Más de la mitad de las paralizaciones del Metro este año fueron por manifestaciones durante septiembre
- Por Boris Bezama
Durante septiembre se produjo más de la mitad de las paralizaciones del Metro de Santiago en lo que va del año 2022. Ese mes, en 120 ocasiones el servicio del tren subterráneo fue cerrado preventivamente en gran parte por manifestaciones de todo tipo que ocurrían en la superficie, entre las cuales destacan las de los estudiantes secundarios que se sientan en los andenes de las estaciones.
Así lo indicó a Mega Investiga el gerente general de Metro, Felipe Bravo, quien desde el centro de control de la empresa detalla los efectos que tiene para el servicio detener parcial y preventivamente los trenes, que diariamente trasladan a más de dos millones de pasajeros en 25 comunas de la Región Metropolitana.
De 20 interrupciones en agosto a 120 en septiembre
Los incidentes aumentaron en la semana posterior al plebiscito del 4 de septiembre, tras ganar la opción Rechazo, y las estaciones que sufrieron la mayor cantidad de cierres fueron Baquedano (17 veces), Universidad Católica (7), Pedro de Valdivia (3), Santa Ana (4), Los Héroes (11) y Manuel Montt (5 veces). Solo en la semana del 5 al 11 de septiembre, el metro fue paralizado 45 veces.
“En agosto el número de interrupciones fue 20, pero en septiembre hemos tenido un incremento importante de cierres de estaciones de manera preventiva que llegó a 120. Las causas tienen que ver con las manifestaciones, ya sea de los estudiantes, de las marchas e incluso de los mismos barristas en los partidos de fútbol”, detalló el gerente general de la empresa.
Mega Investiga revisó la actualización de la cuenta de Twitter de Metro y constató que las manifestaciones en el exterior que provocaron la detención parcial de servicio llegaron a 140, sin considerar las 15 ocasiones en que hubo disturbios en el interior del metro y las 8 detenciones por evasión de estudiantes. Las fallas técnicas del metro fueron 27 y también detuvieron el servicio.
En una oportunidad, se produjo corte de corriente y, en otra, un perro en la vía de la estación Barrancas de la Línea 5 también detuvo el tren subterráneo.
En cada tren que se detiene van hasta 1.500 personas
La dimensión del tiempo en el metro es muy distinta a la de la superficie y, por lo mismo, un retraso en la frecuencia genera molestias entre los usuarios, quienes dejan registros a través de la cuenta de Twitter de Metro. Una manifestación en la superficie incide también en los tiempos del tren subterráneo. Y cuando ellas ocurren en la ciudad, en algunas ocasiones, los manifestantes ingresan a las estaciones y se provocan evasiones masivas, daños en la señalética y en la infraestructura. En otras ocasiones, se sientan al borde de los andenes, bajan a las vías e interrumpen el servicio, precisa Felipe Bravo, gerente general de Metro.
¿Qué ocurre puntualmente cuando un grupo de personas se sienta en los andenes?
Cuando se sientan al borde de la vía, tenemos que cortar la energía, porque la vía está energizada y la persona que baja se puede electrocutar. Pero también porque tenemos que prever y precaver que el tren, si es que hay uno cerca, al no tener energía se frene y pueda atropellar a los usuarios.
Estas interrupciones de carácter preventivo duran entre 15 minutos y media hora, aunque hay algunas estaciones, como Baquedano y Universidad Católica, donde los viernes duran más tiempo, pudiendo extenderse a más de una hora.
En cada detención, Metro se ve obligado a cortar la energía de la línea para evitar que los pasajeros se electrocuten, lo que significa parar la circulación, en una primera etapa, y luego identificar el punto preciso del incidente, dejando todo un tramo sin energía. Es ahí cuando el tren subterráneo debe hacer servicios parciales, lo que genera aglomeraciones e incomodidades entre los pasajeros. Esto, porque en un tren pueden ir hasta 1.500 personas y cuando hay un tramo de una línea cerrada, esos usuarios tienen que salir a la superficie. Es decir, se requieren 15 buses, considerando que un bus transporta 100 personas para suplir el servicio. En ese caso, el Transantiago no da abasto para cubrir esa cantidad de pasajeros.
“Nosotros lo que hacemos es intentar a toda costa evitar que ocurran estos servicios parciales, para así afectar a la menor cantidad de personas posible”, asegura el gerente general, quien para el estallido social se desempeñaba como gerente de división de proyectos de la empresa.
Cámaras en los entornos tras el 18O
Los estragos que sufrió el Metro el 18 de octubre de 2019, con 118 estaciones dañadas y destruidas, alcanzaron los 255 millones de dólares, lo que equivale prácticamente al mismo monto que está invirtiendo la empresa para extender la línea 3, desde los libertadores hasta la plaza de Quilicura, asegura el gerente general de Metro.
Una de las medidas adoptadas tras el 18 de octubre, fue instalar cámaras en los exteriores en cada una de las 136 estaciones de las siete líneas, para así monitorear lo que ocurre en la superficie. “Cuando se viene aproximando una marcha, que es compleja y que puede generarnos problemas lo que hacemos es cerrar por un tiempo cierto y, de esa manera, nos saltamos la estación. Así afectamos a muchas menos personas y alteramos mucho menos el funcionamiento de la ciudad”, afirma Bravo.
Sin embargo, en ciertas ocasiones estos cierres preventivos no son informados como tal, provocando descontento entre los usuarios. Son estos mismos, quienes estando en terreno, informan sobre la situación en las estaciones cerradas. “Acabo de pasar por fuera y no está pasando absolutamente nada”, es el tipo de comentarios de parte de usuarios de Twitter.
Otra medida como manera de prevención fue instalar mallas de acero en algunas estaciones, como Baquedano. Con ellas se evita que se lancen de las pasarelas objetos hacia los andenes, como ocurrió en los eventos de la crisis social.
“Personas en la vía”
Las paralizaciones temporales de las líneas del metro tienen además otra causa: “persona en la vía”. Ese es el nombre que se emplea para referirse a un intento de suicidio en las vías del tren subterráneo. En esos procedimientos lo más importante es rescatar a la persona. Volver a la normalidad tarda una hora y media.
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