"Estuvimos ahí": testigo clave del caso Emilio relata llamada de uno de los acusados del crimen
El caso de la muerte de Emilio, niño de 13 años cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en las cercanías del río Liguay en Longaví, región del Maule, sumó un relato que puede convertirse en una pieza fundamental en la investigación del crimen.
Es el caso de una testigo clave que narró una llamada telefónica recibida por uno de los dos imputados en el crimen del menor, formalizado por violación con homicidio, y que estará en prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Rancagua por los próximos cinco meses.
"Nosotros estuvimos ahí"
En conversación Mucho Gusto de Mega, la mujer relató que mantenía un vínculo con los jóvenes acusados, ya que eran amigos de su hija.
"Al comienzo se veían como una pareja normal. Gerald era callado y Rubén no, él era muy de hablar y de darse a notar. Nunca vi nada raro en ellos", comenzó expresando la mujer.
Tras confirmar que vivían en una casa rodante, relató que horas previas al fatal suceso, los vio pasar por las afueras de su hogar y su primer punto de extrañeza fue que no pasaron a su casa como lo hacían habitualmente.
"Fue el mismo día jueves cuando se perdió Emilio y pasaron por fuera de mi casa como a las 16:15 horas. Me extrañó porque no pasaron por acá y sólo me hicieron una sonrisa como cuando uno tiene planeado hacer una maldad, como un comportamiento de maldad", aseveró la testigo.
Así pasaron las horas, hasta que su hija la alertó que Emilio se había extraviado y que los vecinos estaban colaborando en la búsqueda del niño que había salido a pasear a su perro.
"Después que pasaron (los jóvenes acusados) yo estaba en mi pieza y llega mi hija y me dice que se perdió el Emilio y fuimos al potrero a ayudar en la búsqueda. Estando en el lugar escribo en mi estado de WhatsApp: 'Espero que te encontremos'. Nos quedamos ahí hasta llegaron los bomberos. En ese instante, veo que tenía un par de llamadas perdidas de Rubén (uno de los arrestados)", indicó la mujer.
Siguiendo con su relato expuso que "esa llamada me la hicieron a las 21:20 y yo los llamé después de las 22:00 y Rubén me dice: 'Hola tía, ¿Qué está haciendo? ¿Dónde está?? y le cuento lo de Emilio y me dice: 'Chuta, sabe, nosotros estuvimos ahí y llegamos hasta Los Castaños y sólo vimos a unos muchachos que pasaron con unos rifles'''.
"Siempre tuvo episodios de ira, hasta con su mamá"
Sobre lo ocurrido también se refirió otro testigo que apuntó a uno de los implicados, Gerald Repetto Soto, a quien comenzó describiendo como "un chico con una mirada perdida, que no le podías decir nada, era todo a la pinta de él. Manipulaba a su mamá como quería y era insolente y no me extraña lo que sucedió".
Siguiendo con su descripción agregó que "claramente es una persona extraña, misteriosa, quien se involucró con un joven. Él siempre tuvo episodios de ira, hasta con su mamá. Ella no le podía decir nada, todo se lo alegaba".
También apuntó al homicidio que protagonizó, donde dio muerte a su padrastro al aseverar que "puede haber culpa de la madre de no haberlo tratado y que hubiera merecido un castigo por la muerte de Pedro, nunca lo frenó en su locura. Era una persona que deberías tenerle miedo. No puede estar en libertad".
Al cierre de su palabras, el testigo aseveró que "siento pena hacia su mamá que debe estar sufriendo mucho, pero no es una persona que se vaya a arrepentir".
Este artículo informa de un proceso judicial en curso, por lo que los involucrados no deben ser considerados culpables hasta que los organismos pertinentes lo determinen.
Leer más de