Sospechoso del crimen de hermanos en El Bosque suma denuncias de acoso, violencia y abuso sexual
En medio de la intensa búsqueda del sospechoso por el doble asesinato de los hermanos Catalina y Rubén en la comuna de El Bosque, se sumó un nuevo testimonio en su contra y que llevó a una familia a denunciarlo en su momento a la justicia.
La situación fue relatada por una mujer del balneario de El Tabo, donde el acusado habría repetido el mismo patrón de acciones con las que convenció a Claudia, la madre de las jóvenes víctimas, de quedarse en su casa, ya que contó que no tenía dónde vivir, que su madre lo había dejado y que estaba sin trabajo.
"Todo comenzó hace muchos años atrás y llegó con la misma faceta, simpático, respetuoso, caballero, trabajador y muy humilde", sostuvo la testigo en declaraciones al matinal Bienvenidos.
"Fue para el estallido social que llegó con la misma historia y nosotros de buenas personas, para no dejarlo en la calle, lo recibimos en la casa", agregó la mujer.
"Una noche se metió a mi pieza y me atacó"
La mujer lo describió como un hombre que se mostró muy afectuoso y agradecido de la familia y contó que con el paso del tiempo su conducta cambió, al señalar que "se vieron conductas demasiado extrañas de él. Se empezó a notar el tema de su obsesión hacia mi persona, sus celos hacia mi familia y mi pareja".
La situación llegaría a su límite cuando "una noche se metió a mi pieza, se me tiró encima mío y lo empuje. Le avisé a mi papá y ahí terminó todo contacto con él".
Relató además que "empezó un infierno para mí con llamadas de números desconocidos y el acoso por redes sociales. Debí hacer las denuncias y solicité orden de alejamiento, pero la justicia no hizo nada".
Sospechoso de delito de abuso sexual
A lo sucedido en el El Tabo, se sumó un nuevo dato relacionado a un caso que data de marzo de este año en la que "figuraría como imputado por el delito de abuso sexual", según antecedentes de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte.
Así se suman nuevos elementos y un nuevo relato en El Tabo, donde Jaime Quezada, quien también acogió al sospechoso en su casa, sostuvo que "mostró sus rasgos más o menos psicopáticos como el uso de armamentos, mostraba sus cuchillos, pistolas de fogueo, jugaba videojuegos violentos de cortar cabezas y sangramientos. Ahí empezamos a notar que tenía algo de psicópata".
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