Pérdidas que no se superan: Madres buscan hace décadas a sus hijos desaparecidos
Según cifras de la Policía de Investigaciones, son cerca de mil niños y adolescentes los que han desaparecido durante la última década, sin dejar rastro alguno sobre su paradero. Una tragedia que ha marcado la vida de sus padres, quienes han realizado una incesante búsqueda para reencontrarlos.
Lo ocurrido con Tomás Bravo, el menor de 3 años que fue hallado sin vida después de nueve días de su desaparición, reabrió inevitablemente las heridas de las familias.
La enigmática desaparición de Gonzalo Pereira
El 22 de enero de 1990 fue un día que jamás olvidará la familia Pereira Vargas. Un paseo a la playa de Cartagena se convirtió en una tragedia, pues uno los hijos, Gonzalo, desapareció y no ha sido encontrado hasta hoy.
Mientras se preparaban para salir hacia Santiago, el entonces menor de 13 años se detuvo en la costanera de Cartagena ante algo que le llamó la atención: "De repente, él quería comprar algo y lo solté para pagar. Después miré para todos lados y Gonzalo no estaba en ninguna parte", relata Sonia Vargas, la madre.
"Llegó la noche y no lo encontrábamos. Seguimos la búsqueda por días y teníamos que esperar 48 horas para presentar una denuncia por presunta desgracia en Carabineros. Fue una locura, hay que vivirlo para ver la manera en que se pierde un hijo", agrega.
La llamada que mató su ilusión
Aquel día ocurrió hace 31 años, pero la mujer siente que fue ayer. Tres décadas de incertidumbre que una vez se llenaron de ilusión al recibir una llamada.
"Me dicen que lo vieron en Algarrobo caminando con una señora, tomados de la mano. Cuando me dijeron esto fue como una alegría, así que estuvimos como tres meses en Algarrobo. Fuimos a la radio y pusimos afiches, pero no lo encontramos", lamenta.
La búsqueda incansable de Paolo Videla
La historia de Paolo Videla es compleja. El 01 de julio de 1995, el menor de entonces 14 años se encontraba de paseo junto a su padre y nueve amigos más en el balneario de Quintero, en la región de Valparaíso.
"Él quería ir porque no conocía y yo sentía que no debía ir, tenía esa corazonada. Me insistió tanto que le di permiso. Le pasé plata y comida, pero el primero de julio cambió mi vida. Se destruyó mi vida completa", cuenta Myriam Sepúlveda, madre del joven que sigue desaparecido.
En los expedientes de la investigación de su búsqueda, ninguno de los nueve testigos que compartieron con Paolo vio algo y todos declararon lo mismo en la investigación.
"Según mi esposo, a mi hijo lo mandaron a comprar cigarros a las 3 de la tarde y dos horas después se dio cuenta que no había regresado. Lo salieron a buscar, pero mi hijo desapareció. Nunca más supe de él", señala.
"He recorrido el país de Arica a Punta Arenas pegando afiches, dejando a mis hijas con mi madre. Para mí ha sido muy difícil la pérdida de Paolo, porque aún no lo he podido superar", agrega.
A la espera de una ley
Antes del estallido social, la pérdida de niños era tema nacional. Se había creado una comisión investigadora para revisar la aplicación de protocolos, políticas o acciones de búsqueda de menores de edad extraviados o desaparecidos en el país en la última década. Se denominó precisamente Ley Extraviados, pero estuvo en trámite durante 3 años.
El pasado 13 de enero, el proyecto pasó a su segundo trámite en el Senado y se espera que pronto sea despachada.
Leer más de