Sobreviviente de Cobquecura relata momento en la Iglesia de Piedra: "Sabía que si se me soltaban las manos, me moría"
Más de una semana ha pasado desde la exhaustiva búsqueda de tres jóvenes que desaparecieron tras visitar la Iglesia de Piedra el sábado 11 de septiembre en la comuna de Cobquecura, Región de Ñuble.
La situación se presentó en medio de las fuertes precipitaciones y marejadas que fueron pronosticadas para esa zona durante aquella jornada. A raíz de esto, se activó un operativo liderado por Bomberos y Carabineros para dar con el paradero de los viajeros.
En total eran siete personas las que decidieron acercarse hasta ese sector de la playa y uno de ellos, Miguel Santander, logró ser rescatado con vida en las primeras horas del dramático suceso.
En conversación con el matinal Mucho Gusto, el odontólogo relató en qué circunstancias se tomó la decisión de ir hasta ese lugar y cómo fueron los momentos previos y posteriores al accidente.
"Salimos sin lluvia, estaba helado, había viento"
En primera instancia, el joven comentó que "el sábado yo desperté súper temprano, creo que 8:30 o 9:00 ya estaba molestando al resto para que se levantaran. Me duché, después Koke (uno de los viajeros) se despertó, empezamos a ordenar la casa un poco, desayunamos, y mientras estábamos ahí en la mesa, uno dijo: 'Oye y si vamos al pueblo, podríamos tomar algunas fotos' o alguien dijo que podríamos comprar ceviche para el almuerzo y de los diez que estuvimos ahí, siete dijimos 'ya vamos, yo los acompaño'.
"Ahí partimos hacia Cobquecura. Salimos en dos autos, en el de Diego y en el de Nelson, y cuando íbamos bajando y vemos el letrero que dice 'Iglesia de Piedra' y fue como 'pasemos, veamos...'. Yo a Cobquecura no iba hace 30 años o más", sostuvo.
Miguel fue claro en señalar que en un principio "lloviendo no estaba, salimos sin lluvia, estaba helado, había viento. Cuando llegamos al lugar, dejamos los autos y no estaba lloviendo. En realidad la idea de nosotros nunca fue ir a mojarse o pasar un mal rato, era 'veamos esto, saquemos unas fotos y sigamos nuestro rumbo hasta el pueblo de Cobquecura' que era el objetivo".
"Nos bajamos, yo andaba con una cámara fotográfica... los chicos iban caminando un poco hacia el sector de la iglesia y yo me quedé un poco más atrás... Cuando íbamos acercándonos el mar no chocaba en la Iglesia de Piedra, yo creo que estaba a 100 o 150 metros de distancia", reveló.
De acuerdo a lo anterior, el dentista indicó que "a la medida que nos íbamos acercando al lugar, antes de entrar yo les digo a los chicos que miren hacia atrás para tomarles una foto, entonces yo tomo la foto a los seis y me acerco al grupo y empezamos a entrar a la iglesia. Lo primero que uno ve en la iglesia es una virgen, nosotros la vemos, le tomo una foto y estábamos todos en grupo como a tres metros de distancia entre todos y seguimos entrando. Yo creo que avanzamos tres o cuatro pasos y empieza a entrar agua a la iglesia".
"Era como una marea pequeña, pero nos íbamos a mojar... Yo por lo menos empiezo a caminar rápido a la entrada principal y cuando estamos en eso, por la entrada principal entra una gran cantidad agua. Esa agua hace que nos mueva a todos en esa zona. No nos tapó por completo, pero nos movió y nos distribuyó un poco en la entrada de la Iglesia de Piedra. Algunos quedaron en una zona cerca de la iglesia que no llegaba tanta agua", manifestó.
"Yo sabía que si se me soltaban las manos, me moría"
En medio de este trágico hecho, Miguel explicó que "en ese minuto, cuando yo estaba cerca de la entrada principal, yo ya había soltado la cámara y me podía mover un poco, el agua no me tapaba tanto, me llegaba a la cintura, pero me movía del lugar. Cuando estaba en esa zona, miré hacia el frente y había una zona que había un poco más de arena. Yo dije 'ya, me voy para allá para que no me tape el agua', entonces trato de caminar y me voy a esa zona y en esa parte me empiezo a sacar la ropa porque no me podía mover. Me saco la ropa, quedo solo con bóxer y nunca suelto el celular, el celular no se me apagó, se mojaba, pero seguía prendido, y yo seguía llamando a emergencias".
"Yo sabía que si se me soltaban las manos, me iba a la salida norte y me moría, entonces yo no sé de dónde saqué tanta fuerza... Lo único que me afirmaron eran las manos. Estuve como 50 minutos en eso y antes que me rescataran yo me empecé a desesperar, tenía hipotermia, tenía que respirar profundo porque me empezaba a desesperar y en ese minuto empecé a gritar ayuda y auxilio, y hubo un minuto que sentí que me respondieron, como que sentí que había gente gritando afuera y ahí fue una tranquilidad y dije 'me pueden rescatar', expresó.
El rescate de Miguel
Al percatarse de esto, Miguel detalló que "cuando yo empecé a gritar y sentí que tenía esta respuesta, pasaron unos 10 o 15 minutos y por el lado derecho aparece un carabinero, yo lo miro, me doy vuelta y lo primero que me pregunta es si hay alguien más y yo le digo que no, que estoy solo, y él me dice 'ya, vamos'. Él estaba con una cuerda y empezamos a salir de la iglesia y mientras salíamos seguía entrando agua, siempre afirmado de la cuerda, con la ayuda de Cristian Sepúlveda y Mauricio Contreras, que son los dos que entraron a la iglesia con todo este escenario".
"Yo cuando salí lo primero que vi fue a Marco, que ya estaba afuera, y le pregunto cuántos quedan o quién falta y me dice que faltan tres y ahí me los nombran y me desesperé, no quería que me taparan, me dio un poco de rabia, estaba enojado", señaló.
Al ser rescatado por personal policial, el odontólogo comentó que "me subieron a un auto, hubo una señora que me daba té, me intentaron abrigar, yo nunca había tenido hipotermia, no controlaba el cuerpo, tiritaba. Después llegó la ambulancia y me llevaron al Cesfam de Cobquecura".
"Hoy día empiezo terapia y todo eso. La verdad es que uno como que todavía no asimila lo que ha pasado. Estamos enfocados en la búsqueda, queremos algún indicio que nos dé esperanza. Estoy tan enfocado en eso que no he podido asimilar todo lo que pasó", sentenció.
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