Así le contó Rebeca Naranjo a Nano Calderón los abusos denunciados contra su padre
¿Qué pasó?
Unas conversaciones de WhatsApp son la principal prueba en la querella por el delito de abuso sexual reiterado presentada por Rebeca Naranjo, polola de Nano Calderón, contra su padre, Hernán Calderón Salinas, en las cuales relata varios episodios incluido el día en que le contó lo sucedido a su pareja.
Conversación del 7 de junio
En las capturas a las que Meganoticias tuvo acceso, hay conversaciones de Rebeca con el propio Calderón Salinas y con una amiga, a la que le contó cómo se enteró Nano de los supuestos abusos.
Los mensajes corresponden al 7 de junio y en ellos le contó a una amiga lo siguiente: “El día que fui donde Nano a recoger mis cosas el viejo me agarró una teta y me dijo ‘yo quiero que seas mía, ¿no quieres?’. Se lo conté a Nano y quedó la zorra”.
“Yo no le hablé por miedo a dónde nos íbamos a ir si yo andaba vendiendo menos y su departamento está arrendado”, añadió.
Asimismo, detalló sobre la conversación con Nano: “Después cuando le expliqué toda la weá, como que lo entendió, me decía ‘Rebeca, por qué no lo dijiste desde un principio”.
¿Qué dice la querella?
En el documento, la joven señaló que, “en marzo de este año (2020), comencé a percibir una actitud extraña por parte del Sr. Calderón, él se me acercaba bastante y yo sentía que me miraba de una manera distinta, me hacía insinuaciones. A modo de ejemplo, puedo señalar que el día 8 de marzo el querellado se acerca a mí mientras yo estaba cocinando, él me agarra por las caderas, me da un beso en cada mejilla y me dice descansa. Aquello para mí fue bastante incómodo, sentí que fue inapropiado, comentandole a mi amiga, que tenía duda de sus intenciones”.
Además, detalló otro hecho que ocurrió “días después del episodio de la cocina, el 19 de marzo, mientras mi pareja se encontraba en nuestra pieza, yo fui a la pieza de invitados del departamento a buscar cajas con stock de mi local, puesto que necesitaba armar pedidos para enviar. Estando yo agachada, siento que me tocan el cuello y los brazos, yo instantáneamente pensé que era mi pareja, pero grande fue mi sorpresa al percatarme que era su padre”.
“Yo estaba muy nerviosa y me quedé completamente paralizada, comencé a cerrar las cajas para irme a mi pieza, y antes de que pueda levantarme el Sr. Calderón Salinas me dice: 'tienes la piel rica, suavecita’. Luego de eso me paro rápidamente y antes de que pueda irme de la pieza me pregunta ¿Qué tienes allí? señalando la parte posterior de mi short, me doy vuelta a mirar para ver a qué se refiere y en esos instantes siento que don Hernán Calderón Salinas me está levantando el short y pone la palma de su mano en mi glúteo", aseguró Naranjo.
Asimismo, agregó que “lo único que pude hacer fue correr a mi pieza, tenía mucho miedo, temblaba, me sudaban las manos, no sabía que hacer, quedé en blanco y comencé a llorar, me tuve que bañar para quitarme el olor a su perfume”.
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