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"Mi vida se me fue al carajo": habla víctima que denunció por abuso sexual a Matías Ancalaf

El miércoles 29 de junio será la audiencia de preparación de Juicio Oral en contra de Heriberto y Matías Ancalaf, ambos están acusados de seis delitos, entre estos, el homicidio del carabinero Francisco Benavides. Al mayor de los hermanos, Matías, se lo acusa además de abuso sexual.

El equipo de Misión Encubierta conversó en exclusiva con Jovita Ramírez. Tras su denuncia, se convirtió en testigo protegido y ha vivido con constante custodia policial. Ramírez explica que el motivo para conceder la entrevista es la seguridad de su familia, ya que dice estar cansada y atemorizada con las amenazas de los Ancalaf.

"Mi vida se me fue al carajo"

Fue el 10 de septiembre de 2021 cuando Matías Ancalaf llegó hasta la casa de Ramírez con la excusa de comprar cigarrillos. La mujer abrió el portón, y en un descuido, estaba siendo intimida. "No me di cuenta cuando estaba detrás mío y me estaba apuntando con algo", recuerda.

La mujer relata que Ancalaf le dijo que debían conversar y la obligó a tomar una cerveza. En un primer momento ella se negó, pero el sujeto la volvió a amenazar con una pistola que puso en su cuello. "Me dice que si no me la tomaba, él iba entrar a matar a mis cabros", explica.

Jovita explica que tras esto, Matías Ancalaf la obligó a subirse a un vehículo en el cual comenzó a sentirse mal. Tras esto recuerda estar en la casa del hombre al que acusó de abuso sexual.

"Me acuerdo que me tenían en un sillón y que me tocaban por todos lados. Después escuché, no sé si había alguien más o le hablarían por teléfono o por radio, no me acuerdo, lo único que decían era: 'Devuélvela que van a llegar los pacos y va a quedar la cagá'. Reaccioné cuando estaba en el Hospital de Angol y ahí mi vida se me fue al carajo", relata.

"A veces estoy durmiendo y despierto llorando, y tengo ese sueño en que me toca por todos lados, y es horrible. Es horrible vivir así... Se me ha pasado muchas veces por la cabeza quitarme la vida, hasta el día de hoy", cuenta Jovita visiblemente afectada.

"Vivir con miedo no es vida"

Antes de eso la habían dejado tirada frente a su propiedad y desde allí la llevaron al hospital a constatar lesiones. Posteriormente un carabinero la llevó a hacer la denuncia con la que se convirtió en testigo protegido, razón por la cual siempre hay carabineros custodiando su casa.

"No es vida. Porque estás presa en tu propia casa. No es normal que tú vivas 24/7 con carabineros, pero si yo no los tuviera, yo creo que nosotros ya no existiríamos, ni casa tendría. Nada. Puedo salir al patio, le doy alimento a mis aves, a mis perritos, pero de ahí me encierro todo el día. Voy a Collipulli a veces, cuando tengo que hacer trámites, con miedo", cuenta la mujer sobre lo que es su día a día.

En una de esas salidas, dice que se encontró en la feria con Karina Prado, la madre de Heriberto y Matías Ancalaf. "Me dijo que tenía que pensar bien lo que yo tenía que declarar", dice sobre ese encuentro.

"Según ella a mí me pagaron... el parque eólico, el Estado, me están pagando porque se supone que esto es como un montaje para ellos. Para acusarlos, para tener una acusación en contra de ellos, poder tomarlos detenidos. Pero yo no he inventado nada, esta es mi verdad, lamentablemente, esta es mi verdad", explica la mujer.

"Yo temo por la vida de mi hijo, de mi marido, de mi familia. Vivir así, con miedo, vivir encerrada no es vida. Lo peor es que uno tiene que pensar en estar arrancando como un delincuente, siendo que yo no soy la delincuente, yo soy la víctima", dice Jovita sobre el temor a las amenazas.

"Si me pasa algo, ellos van a ser los responsables"

Jovita habla con temor de la familia Ancalaf en general, quienes han sido sus vecinos por años y que se les acusa también de estar involucrados en el caso de secuestro, torturas y homicidio ocurrido al interior de la comunidad Choin Lafkenche en junio de 2021. El peligro es real y Jovita Ramírez lo sabe muy bien.

"Trato de estar tranquila, pero es imposible. Yo tengo mucho miedo. Que me encuentre esta gente, que me haga algo y no ver más a mi hijo. Si yo estoy aquí parada y dando esta entrevista, es solamente por ellos. Porque si a mí me pasa algo o a algún integrante de mi familia, ellos van a ser los únicos responsables", asegura.

La Fiscalía pidió 4 años de presidio para Matías Ancalaf por el presunto abuso sexual, pero en total se pedirán más de 30 años de cárcel, al sumar los otros delitos que se le imputan. "Lo único que estoy pidiendo es que él pague por lo que me hizo, porque es horrible. Lo único que pido es eso... Estar tranquila, estar en paz", exige Jovita Ramírez.

Este artículo informa de un proceso judicial en curso, por lo que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que los organismos pertinentes lo determinen.

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