"Me puse a llorar porque no tenía idea qué hacer": Chileno relata su escape de Ucrania junto a sus tres hijos y esposa
Simón León es un chileno que vivió momentos dramáticos para poder salir de Ucrania y poner a salvo a su familia en medio de los ataques rusos.
Este padre, después de una esforzada travesía, logró escapar del país junto a su esposa ucraniana y sus tres pequeños hijos, y ahora se encuentra en un albergue que les ha facilitado el consulado chileno.
"Con tres niños es una tarea imposible"
"Sorpresivamente, mandan un texto y dice que en dos horas va a haber un tren y en la tercera hora va a haber otro tren. Así que estábamos almorzando y les dije 'es hora de irse'", contó Simón a Meganoticias.
"Quizás con tu mochila, quizás con tu pareja, es relativamente fácil, pero con tres niños es una tarea imposible", sostuvo.
Al respecto, contó que no quiso dejar atrás su cámara fotográfica y que portaba su equipo en la espalda y una mochila al frente, mientras su hija se estaba quedando dormida.
"Mi esposa estaba llevando a mi otro hijo en brazos con otra mochila, y mi hija estaba llevando su mochila con unas bolsas con cosas que necesitamos, así que yo dije: 'no me queda otra, no tengo otra opción que levantar a mi hija y agarrarla, irme con mi mochila y mi bolso grande que me está destruyendo el hombro. No tengo opción, tengo que hacerlo'", relató.
"Me puse a llorar porque no tenía idea qué hacer"
Al ser consultado si sintió en algún momento que no lo iba a lograr, respondió que "creo que eso siempre, desde el momento que uno sale, siempre está presente. Yo soy creyente y tengo fe de que Dios pueda ayudar, pero hay veces que uno colapsa y dice 'no puedo más, no puedo'".
"Siempre traté de mantener la calma porque son niños, entonces uno tiene que ser fuerte. Pero en un momento, siendo honesto, me puse a llorar porque dije 'no tengo idea qué hacer'", agregó.
El viaje
Simón indicó que cuando subieron al tren lograron "agarrar el primer cuarto. Paramos en una estación y la gente decía 'abre, abre por favor, te lo imploro'. Eso fue triste, triste de escuchar porque no podían abrir el tren".
"A la mañana siguiente vimos que el pasillo, que es para cruzar, caminar, ir a pedir té, estaba lleno de gente, llenó con mochilas. La gente estaba durmiendo en el piso, así que abrimos", señaló.
Pese a su relato, el padre manifestó que el escape, "comparado con lo que otra gente ha vivido, fue una brisa".
Final del viaje
Simón contó que en la parte final del viaje "había cuatro buses y no había suficientes asientos y llamaron a otros. Ahí nos dieron prioridad por tener hijos bebés".
"La policía con cajas de comida estaba 'tenga esto, tenga lo otro', y yo decía: 'no tengo espacio para meter, pero gracias por los sándwiches, gracias por el cafecito, gracias por el chocolate'".
"Mi hijo estaba contento ahí. Ese momento fue especial. Aunque todavía no nos tiraban el pasaporte fue un momento de alegría porque vimos apoyo", añadió.
"Esto no es una película, es real"
"Una vez que nos entregaron los pasaportes, ahí fue cuando dijimos 'ya pasamos, gracias a Dios pasamos al otro lado y eso es bueno'", sostuvo.
Este padre terminó un relato con una reflexión final: "Esto no es película, es real y hay vida de chilenos que están en peligro, y hay que buscar la mejor manera de ayudarlos, de asistirlos y de sacarlos".
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