"Hasta que valga la pena vivir": Convencional interviene semidesnuda con estremecedor relato sobre el cáncer de mama
¿Qué pasó?
En el marco de los discursos de apertura del debate para redactar la propuesta de Nueva Constitución, la convencional Alejandra Pérez (Distrito 9) realizó su intervención que estuvo marcada por el derecho a la salud a raíz del cáncer de mama que sufrió.
Durante su declaración, Pérez estuvo semidesnuda con su pecho al descubierto, mostrando sus cicatrices de la mastectomía a la cual se tuvo que someter. En su cuerpo tenía escrita la consigna: "Hasta que valga la pena vivir".
Al finalizar su discurso, fue aplaudida largamente por sus compañeros, algunos de los cuales incluso se levantaron de sus asientos.
"Culpa por poder tener medicamentos y horas de atención"
"La culpa la sentí desde el diagnóstico. Culpa por poder sanar, culpa por poder tener una cama, medicamentos y horas de atención. Culpa por aquellas que no tienen plata para una mamografía. Culpa por estar en el sistema privado de salud", manifestó la constituyente.
En ese sentido, cuestinó: "¿Por qué tengo que sentir culpa si todos debiéramos tener derecho a la salud? Porque cuando hablamos del derecho a la salud, se tiene que traducir en el derecho a la vida".
"Soy Alejandra Pérez Espina, sobreviviente de cáncer de mama, dueña de casa, mujer manifestante. Por mi mamá Ana Rosa Espina Beltrán, por aquellas que no sobrevivieron, por aquellas que vendrán", expuso.
"No me haré la reconstrucción porque cada marca en mi pecho es un grito de alegría a la vida. Por la memoria de mi papá, abuelo, Alberto Espina González; y por mi madre, hoy alzo la voz", añadió.
"Son nuestras manos las que serán instrumento público"
Sobre el origen de la redacción de la nueva Carta Magna, Pérez afirmó que: "A partir del legítimo reproche a quienes prostituyeron la democracia fue que se destiló la tinta con la que se escribirá la Nueva Constitución, que garantizará que la vida sea puesta en el centro de las decisiones públicas. Esa tinta tiene sangre, sudor, lágrimas de nuestra gente".
"Son tantos los caídos, son tantos los ojos menos, son tantos los torturados, que ni el tiempo alcanza para nombrarlos", indicó.
"Las lágrimas no alcanzarán, ni tampoco el tiempo para llorarlos. Son nuestras manos las que serán instrumento público", aseguró.
"El contorno de cada una de las palabras que en ella se fragüe, que determine el futuro y sus devenires, buscará reparar la desigualdad que ha modelado nuestra forma de vida y nuestra relación con la madre tierra", agregó.
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