Schalper arremete contra Jiles: acusa insulto sexista y pide enfrentar la "pandemia caudillista"
Este miércoles el diputado Diego Schalper (RN), dijo haber sido víctima de un "insulto sexista" luego que Pamela Jiles (PH), lo tratara de "candado chino" por haberle pedido que se inhabilitara mientras se discutía la franja electoral para gobernadores, cargo al que está postulando la pareja de la periodista.
"Fui víctima de un insulto sexista, mentiroso y grotesco"
En sesión de la Cámara de Diputadas y Diputados, el parlamentario señaló que "vivimos tiempos polarizados donde nuestras convicciones están puestas a prueba. Es más fácil sumergirnos en el anonimato, callar ante lo que se ve para evitar ser víctima de insultos, funas y amenazas”.
"Cuando la política responsable cae, ese espacio lo secuestra la violencia, la irresponsabilidad y el espectáculo. Se acaban los argumentos y aparecen los insultos", agregó.
"Yo fui víctima de un insulto sexista, mentiroso y grotesco porque verbalicé una verdad. Esta tribuna no es para abusar de ella y usar los espacios que brinda ser diputado o diputada para beneficiar la candidatura del marido es conflicto de interés, es abuso de poder y un mínimo de respeto a los electores nos exige rendir cuentas de eso y no escapar con insultos como cortinas de humo", expuso.
Asimismo, manifestó que "donde falla la política emerge el caudillismo el mismo que ha hecho pedazos a países vecinos. El mismo que nunca propone ideas sino que trafica ilusiones, especialmente en tiempos de dolor y desesperación. Eso solo prolifera cuando los representantes no tienen empatía y no ven los dolores de las personas que sufren, cuando falta coraje para decir cosas difíciles, porque es difícil decir que los recursos son limitados, pero no tomarse en serio eso es traficar ilusiones".
"Es cierto, faltó audacia para mover el tablero con aportes estatales potentes, pero también faltó coherencia especialmente de aquellos que han gobernado 24 de los últimos 30 años", expresó.
Además, indicó que "no es serio pararse en la vereda de la crítica permanente y calificar todo de insuficiente. Así no se construyen los países menos en tiempos de crisis".
A su juicio, "el caudillismo crece cuando hay falta de liderazgo, cuando se privilegia el cálculo mezquino obsesionado con volver al poder. Lo que aquí está en juego es el fin de la política con un ‘que se vayan todos’ reemplazado por la superficialidad, la improvisación y la parafernalia, eso es lo que no estamos siendo capaces de ver cuando estamos obsesionados con las redes sociales y cuando pensamos más en la próxima elección que en la próxima generación".
"El caudillismo crece cuando falta el sentido de futuro. El caudillo siempre es simpático, le da lo mismo lo que pasará después y las consecuencias para las futuras generaciones. Para él o ella, lo único importante es simpatizar, recibir dedos para arriba o retuits. Se busca formar seguidores furiosos y no verdaderos ciudadanos, es hora de enfrentarlos, enfrentar el caudillismo desde la política, esa política que nos han enseñado tantos próceres de nuestra historia, con principios, con respeto, con convicción, aunque recibamos de vuelta amedrentamiento", planteó.
Agregó que "Chile es demasiado importante para que seamos cómplices pasivos de esta pandemia caudillista y ególatra que se ha venido a instalar con colores circenses en este Congreso".
"En Chile son muchos los que sufren, pero los caudillos y su tráfico de ilusiones solo empeoran ese sufrimiento. Frente a eso tenemos que tomar una decisión, ¿en qué rol nos vamos a posicionar Marcelo Schilling?, ¿en el de la performance circense, el matonaje virtual y el reemplazo de las ideas por los insultos o el del debate, el respeto, del trabajo incansable, responsable y serio por los más postergados?”, concluyó.