¿Por qué Piñera sacó al mejor evaluado de su Gabinete?
50 por ciento de aprobación y casi un 60 de conocimiento. Las cifras que marcaba Sebastián Sichel en las últimas encuestas Plaza Pública Cadem, ya las quisiera cualquier político. Sin embargo, la buena evaluación de este independiente, no evitó que el Presidente Piñera decidiera “sacrificarlo” para ubicar en su lugar a un militante del partido aliado que más ha incomodado a La Moneda en las últimas semanas: Renovación Nacional.
Con el traslado de Cristián Monckeberg desde Vivienda a Desarrollo Social, el partido oficialista vuelve a tener presencia en el comité político y oficina en La Moneda. Fue el exparlamentario por Las Condes quien le pasó la posta al diputado Mario Desbordes para liderar la colectividad y el actual timonel no ocultó su alegría con el arribo de un cercano, destacando que “va a poder colaborar con el acuerdo social que se está llevando adelante”.
Para Desbordes era clave que un militante de su partido tuviera presencia en la que es quizás, la iniciativa más ambiciosa a nivel político que impulsa La Moneda por estos días. Este supuesto acuerdo busca generar una hoja de ruta con amplio consenso político y social para enfrentar las semanas más difíciles de la pandemia.
El líder de Renovación Nacional había comenzado con el pie izquierdo los diálogos con La Moneda, luego de que el ministro de Hacienda, Ignacio Briones (Evópoli), le diera un portazo a su propuesta de incluir la condonación del crédito con aval del Estado al paquete de medidas que se debían implementar. Sin presencia RN en el comité político, el mensaje no pasó más a allá de ser una nueva intervención incómoda de Desbordes, pero con la llegada de Monckeberg a Palacio ya no será así.
El costo de los “enroques”
La que más resiente este cambio de rostro es la UDI. El gremialismo poco a poco comenzaba apadrinar a Sichel en el Congreso, sobre todo luego de la defensa irrestricta que hizo junto a Felipe Ward del monto que destinó el Gobierno al Ingreso Familiar de Emergencia. Hoy además de perder la línea directa con Desarrollo Social, sufren la baja de Ward en la Secretaría General de la Presidencia y aunque su reemplazo, Claudio Alvarado, también es un histórico del partido, la buena sintonía que tiene con el Ministro del Interior, Gonzalo Blumel (Evópoli), podría terminar dejando la militancia en segundo plano.
La timonel gremialista, Jacqueline Van Rysselberghe se mostró sorprendida por el cambio ya que “pensábamos que el equipo político se había afiatado”. Menos cauta fue la jefa de bancada María José Hoffmann, quien dijo lamentar que “la única víctima fuera el ministro mejor evaluado del Gabinete. Esperamos de verdad que este sacrificio no sea en vano”. De seguro para RN no lo será, sobre todo porque la relación con sus aliados de calle Suecia no pasa por su mejor momento y Monckeberg puede equilibrar la balanza en La Moneda.
Otro que lamentó la salida de Sichel fue el senador Felipe Kast (Evópoli) quien criticó que “una vez más el hilo se corta por lo más delgado y los ministros independientes terminan sufriendo los costos de los enroques que piden los partidos políticos”. El excandidato presidencial sabe de eso, porque en 2011 tuvo que dejar el entonces Ministerio de Planificación para hacerle un espacio al UDI Joaquín Lavín en Palacio. Eso si, Evópoli mira con distancia la llegada de Monckeberg, puesto que ya tienen los dos ministerios más influyentes del comité: Interior y Hacienda.
Un “mejor evaluado” por un “bien evaluado”
El ahora, exministro de Vivienda tampoco es un aparecido. Monckeberg fue tres veces diputado, ganó dos elecciones de mesa en Renovación Nacional y es uno de los fundadores de Chile Vamos. Sus cifras en las encuestas tampoco son despreciables: 47 por ciento de aprobación y un 62 de conocimiento (Plaza Pública Cadem). Pasará de un ministerio social a otro, pero esta vez con un rol protagónico en la pandemia y fuertes lazos con el Congreso que serán claves para facilitar la tramitación de la agenda social.
Sichel por su parte, tenía una buena evaluación de Palacio en su rol comunicacional en esta crisis sanitaria, pero dicen en los partidos que su figuración, le costó el descuido de otras áreas. El fracaso de la Consulta Indígena o los tímidos intentos de canalizar el debate constitucional, marcaron su hoja de vida en La Moneda.
De todos modos, el ahora exministro no se fue con las manos vacías. Su escritorio se trasladará a las oficinas corporativas de Banco Estado donde reemplazará a Arturo Tagle en la Presidencia. No era el destino que quería y así lo hizo notar en su último día en Palacio, donde en la mirada no se le notaba ni un atisbo de sonrisa. Bajó las escaleras del segundo piso de La Moneda por última vez, encontrándose con Blumel de camino. El gesto de despedida duró menos de un segundo y el distanciamiento social, nada tuvo que ver en ello.