El caso de la tens que tuvo a su hijo intubada: "Lo miro y siento que fue un milagro"
La tarde de este miércoles fue dado de alta Camilo, guagua de tres meses que nació de urgencia a las 25 semanas, mientras su madre se encontraba intubada por complicaciones derivadas del coronavirus.
“Recién después de tres meses estoy conociendo a mi hijo, aprendiendo a entender sus señales, sus horarios. Lo miro y siento que fue un milagro”, relató Carla Jara, técnica en enfermería y madre del pequeño.
Comenzó con fiebre
La mujer recordó que el 15 de marzo, cuando tenía 23 semanas de embarazo, tuvo un episodio de fiebre de 37,5 grados.
“No le di importancia porque no habíamos salido a ninguna parte. Además, días antes mi pareja también había tenido fiebre y el doctor le había dicho que era un resfrío, pero días después empecé con tos, dolor de cuerpo y vómitos. Me asusté y fui a urgencias, me hicieron el PCR y me enviaron a la casa”, sostuvo.
Sin embargo, al día siguiente tuvo que volver: “Me empecé a sentir demasiado mal. Estaba saturando mal y tenía taquicardia. Con PCR positivo quedé hospitalizada. El 20 me subieron a la UCI y me conectaron a una naricera de alto flujo que mantuve 18 horas. El 21 el médico me dijo que si no repuntaba me iban a tener que intubar y hacer una cesárea”, relató a LUN.
“Estaba asustada”
“Me imaginé lo peor, yo trabajé en la salud, manejaba el tema”, expresó Carla, quien agregó que "una enfermera me facilitó un celular para hablar con mi pareja y mi hijo mayor que ahí tenía un año 11 meses. No sabía nada de ellos y estaba asustada. Tengo el recuerdo que pasaron 10 minutos después que hablé con ellos y tuve que llamar a la enfermera para que me ayudara porque ya no podía seguir respirando”.
“Fue una sensación terrible, le tomé la mano a la enfermera y le dije que no me dejara sola. Sentía mucho miedo. En ese momento me sedaron y me intubaron”, manifestó.
También indicó, que "los médicos lograron mantener a mi guagüita una semana más conmigo intubada. El 27 de marzo me hicieron la cesárea, a las 25 semanas. Me explicaron que el mismo embarazo no me dejaba salir adelante. Esperaron lo más que pudieron para que ambos tuviéramos posibilidades”.
Al momento de nacer, el pequeño pesó 844 gramos y midió 30 centímetros. “Me contaron que le habían dado 48 horas de vida y a mí 24. De milagro estamos acá juntos”, relató Carla.
La mujer permaneció 16 días intubada y cuando empezó a despertar se sintió muy desorientada y “no sabía lo que había pasado”.
“No sentía nada. Luego me contaron que Camilo había nacido y que su tratamiento estaba funcionando. Mi hermana que también es funcionaria del hospital me mostró una foto de mi guagua. Seguí hospitalizada hasta el 16 de abril", precisó.
La mujer contó que no la dejaron ver a su hijo en neonatología por el riesgo de que se contagiara con otro virus.
"Cuando lo vi no paré de llorar"
"Cuando me dieron el alta tampoco pude ir porque salí con hospitalización domiciliaria. Tuve que rehabilitarme, volver a caminar y a comer. A Camilo lo conocí el 1 de mayo y a través de una incubadora. No pude tomarlo en brazos porque aún estaba muy frágil", expuso.
Asimismo, dijo que "cuando lo vi no paré de llorar. Era muy chiquitito, le toqué sus manos y pies para tratar de hacerle sentir que yo estaba con él. La primera semana de junio lo sacaron de la incubadora y recién ahí pude tomarlo en brazos. Fue una emoción tremenda".
Actualmente Camilo pesa casi 3 kilos y mide 50 centímetros.
“Para mí y mi pareja ha sido muy emocionante poder estar con él, abrazarlo. Me pregunto una y otra vez cómo nos pasó esto. Yo siempre quise vacunarme, pero en ese momento la vacuna no estaba disponible para embarazadas. Si lo hubiera estado, creo que hubiera sido otra la historia", concluyó Carla.
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