"Pensé que mi hijo estaba muerto": Munición de guerra le explotó en las manos y lo dejó completamente ciego
¿Qué pasó?
Cientos de personas han fallecido por accidentes por estallido de municiones de guerras, abandonadas a lo largo de todo Chile y que han sido utilizadas en ejercicios militares. Pese a que el Estado debe encargar de eliminarlas, esto no ha sucedido en su totalidad.
Según información de la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas hasta noviembre de 2022, se contabilizaban 243 víctimas de municiones abandonadas de las cuales 60 perdieron la vida. Del total, 111 eran civiles.
"Pensé que mi hijo estaba muerto"
En agosto de 2022, Luis Palacios conoció de cerca el peligro de una munición de guerra que explotó en las manos de su hijo, causando graves consecuencias: lo dejó ciego y le amputó parte de sus dedos.
En el Hospital de Caldera intentaron estabilizarlo por sus graves lesiones. Luis, preocupado por él, se imaginó lo peor respecto a su hijo, quien recorrió aquel lugar por una esquizofrenia que padece.
"Que a uno le digan que a un hijo le explotó un artefacto explosivo en las manos. Yo lo primero que pensé es que mi hijo estaba muerto", menciona.
Sobre las lesiones, detalló parte de estas: "Esa explosión le voló el dedo pulgar de la mano y lo dejó ciego. Le detonó el puro fulminante no más y la bomba completa no le detonó. Porque si no habría desaparecido. Habría quedado convertido en mil pedazos".
Restos que no han sido eliminados
Sergio Aranibar es presidente de la red latinoamericana de sobrevivientes de minas y municiones. Desde 1975 arrastra lesiones producto de un hecho similar ocurrido en Arica.
Uno de sus hermanos falleció tras esa explosión de una munición y él menciona que la problemática se extiende en todo Chile, con restos que no han sido eliminados.
"Tenemos munición sin estallar a través de todo Chile. Todo Chile ha sido parte de ejercicios militares durante décadas y están contaminadas. No han sido eliminados los restos", asegura.
Los peligros de las bombas "racimo"
Otro de los peligros que existen en estos territorios donde aún permanecen explosivos sin detonar, son las bombas racimos, las mismas que están prohibidas en más de 30 países.
Elir Rojas, director del centro de zona minada, señala que "la fuerza aérea hace maniobras, prueba sus bombas de racimo, pero después ¿quién fue a revisar dónde quedó eso? Nadie".
Y es que el peligro recae en que como caen de "forma irracional", estas se despliegan a tal punto que "prácticamente el 35 o el 40 por ciento de esas bombas fallan. No explotan al golpear el suelo. Esa es la gravedad de la munición de racimo".
¿De quién es la responsabilidad?
De eliminar este potencial peligro para la sociedad, recae en el Estado, tal cual lo señala Sergio Aranibar, mencionando que está la "obligación de descontaminar estos territorios".
"Este es un llamado a que el estado haga lo que tiene que hacer de acuerdo al compromiso que adquirió y eso no está sucediendo y seguimos teniendo casos de víctimas", asevera.
Cabe señalar que el protocolo V entró en vigor en febrero del 2010, adoptado por por Chile tras la Convención sobre Restricciones de Armas Convencionales de Ginebra, lo que obliga a los países firmantes a limpiar territorios.
Luis Palacios es enfático en que la responsabilidad recae en el Estado: "La única posibilidad que me queda a mí es demandar al estado para que se hagan cargo, porque es un problema que no solamente le ha pasado a mi hijo, sino que le ha pasado a otras personas".
Leer más de