Mesa de ping-pong cayó sobre su hija de tres años y ahora recibirá $12 millones como indemnización
¿Qué pasó?
La Corporación Municipal de Desarrollo Social de Antofagasta fue ordenada a pagar una indemnización de $12 millones a una madre, cuya hija sufrió heridas en su rostro tras la caída de una mesa de ping-pong encima suyo en 2017, cuando apenas tenía tres años de edad.
Emitida por la Corte de Apelaciones de la ciudad nortina, la sentencia es contra la corporación porque es sostenedora del jardín infantil en el que estaba matriculada la menor y el accidente ocurrió en una actividad educacional del recinto.
En un principio, el monto que iba a recibir la familia afectada iba a ser menor a $12 millones, dado que se exigía un pago de $5 millones y otros $1,5 millones como indemnización. Sin embargo, el tribunal aumentó esta última cifra a $7 millones, manteniendo los cinco iniciales.
¿Cómo fue el accidente de la niña?
La demanda ingresó a finales de 2020 y relata los detalles del accidente que sufrió la pequeña. Según se lee, la madre en 2017 estaba en cuarto año de Kinesiología en la Universidad de Antofagasta, casa de estudios que ofrece gratis a sus alumnos padres o madres un beneficio para que sus hijos o hijas reciban educación en su jardín infantil. La mujer se acogió a esta ayuda estudiantil.
Todo cambió el 25 de mayo de 2017: "Mi representada recibió un llamado telefónico de la directora del jardín infantil 'Perlitas del Desierto', informándole que su hija había tenido un accidente en el gimnasio del campus Coloso de la universidad, tan grave que la llevaron directamente al Hospital Regional".
Cuando llegó al recinto médico, el profesor de la carrera de Educación Física, que además estaba a cargo de los estudiantes en práctica, le dijo que habían estado trabajando en psicomotricidad con los menores del jardín cuando la niña se accidentó.
El docente "le explica que no entiende cómo una menor con tan poca fuerza se le puede venir la mesa encima, lo que le ocasionó una herida de gran profundidad y, al ver que había mucha sangre con exposición de la tabla ósea, no quisieron llamar a la ambulancia porque se podía demorar mucho", señala la letrada.
La versión final de los hechos
La pequeña debió ser sedada en dos ocasiones para que los médicos pudieran suturar la herida cortopunzante en su cabeza y requirió de exigentes cuidados por parte de la madre, considerando la zona corporal afectada.
Con el paso de los días, la mujer pudo conocer cómo ocurrieron los hechos. En el jardín infantil, todos los jueves de 2017 "son de actividad física para los pequeños, en dependencias que le facilita la Universidad de Antofagasta, para que ellos puedan desempeñar de manera más cómoda y 'segura' las actividades correspondientes", dice la demanda.
Como ese 25 de mayo hacía calor, los niños fueron llevados al gimnasio de la universidad, "lugar en el que entrena la rama de tenis de mesa. Se encontraban a cargo profesores que estaban realizando una clase de 'psicomotricidad escolar' con los alumnos de cuarto año de Educación Física y las tías del nivel transición menor".
Segundos previos al accidente, "dos pequeños se encontraban manipulando la mesa de ping-pong y la niña afectada se encontraba cerca de la mesa. Cuando se acerca más se le viene encima, causándole un traumatismo encéfalo craneal y, como consecuencia, una herida de aproximadamente 12 centímetros".
La abogada asegura que después de lo ocurrido, la menor cambió su comportamiento y despertaba llorando durante la madrugada, sin ninguna intención de asistir al jardín infantil. Situaciones que no sucedían antes del lamentable hecho.
Por último, la defensora de la familia asegura que "la menor quedó con una cicatriz en el lado frontal derecho. Como la cicatriz está contraria a la fibra de la cara —es decir, los músculos son horizontales y la cicatriz que quedó es longitudinal—, se va a notar siempre con las expresiones del rostro. Con tratamientos y cirugías solo puede optar al adelgazamiento de la cicatriz, pero no a eliminarla".
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