en la mencionada intersección y prendió la radio mientras esperaba a su mujer. Todo parecía tranquilo, pero lo normalidad se quebró a las 21:15 horas, cuando vio que por el retrovisor se acercaba un Chevrolet azul.

"Quédate tranquilo, si te portas bien, no te pasará nada"

A un costado de su taxi, aquel auto se estacionó y de él bajaron cuatro sujetos: Garcés, Cortez, el tercer implicado y un cuarto desconocido, que arrancó del sector a pie. Ese tercer hombre ocupó el asiento de copiloto, mientras que los otros dos ocuparon las ubicaciones traseras del vehículo.

Con una pistola hundida en su estómago, Alejandro recibió la siguiente amenaza de su acompañante de la derecha: "¡Maneja y sácanos de aquí! ¡Quédate tranquilo, si te portas bien, no te pasará nada!". La idea original era conducir a modo de escape hasta Quinta Normal, pero luego le exigieron dejarlos en calle Zenteno.

El trayecto hacia ese destino fue el siguiente: por calle San Francisco tomó Placer hacia el oriente, para luego dirigirse a Santa Rosa hacia el norte. Por esa vía, el grupo vio a un hombre que caminaba apurado, así que el copiloto le señaló que se subiera al automóvil. Todo esto, en medio de un concurrido operativo policial de Carabineros en la zona.

El cuarto pasajero se bajó metros después. Cuando llegaron a calle Zenteno con Pedro Lagos, los ocupantes terminaron su carrera y descendieron del taxi. Los altos niveles de adrenalina en Alejandro no impidieron el olvidarse de su mujer, así que fue a recogerla al lugar pactado.

El momento en que se entera de la verdad

Hasta ese momento, él lo único que sabía era la peligrosidad de sus pasajeros, pero no el hecho que habrían protagonizado. Ya con su esposa a su lado, "nos fuimos hasta nuestro domicilio, lugar donde prendí el televisor y al ver las noticias me percaté que unos sujetos le habían disparado a un funcionario de Carabineros", declaró en una comisaría de Peñalolén´.

Lo que vio en la pantalla fue un vehículo color azul que "reconocí de inmediato como el móvil donde se habían bajado estos sujetos", agregó en su relato, el primer antecedente de un crimen que sigue siendo investigado.

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